O crecemos o se nos muere la fe. Una fe adulta es una fe personal, valiente, sin miedos infantiles. La fe adulta sólo se encuentra en personas adultas que no tienen miedo a preguntarse, no tienen miedo a la duda, no tienen miedo a caminar a contracorriente, a protestar ante el “Sanedrín”, a preguntar, una y otra vez a Jesús: ¿dónde vives?
"La humanidad abriga una esperanza: verse liberada de la esclavitud y alcanzar la libertad de los hijos de Dios. Mientras, lanza gritos de dolores de parto." Pablo a los Romanos 8, 20
Una Fe adulta se pregunta mucho sobre los procesos personales de Fe de sus hermanos que comparten su vida y sus ambientes. Se pregunta como viven y sienten en la otra orilla.
Mientras, la misma vida te irá hablando de Dios. “Hay otras muchas cosas que ahora no pueden comprender. El Espíritu los irá llevando hacia la Verdad Toda”.
Luis Alemán (Extracto)