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FESTIVIDAD DE SAN PEDRO Y SAN PABLO - Saludos de Verónica Gisselle Rodriguez (Coordinadora Palestra Tucumán)

¡¡Feliz Día a Nuestro Querido Patrono San Pablo!! ¡¡ Feliz Día Para Ustedes Movimiento!!


Que como él, cada día seamos capaces de salir al encuentro del hermano, seguir anunciando a ese Cristo que es vida y en abundancia. 
Que al igual que Pablo podamos vivir en cada eucaristía ese encuentro profundo y fundante de nuestra conversión, de nuestra gracia, de nuestro hombre nuevo. 
Que su vida, sea para nosotros fuente de impulso para la evangelización en tiempo y destiempo, para pelear el buen combate de nuestra vida y en todos nuestros ambientes, para correr a la meta y alcanzar la corona que no nos sera quitada, que es justamente gozar de la presencia de Nuestro Señor.
Pablo que te hiciste servidor de Cristo, de los hombres y el evangelio, intercede por nosotros para poder al igual que vos ser fieles discípulos de Cristo que es Camino, Verdad y Vida.
Verónica Gisselle Rodriguez - PM 78 Etapa Jóvenes

SAN PABLO - PREDICAMOS A CRISTO HASTA LOS CONFINES DE LA TIERRA.

¡Ay de mí si no evangelizare! Para esto me ha enviado el mismo Cristo. Yo soy apóstol y testigo. Cuanto más lejana está la meta, cuanto más difícil es el mandato, con tanta mayor vehemencia el amor nos apremia. 

Debo predicar su nombre: Jesucristo es el Mesías, el Hijo de Dios vivo; él es quien nos ha revelado al Dios invisible, él es el primogénito de toda creatura, y todo se mantiene en él. Él es también el maestro y redentor de los hombres; él nació, murió y resucitó por nosotros. 
Él es el centro de la historia y del universo; él nos conoce y nos ama, compañero y amigo de nuestra vida, hombre de dolor y de esperanza; él ciertamente vendrá de nuevo y será finalmente nuestro juez y también, como esperamos, nuestra plenitud de vida y nuestra felicidad.

Yo nunca me cansaría de hablar de él; él es la luz, la verdad, más aún, el camino, la verdad y la vida; él es el pan y la fuente de agua viva, que satisface nuestra hambre y nuestra sed; él es nuestro pastor, nuestro guía, nuestro ejemplo, nuestro consuelo, nuestro hermano. 

Él, como nosotros y más que nosotros, fue pequeño, pobre, humillado, sujeto al trabajo, oprimido, paciente. Por nosotros habló, obró milagros, instituyó el nuevo reino en el que los pobres son bienaventurados, en el que la paz es el principio de la convivencia, en el que los limpios de corazón y los que lloran son ensalzados y consolados, en el que los que tienen hambre de justicia son saciados, en el que los pecadores pueden alcanzar el perdón, en el que todos son hermanos.

Éste es Jesucristo, de quien ya habéis oído hablar, al cual muchos de vosotros ya pertenecéis, por vuestra condición de cristianos. A vosotros, pues, cristianos, os repito su nombre, a todos lo anuncio: Cristo Jesús es el principio y el fin, el alfa y la omega, el rey del nuevo mundo, la arcana y suprema razón de la historia humana y de nuestro destino; él es el mediador, a manera de puente, entre la tierra y el cielo; él es el Hijo del hombre por antonomasia, porque es el Hijo de Dios, eterno, infinito y el Hijo de María, bendita entre todas las mujeres, su madre según la carne; nuestra madre por la comunión con el Espíritu del cuerpo místico.

¡Jesucristo! Recordadlo: él es el objeto perenne de nuestra predicación; nuestro anhelo es que su nombre resuene hasta los confines de la tierra y por los siglos de los siglos.

De las homilías de Pablo Sexto.

PABLO Y NOSOTROS – Valorar su vocación y pensar luego en la cantidad de veces que podemos experimentar a Jesús resucitado en nuestra vida.

