- SEMANA SANTA Y LA MISIÓN - Comunidad Misionera Saulo, comparte su experiencia de evangelización rural.

Queridos Hermanos Palestristas queremos compartir con ustedes la hermosa vivencia de la Misión de Semana Santa de nuestra comunidad Saulo en el pueblo Las Cañitas y queremos hacerlo a través de los testimonios de dos de las personas invitadas. Lo que ellos comparten es el reflejo de todo lo que fuimos viviendo y compartiendo, de como el Señor nos fue manifestando su inmenso amor, de como pudimos sentirlo, dejarnos amar y amarlo en el hermano. Sentimos la necesidad de hacerlos participes de esta enorme gracia como forma de agradecer sus oraciones, su lucha ligada y su apoyo a esto que es lo que Dios nos pide y que amamos hacer. MUCHAS GRACIAS!!!

"Hoy quiero compartir con ustedes mi vivencia de La Misión de Semana Santa en Las Cañitas.
Comenzó el domingo 14 de febrero por la tarde cuando Pamela me llamó por teléfono y me hizo el ofrecimiento de participar de esta Misión, no lo dude, acepté sin pensarlo, porque para mí no era Pamela la que me hablaba, era Dios, quien me conoce y sabía de mi necesidad de volver a caminar a su lado, sabia de mi soledad!! Ese llamado también fue una inyección al alma, un empujón para dar el primer paso y así fue como el sábado estuve sentado con ustedes en la 1º reunión. Los días fueron pasando y las reuniones empezaron a orientarme de nuevo, fueron de gran ayuda para mi formación espiritual y personal también.
Sábado a sábado me iba imaginando como sería La Misión, quienes irían, quien iba a ser mi compañero/a de misión y muchas cosas más, y a su vez empecé a extrañar a mi familia, y me llevó a replantearme todo, a pensar si estaba bien dejar de lado mi familia por la misión, y Dios fue ordenando todo, recibí el apoyo de mis padres y hermanos, sabía que íbamos a estar lejos pero que a su vez estábamos mas juntos q nunca, unidos en la oración y que si yo me encargaba de las cosas del Padre, Él se encargaría de las mías y eso significaría cuidar a mi familia.
Así que no lo dude más y me subí al camión, dejé todo mis problemas, mi estudio, mis cosas y me fui, pensando en que me iba a encontrar en ese lugar. Íbamos cantando, era nuestra manera de manifestar la alegría, al entrar al pueblo y ver a la gente como nos saludaba, se me lleno el pecho de alegría, ganas de bajarme y empezar la Misión ahí, en ese momento.
Llegó el Jueves Santo, esa mañana después del desayuno se dieron a conocer los compañeros de misión y las zonas a recorrer. Yo les pregunto, ¿A qué no se imaginan quien me toco como compañero de misión? Pamela, la misma que me llamo invitándome un tiempo atrás, iba a ser mi maestro en toda esta misión y vaya que lo fue. Nada es casualidad para Dios, porque de la Pamela aprendí muchísimo, esa simpleza que en cada casa entregaba, ese testimonio de Cristo Vivo y que en Él todo se pude.
Así fue que empezamos a visitar casa por casa, y pudimos ver como la gente nos recibía con una buena predisposición, y las ganas de compartir todo lo q tienen con nosotros. Al regresar a la escuela fueron fluyendo conversaciones personales, nos fuimos conociendo más con Pamela y compartiendo lo que nos estaba pasando día a día. En esas charlas me empezó a caer la ficha cuán importante estaba siendo toda la misión a nivel personal, que no era solo visitar las casas sino que estaba teniendo una mirada más profunda de mi vida, mirar para adentro con los ojos del corazón y ver las cosas que estaban bien y las que no lo estaban. Luego se compartió la celebración de la Palabra y el lavatorio de los pies y ver la participación de la gente, ver su entrega a lo que un grupo de locos le decían o pedían!! Una experiencia maravillosa!!
Llegó el Viernes Santo y nos tocaba visitar de nuevo a las familias y me llevé la sorpresa de que ahora se agregaban mas integrantes de las familias a compartir la palabra de Dios, fue una mañana muy buena, relajada, donde pudimos escuchar más a la gente y dejar que se suelten y nos compartan sus vivencias. Ese mediodía volví con el corazón muy lleno, porque el amor que tiene esa gente para dar es algo único!!! Llegó el Viacrucis, y ver toda la gente que se reunió y nos acompañó a pesar del mal tiempo hasta la escuela, me generó algo dentro del pecho, una felicidad inexplicable, de poder sentir que todo lo que estaba sintiendo era un regalo de Dios y con la seguridad de saber que Dios era el que estaba invadiendo sus vidas, como también la mía.
El Sábado me levante con la esperanza de resucitar con Cristo, con esa alegría de saber que Dios me perdona y me ama tal cual soy, ese día se llovió todo, a la mañana no pudimos salir a visitar las casas y nos quedamos en la escuela, me sirvió para conocernos más, compartir entre nosotros y poder reflexionar todo lo que nos estaba pasando. Por la tarde era la misa y yo pensaba que no iba a ir la gente porque seguía lloviendo y cuando menos me di cuenta la gente fue llegando, algunos pudieron confesarse y participamos de la misa. Los chicos estaban muy inquietos y empezaron a salir los juegos para contenerlos y ese fue un lindo momento, poder jugar y de alguna manera sacarles una sonrisa a esos chicos fue muy gratificante, mientras que los padres compartían la merienda y charlas con el resto de los misioneros. Llego la cena y que cena!! Fue una producción de las coordinadoras, una caricia al alma y eso no iba a ser todo, llego la ultima espiritualidad y fue uno de los mejores momentos vividos en la misión. Los cuales nos ayudaron a entrelazar las relaciones, conocernos un poco más entre nosotros y compartir esas cosas que más nos cuestan y que en estas Pascuas queríamos morir y resucitar con Cristo para ser hombres nuevos.
El domingo pasó rápido, después del desayuno a ordenar y limpiar todo. Cuando volvíamos a la ciudad, regresamos cantando y saludando a todas las personas que salían a saludarnos y me iba con esas ganas de quedarme!!! Una experiencia increíble!!! Que va a quedar guardada siempre en mi corazón y en mi memoria. Hoy me siento comprometido con la comunidad de Saulo, por todo el cariño brindado, por todos los momentos compartidos, que hoy estoy para lo que necesiten, cuentan conmigo para trabajar como así también para compartir, y me despido con la frase que me tocó en la ultima cena, que a mi parecer fue como anillo al dedo, resumiendo un poco lo que me paso en los 4 días de misión: "Fui conquistado por Cristo y por el todo deje, su camino es hoy mi camino y su amor siempre mi ley". Tomás Muñoz – PM 76 - Comunidad Filemón

