MISA MENSUAL - Ser agradecidos es una actitud que nace desde el fondo del corazón.

Vamos a juntarnos como Movimiento para celebrar y ser agradecidos por todos los regalos y posibilidades de trabajar por el Reino. Entre todas las actividades que podemos nombrar, queremos dar gracias por los Motivadores realizados, el 82 de mujeres y 83 de varones de la Etapa Jóvenes y el número 7 de Adolescentes en situación de riesgos, por su perseverancia y constancia en fortalecer el hombre nuevo que somos a partir del encuentro con Cristo.

Jesús quiso que los suyos nunca olvidaran lo que había sido su vida: una entrega total al proyecto de Dios. Se lo dijo mientras les distribuía un trozo de pan a cada uno: “Esto es mi cuerpo; recuérdenme así: entregándome por uds. hasta el final para hacerles llegar la bendición de Dios”.
Celebrar la eucaristía es comulgar con Jesús para vivir cada día de manera más entregada, trabajando por un mundo más humano y quería que los suyos se sintieran una comunidad.
A los discípulos les tuvo que sorprender lo que Jesús hizo al final de la cena. En vez de beber cada uno de su copa, como era costumbre, Jesús les invitó a todos a beber de una sola: ¡la suya! Todos compartirían la copa de salvación bendecida por él.
En ella veía Jesús algo nuevo: “Ésta es la nueva alianza en mi sangre”. Celebrar la eucaristía es alimentar el vínculo que nos une entre nosotros y con Jesús.