- AUTENTICIDAD – La Pascua, la resurrección, la vida nos compromete con la autenticidad, debemos hacer camino con el pensar, la reflexión.

Ofrecemos una reflexión para empezar la semana, y sacarnos la primera fachada, careta, que es la desesperanza conque disfrazamos el comienzo de muchas actividades como el trabajo, el estudio, los hijos, la familia, la vida, que son GRACIAS que Dios nos concede y nosotros la transformamos en tedio, molestia, quejas, fiacas, etc.
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Frente a los espejismos y las mentiras. Frente a las caretas y las fachadas. Frente a las convenciones sin alma. Frente a los silencios cómplices. Frente a la perfección imposible. Frente a la negación de las propias capacidades. Frente al aislamiento innecesario.
Frente a las falsas seguridades… toca despojarse de capas. Dejar que asome la verdad desnuda. Atreverse a ser uno mismo (sí, una frase que puede no significar nada, pero también puede significar tanto). Toca despojarse de capas innecesarias. Y vivir con verdad.

1. ESPEJISMOS
“Si el Señor no construye la casa en vano se cansan los albañiles” (Sal 127)

Hay a veces sucedáneos de vida, de fe, de riesgos, de sueños, que apagan la Vida verdadera que podemos llevar dentro. Hay pequeños tesoros que parecen anunciar respuestas, pero en realidad se terminan convirtiendo en polvo. Hay un afán de emociones, aromas, sentimientos, intensidades, que pueden entretenernos sin dejarnos saborear de verdad los días. Hay ideales que necesitan un poquito de realidad, para no convertir nuestra historia en ficción imposible. Un grito se alza hoy, incontestable… ¡Vive!
Reflexionar:
¿Qué mentiras puede haber en tu vida?
¿Qué engaños, espejismos, sueños imposibles que tal vez impiden soñar con lo posible?

2. LA VERDAD DESNUDA
“Señor, tu amor es eterno, no abandones la obra de tus manos” (Sal 138)

Es curioso cuánto hay en nuestro mundo de convenciones, fachadas, una cierta hipocresía, sobre todo cuando hablamos de AMOR o de VIDA.
Cuánto hay de negación o silencio sobre lo que verdaderamente nos importa.
Y sin embargo la verdad humilde es tan tranquilizadora:
Todos tenemos heridas, ideas, anhelos, miedos.
Todos atesoramos esperanzas.
Todos guardamos memoria de errores.
Todos tenemos nuestra dosis de nostalgia y nuestro espacio de fiesta. ¿Por qué no relacionarnos desde esa verdad desnuda, vulnerable, pero honesta? (aunque a veces asuste)
Reflexionar:
¿Cuál es tu verdad?
¿Qué crees que es lo más auténtico en tu manera de ser?