Hacer un
motivador es una gracia, un regalo inmenso de Dios y hacer un motivador para
adolescentes en situación de riesgo tiene agregados espirituales propios de un Dios
generoso.
Ojala
llegue el momento que no tengamos que hacer motivadores o experiencias de este
tipo y que no tengamos personas, hermanos en situaciones de riesgo en todo
sentido, porque será el día que el Reino de Dios se hace realidad.
Mientras
tanto, reaccionamos para acrecentar la vida, haciendo como Movimiento, como
Comunidad Filemón los motivadores para ellos.
Y…
privilegiados podemos contemplar la acción de Dios con su Espíritu de Amor, percibir
que la paz ansiada llega, el amor penetra y se planta en los corazones y queda
para germinar.
Elevemos
oraciones de acción de gracias por esta posibilidad de hacernos desafíos, aún a
pesar de las limitaciones, inexperiencias y un sinnúmero de elementos que en
muchos casos nos llevarían a no hacer nada, a mirar para otro lado y dejar
pasar la oportunidad de realizar los gestos del Buen Samaritano.
Los
Filemones y sus hermanos del Movimiento, el personal del Instituto Goretti y las Hermanas de Las Adoratrices comprenden muy bien esto, algo hay que
hacer, evangelizar los ambientes, involucrarse, poner el hombro, copiar al Buen
Samaritano, quedarse a la par del medio muerto, limpiar sus heridas y ocuparse
de que esté bien atendido, eso hizo Jesús con nosotros, corresponde entonces,
hacer lo mismo.
El pondrá
las vendas, el aceite, las monedas, la posada, nosotros los gestos de ayuda, de
solidaridad y compasión.
Gracias
Señor por la posibilidad de hacer, que nos hace ser hermanos y no pasar de
largo.
Reflexionamos
con la canción que fue un emblema en muchos momentos.
Cuánto he
esperado este momento, cuánto he esperado que estuvieras así.
Cuánto he
esperado que me hablaras, cuánto he esperado que vinieras a mí.
Yo sé bien
lo que has vivido, yo se bien porqué has llorado;
yo se bien
lo que has sufrido pues de tu lado no me he ido.
Pues nadie
te ama como yo, pues nadie te ama como yo;
mira a la
cruz, esa es mi más grande prueba.
Nadie te
ama como yo.
Pues nadie
te ama como yo, pues nadie te ama como yo;
mira a la
cruz, fue por ti, fue porque te amo.
Nadie te
ama como yo.
Yo se bien
lo que me dices aunque a veces no me hablas;
yo se bien
lo que en ti sientes aunque nunca lo compartas.
Yo a tu
lado he caminado, junto a ti yo siempre he ido;
aún a
veces te he cargado. Yo he sido tu mejor amigo.