- JORNADAS PAULINAS - Trabajo comunitario sobre las Cartas Paulinas.

Las Comunidades realizaron una “bajada”, es decir, actualizaron los temas que San Pablo toco en sus cartas. Esta es su puesta en co mún del Punto I del Trabajo Comunitario, para que todos nos beneficiemos de su reflexión, sus sueños, anhelos, compromisos y pedidos:
COMUNIDAD FILEMÓN:
Descubrimos que la experiencia de los tesalonicenses nos estimula a vivir mejor delante de Dios y la gente. Esta carta nos estimula a ser en nuestras comunidades, tanto de jóvenes, como de jóvenes adultos y adultos verdaderos imitadores de los apóstoles y para ello debemos vivir el gozo de tener a Cristo en nuestros corazones.
Nos recuerda, que debemos ser ejemplos para los nuevos creyentes (básicamente acompañándolos en el 4° día a todos los nuevos hermanos que bajen de los PM). Y ese ejemplo no solo debe estar dado en el dinamismo de la palabra, sino que tiene que estar ejemplificado por nuestra vidas (coherencia entre lo que creemos y predicamos y lo que vivimos). Como movimiento también nos llama a vivir la esperanza, aunque las circunstancias que nos rodeen no nos sean favorables.

COMUNIDAD SAGRADA FAMILIA:
- No dejarnos llevar por rumores acerca dela venida de Cristo sino actuar de modo tal que ese día estemos preparados. Es una tarea cotidiana nuestra la de anunciar el Evangelio y vivir acorde a ese anuncio.
- Adherirnos a la Verdad de nuestra Fe para fundamentarla ante falsas doctrinas.
- Debemos cumplir con nuestras obligaciones de estado, de trabajo, para que nuestra Fe sea mas tranquila , es decir, reconfirmada con nuestra acción.
- Revalorizar nuestras tradiciones como lo que nos da identidad. Lo podemos aplicar a nuestro ser ciudadanos de nuestra Patria, a la que vamos construyendo día a día con nuestro aporte desde nuestras familias, desde el trabajo, la educación, la cultura, la aceptación de nuestra historia y nuestro protagonismo dentro de ella.
- También, en un plano mas trascendente, podemos revalorizar nuestra tradición cristiana, transmitida de generación en generación, siguiendo el ejemplo del mismo Jesús quien, además de adoctrinar a sus apóstoles con discursos y parábolas, les enseñó cierta manera de orar, de actuar y de convivir.
- Estas eran las tradiciones que los apóstoles guardaban en la Iglesia y que ahora nos corresponde a nosotros seguir transmitiendo a las nuevas generaciones.

COMUNIDAD KÉNOSIS:
Hoy, a nosotros los jóvenes, la carta a los Gálatas nos recuerda que el amor de Dios es para todos, que ya no hay diferencias, y que su Palabra está destinada para todos los que crean en ella. Por lo tanto, no somos nosotros quienes elegimos a quien evangelizar y cómo.
Cada persona es libre de vivir su fe a su manera, con su cultura y sus costumbres. No todos la vivimos por igual. Pero esa libertad debe ser usada por el bien comunitario y no de manera egoísta.
Además, debemos vivir con fe ante los cuestionamientos de la sociedad. Hay que mantenerla y no cuestionarla, para así poder mantener los cimientos de la fe, y salir al encuentro de nuestros hermanos con convicción de lo que estamos predicando.
San Pablo, por medio de esta carta, también nos recuerda que es el mismo Jesús quien elige y llama a sus apóstoles de alguna u otra forma. Hoy, año 2006, también somos llamados por el mismo Dios para evangelizar al mundo.

COMUNIDAD JUAN EL BAUTISTA:
Los principios evangélicos y teológicos de una época y de una civilización lejanas en el tiempo y en el espacio; se hacen presente aquí y ahora para batallar contra la misma mezquindad, falta de solidaridad, idolatría, desenfreno moral que día a día atentan contra el mensaje de amor de Jesús.
Pablo nos exhorta a ser comprometidos y responsables; siendo ejemplo más que dándolo, en cada sitio que transitamos.
Nos llama a la unidad sumando los carismas que identifican a cada comunidad, para la edificación de un solo Cuerpo.
Unidad se logra con la participación de cada miembro y el cumplimiento del trabajo para organizar la misión apostólica.
La fe debe ser anunciada, pero para que una comunidad se lance a la misión de modo responsable, debe primero madurar en esa fe, intercambiando y viviendo en su seno los valores cristianos; principalmente la caridad.