Siempre nos han resultado lejanos y misteriosos los personajes bíblicos, precisamente porque aparecen viviendo experiencias extrañas y especialísimas, que ningún cristiano normal vive hoy en día.
También Pablo, en cierto momento de su vida, experimentó un encuentro íntimo y especial con Jesús, que lo llevó a abandonar todo y a centrar su existencia únicamente en Cristo Resucitado.
Fue una experiencia interior inefable, imposible de contar con palabras. Pero el autor bíblico la describe adornada con voces divinas, luces celestiales, caídas estrepitosas, ceguera, para exponer de algún modo lo que nadie es capaz de comunicar.
En realidad la experiencia paulina fue semejante a la de muchos de nosotros. Seguramente nuestra propia vocación cristiana fue también un encuentro grandioso con Jesús resucitado. Pero no oímos voces extrañas, ni vimos luces maravillosas. Y por eso no la solemos valorar. Y muchas veces languidece anémica en algún rincón de nuestra vida diaria.
Por eso hace bien reconocer que tampoco Pablo vio nada de aquello. Que no nos lleva ventaja alguna. Recordarlo, y pensar luego en la cantidad de veces que podemos experimentar a Jesús resucitado en nuestra vida, puede ser la ocasión para animarnos a hacer cosas mayores que las que hacemos ordinariamente. Como las que hizo Pablo.
Que este año sea un tiempo de redescubrir nuestra vocación Paulina para evangelizar más y mejor, para adentrarnos en la realidad con un espíritu coherente con nuestra vocación y el espíritu del Resucitado. 
Infopalestra Tucumán

VINCULOS PARA LEER MÁS SOBRE SAN PABLO:

SAN PEDRO Y SAN PABLO - DOS REFERENCIAS EN LA VIDA DE LA IGLESIA

Pedro confiesa : “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.» Jesús le respondió: "tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”. Pablo tiene conciencia de ser elegido para “que también los gentiles reciban el Mensaje".


1. En los evangelios Pedro es el pescador que, impactado por lo la invitación de Jesús, va entrando en sintonía profunda con él. Un encuentro que va creciendo poco a poco. En un proceso que tiene sus momentos de oscuridad y de crisis, sobre todo al ver el fracaso del Maestro condenado por las autoridades religiosas y políticas. 
Es el prototipo del creyente que se va convirtiendo, abriéndose a la presencia desconcertante de Dios en la conducta histórica de Jesús. En Pentecostés Pedro habla en nombre de los primeros discípulos, cuya fe viene a ser normativa para todas las generaciones que se suceden en la historia de la Iglesia. Confiesa el artículo central y novedoso de la fe cristiana: “Jesucristo es el Hijo de Dios vivo”. Y si la Iglesia se mantiene en esa confesión confiesa, nadie ni nada la destruirá.

2. Pablo, alcanzado y convertido por la presencia del Resucitado, abrió la Iglesia al mundogriego y romano, superando los moldes o envases de la religión judía. El evangelio de Jesús es anuncio de salvación para todos los pueblos . 
San Pablo vivió la fe cristiana, el encuentro con Jesucristo con una intensidad singular: “no soy yo, es Cristo quien vive en mí”. Y destacó la universalidad del Evangelio: “El Señor me asistió para que también los gentiles reciban el Mensaje”

3. Pedro y Pablo son ejemplo de fe cristiana o seguimiento de Jesucristo Al final los dos rubricaron su fidelidad entregando la propia vida como testigos de Jesucristo. Ellos con como dos referencias permanentes para la Iglesia. Es ante todo comunidad de personas que nos vamos haciendo creyentes, aunque como Pedro todavía siguiendo a Jesucristo “de lejos”. Y es comunidad totalmente abierta al mundo, casa donde todos encuentran lugar con su vidaa cuestas. 
Una Iglesia “en salida”. Lo más contrario al evangelio de la fraternidad es el sectarismo, la cerrazón a una cultura determinada y la discriminación de cualquier tipo. Nuestra fe cristiana hoy es la misma que la fe de Pedro y de Pablo: seguir a Jesucristo y en nuestra forma de vivir ofrecer el Evangelio a todos. Se comprende que la Iglesia celebre a Pedro y a Pablo en la única fiesta.
Jesús Espeja.

SAN PEDRO Y SAN PABLO – Fiesta en la Iglesia por los dos apóstoles. Actividades en Palestra.