"Soñé y pensaba que la vida era placer, desperté y vi que la vida era servicio, serví y vi que el servicio era placer". Hola soy Palestrista y persevero en una comunidad de adultos. En enero la comunidad de jóvenes misioneros Saulo me invito a la Misión de Semana santa en Las Cañitas un pueblo cerca de la capital de Tucumán, este pueblo no tiene sacerdote ni capilla por lo tanto no hay misa. En este pueblo me encontré con jóvenes misioneros que son verdaderos Discípulos de Cristo, y que con ellos cargamos nuestras cruces y lo seguimos, llevando la palabra y el amor de Cristo a todas esas familias. Me encontré con un Jueves Santo en un verdadero día de servicios. Viernes, el silencio de María y su dolor era palpable, a la noche después del Viacrucis en el ambiente se veía y se respirabas una paz y amor, en mí y en cada misionero compartiendo sus vivencias en pequeños grupos. Sábado de Gloria, disfrute con los misioneros esa alegría cristiana y las ganas de matar las cosas malas de cada uno para resucitar a la esperanza.
Ahora compartir con la gente del pueblo!!! Que placer!!! Nos recibían con tanta alegría y amor en sus casas, compartíamos mates y la Palabra; y lo que mas me conmovió fue el Viacrucis de 3 km de rezos, canciones, niños y grandes detrás de la cruz, altares bellos en las casas, parecía que todo el pueblo estaba allí. Y el sábado en misa se confesaron y comulgaron con nosotros: es un pueblo con mucha sed de Dios.
Hermanos de Palestra allí sentí la presencia de Dios entre nosotros, fue una verdadera Semana Santa y Dios quiera que también tengan la oportunidad de vivirla como yo. Susana García - PM 6 de Jóvenes Adultos - Comunidad María Reina de la Paz