Autor: Luis Sobrecasas (PM 20)
Desde los primeros tiempos del cristianismo, San Pedro y San Pablo, son venerados como las primeras columnas de la Iglesia cristiana.
Ellos predicaron con gran fortaleza el mensaje de salvación; y ellos dieron, con su martirio, el supremo testimonio de su fe en Cristo muerto y resucitado.
Pedro fue escogido para ser cabeza de la Iglesia, y ahí en Roma fue el primer obispo y se sentó en la sede para regir y enseñar. Obispo de los obispos, padre y pastor, por eso recibió el nombre de Papa.
Pablo, predicador insigne, viajó incansable durante treinta años por todos los pueblos y ciudades del Mediterráneo, llevando el mensaje de salvación.
Este día, 29 de junio, también es conocido en el mundo católico como el Día del Papa.

Desde Palestra nos unimos a esta Fiesta por medio de la oración, los sacramentos, la peregrinación que realiza la Diócesis al Cerro San Javier y a seguir con el trabajo de la Cartilla de la Comisión F.E. en nuestras Comunidades. Desde el InfoPalestra (Blogs y Face) vamos a brindar una serie de artículos para seguir profundizando la vida y obra de nuestros apóstoles y rezar por la figura del Papa Francisco para que su ministerio de los frutos que Dios siembra en los corazones de todos los hombres.

ACTIVIDADES DE LA CELEBRACIÓN EN PALESTRA: (Hacer clic en los títulos subrayados) 
- Cartilla de Fe sobre San Pablo para ser trabajado en las Comunidades.
- Participación como Movimiento en la Jornada Tucumana de Juventud durante todo el día en San Javier.
- Artículos sobre San Pablo para la formación personal y comunitaria.

-Material de la Biblioteca Virtual de los Blog “PALESTRA TUCUMAN” y “DIRIGENTES PAULINOS” sobre San Pablo. (Artículos, videos, Power Point, oraciones, Biografías)


SAN PABLO Y LAS OLIMPIADAS – Palestrista, quieres en tu amor al prójimo ir… “más veloz, mas alto, más fuerte”?.


Aprovechando el tiempo de las Olimpiadas, ofrecemos unos artículos que nos ayuden a reflexionar, sobre nuestras actitudes en la vivencia personal y comunitaria en Palestra. Este es el primero:

“Citius, altius, fortius”- la valiosa frase revelada junto a los cinco círculos en la bandera del Congreso Olímpico de Paris en 1914 , expresa sintéticamente el espíritu Olímpico. “Más veloz, más alto, más fuerte”, quiere decir no estar contento con la mediocridad, quiere decir vivir con ardor. Ambición de no reservar energías ante la agonía, de darlo todo,...
En el tiempo de Pablo, los “Juegos Ístmicos” fueron el gran evento de su mundo y posiblemente él vio alguna competencia cuando estuvo en Corinto. Y aunque no sea así, estas grandes justas deportivas –comparables con las mismas Olimpiadas (con muchos espectadores)-, ofrecían al apóstol las imágenes del atleta para poder ilustrar la vida cristiana a los cristianos de Corinto.
Pero, más allá de las analogías deportivas, osamos decir que toda la actitud mental y espiritual de Pablo respiraba un espíritu agonístico (tomado como LUCHA), así que él tomaba la vida y su misión en un sentido “olímpico”. Esto es que el apóstol jamás se contentaba con un mero “pasar la vida”, o elegir lo mínimo... 
Así, Pablo siempre aspiraba a las cosas más altas: quería ganar más personas a la causa de Cristo, quería predicar en más lugares a más personas, tanto así que estaba dispuesto a posponer (así esto le implicara sufrir un poco más) su encuentro definitivo con el Señor para poder ganar adeptos a la causa de Cristo.
Dice San Juan Crisóstomo que “Pablo muestra de una manera particular qué cosa es el hombre y cuánta es la nobleza de nuestra naturaleza, de cuánta fuerza es capaz este ser pensante. Todos los días subía más alto, todos los días surgía más ardiente y combatía siempre con mayor coraje contra las dificultades que encontraba”. (Hom. 2 de laudibus sancti Pauli: PG 50, 477-480).
Pablo asumía esta actitud “Olímpica” cuando decía: “Hermanos, yo no creo que todavía los haya servido, sólo esto sé: olvido el pasado y protesto contra el futuro, corro hacia la meta para llegar al premio que Dios nos tiene llamados a recibir allá arriba, en Cristo Jesús. (Fil 3, 13-14).
Que las próximas Olimpiadas nos hagan recordar o aprender algunas lecciones válidas para la vida de cada uno de nosotros. Ante la falta de Fe y las dificultades, como los atletas, no podemos rendirnos.
No podemos estar contentos (complacidos) con simplemente pasar la vida. En todo aquello en lo que estamos y afrontamos y empeñamos en nuestra vida, pero sobre todo en el vivir de nuestra Fe, debemos, como San Pablo, pretender ir al encuentro del futuro, hacia nuestra meta, cada día con más fuerza, con las cumbres más altas, con más ardor y así creceremos más en la fuerza de nuestra fe.
P. Kevin - Pontificio Consejo para los laicos.


San Pablo y las olimpiadas; otro artículo en el Blog Dirigentes Paulinos: 
- A CORRER... basta de excusas...

SAN PEDRO Y SAN PABLO - Estos mártires, en su predicación, daban testimonio de lo que habían visto. Solemnidad de San Pedro y San Pablo, apóstoles.

Simón, hijo de Jonás y hermano de Andrés, fue el primero entre los discípulos que confesó a Cristo como Hijo de Dios vivo, y por ello fue llamado Pedro.
Pablo, Apóstol de los gentiles, predicó a Cristo crucificado a judíos y griegos.
Los dos, con la fuerza de la fe y el amor a Jesucristo, anunciaron el Evangelio en la ciudad de Roma, donde, en tiempo del emperador Nerón, ambos sufrieron el martirio: Pedro, como narra la tradición, crucificado cabeza abajo y sepultado en el Vaticano, cerca de la vía Triunfal, y Pablo, degollado y enterrado en la vía Ostiense.
En este día, su triunfo es celebrado por todo el mundo con honor y veneración. (elog. del Martirologio Romano).

Pedro, roca. Pablo, espada. Hoy la Iglesia conmemora hoy a Pedro y Pablo. Pedro confiesa que Jesús es el Mesías y recibe el poder de las llaves. Dios vela por su Iglesia y libera milagrosamente a Pedro de la cárcel. Pablo examina su conciencia y espera recibir la corona de gloria porque ha combatido bien el combate y ha mantenido y propagado la fe.

SAULO DE TARSO - La audacia de fe de Pablo ha de ser hoy un estímulo para todos, una especie de aguijón que espolee nuestro ánimo.


PALESTRA TUCUMAN - Historieta San Pablo Jun 2012
  

Ver todos los power point de Palestra Tucumán en: infotuc.

JORNADAS PAULINAS – “PALESTRA EN COMUNIÓN, CON SAN PABLO A LA ACCIÓN”
Fecha: 20 de Junio de 2012
Horario: 14, 30 hs a 21 hs.
Lugar: Colegio Tulio.
Comunicación: Comisión F.E.
– Vocal Jesús Benegas. yojesus2006@hotmail.com
- Asistente Técnico: Cecilia López. kaekilia@hotmail.com

JORNADA PAULINA – "Palestra, en comunión con san Pablo... a la acción!!!" Invitación de la Comisión FE a participar en un encuentro paulino.


Desde hace años se hacen, según las necesidades y para variar un poco, distintos momentos para conocer, aprender, aplicar, el conocimiento de este Apóstol, recordar su evangelización y el significado de su persona adherida a Cristo y lo que hizo por la Iglesia. Se usan distintas modalidades; Quincena de San Pablo, Semana, Jornadas, Serenatas, Juegos, Conferencias, Teatro, etc... con distintas temáticas; Biografía, Cartas, Métodos de Evangelización, Comunidad, Pastoral Urbana, personas que acompañaron a Pablo, Destinatarios, Dirigencia, Liderazgo, misiones, etc.
Todo tipo de material que está a la disposición de quien lo solicite si escriben a infopalestra.tucuman@gmail.com.

CARTA DE LA COMISIÓN F.E.
Querido Movimiento; El Señor nuevamente nos convoca,. nos invita a vivir la mística de comunión en un momento muy especial para nosotros; el día de San Pablo.
Este día es especial, ya que reaviva en nuestro interior el llamado de Jesús, y nos invita a recordar que es San Pablo nuestro ejemplo de entrega a Cristo, en el encontramos nuestro modelo de conversión, modelo de cristiano y por sobre todo modelo de fidelidad y convicción en este camino de santidad.
Palestra se identifica con la espiritualidad de Pablo, en su entrega por la construcción de la Iglesia, llegando a los alejados, pero por sobre todo, en su forma de amar a  Cristo, desde el momento en que el interrumpió en su vida.
Este movimiento hace su homenaje a nuestro patrono, que día a día nos enseña que el  Señor llama a nuestros corazones, aunque estos sean de piedra que no mira nuestro pasado, sino el resto fiel de nuestra alma, capaz de hacer grandes cosas en su nombre.
San POablo hoy nos invita a imitarlo identificándonos totalmente con Cristo, siendo servidores de los hombres y por sobre todo servidores del Evangelio, haciendo carne el llamado a formar comunidades fecundas, un movimiento fecundo en la gracia, con el santo desespero por anunciar a Cristo camino, verdad y vida en todos nuestros ambientes.
Queridos palestristas, esta jornada es el momento del encuentro, momento de compartir, de conocer, testimoniar el cuerpo místico de la Iglesia.
Los invitamos a participar en ella, en esta Palestra cada uno de nosotros somos protagonistas, porque cada uno aporta a la santidad del movimiento. Esperamos contar con la presencia, con las ganas de vivir la jornada y por sobre todo con las ganas de compartir.
Con la alegría de la comunión en Cristo y la compañía de María en este camino, los esperamos.
Comisión F.E.
– Vocal Jesús Benegas. yojesus2006@hotmail.com
- Asistente Técnico: Cecilia López. kaekilia@hotmail.com

"EL ENCUENTRO CON CRISTO CAMBIA LA VIDA" - no buscarse a sí mismo, sino revestirse de Cristo y entregarse con Cristo.


En el mes que Palestra Tucumán le dedica a San Pablo, encontramos este artículo relacionado son Pablo de Tarso. 
El miércoles 8 noviembre de 2006, durante la audiencia general, Benedicto XVI, estuvo dedicado a recordar la figura del apóstol Pablo, se concentró en «La centralidad de Jesucristo» como el aspecto más destacado de la vida cristiana del «decimotercer apóstol», Saulo de Tarso.
Recordando el encuentro de Pablo con Cristo, de camino a Damasco, adonde iba para perseguir a los cristianos, el obispo de Roma constató cómo aquel momento «revolucionó literalmente su vida».

«Cristo se convirtió en su razón de ser y en el motivo profundo de todo su trabajo apostólico».
«En sus cartas, después del nombre de Dios, que aparece más de quinientas veces, el nombre mencionado con más frecuencia es el de Cristo (380 veces)».
La historia de aquel apóstol, nacido en la actual Turquía, aclaró, permite comprender «cómo Jesucristo puede influir en la vida de una persona y, por tanto, también en nuestra misma vida».
«En realidad, Jesucristo es el ápice de la historia de la salvación y por tanto el verdadero punto discriminante en el diálogo con las demás religiones».
«¿Cómo tiene lugar el encuentro de un ser humano con Cristo? ¿En qué consiste la relación que se deriva del mismo?».
Pablo, respondió, «ya no vive para sí mismo». «Vive de Cristo y con Cristo: dándose a sí mismo».
Esta es «la nueva orientación que nos ha dado el Señor, que nos da la fe. ¡Ante la cruz de Cristo, expresión máxima se su entrega, ya no hay nadie que pueda gloriarse de sí!».

El Papa ilustró sus palabras con algunas de las expresiones plásticas con que san Pablo explica esto en sus cartas. «En cuanto a mí --escribe, por ejemplo, en Gálatas 6, 14--, ¡Dios me libre gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual el mundo es para mí un crucificado y yo un crucificado para el mundo!».
San Pedro y San Pablo
La «identidad cristiana», como enseña el apóstol, se compone de dos elementos: «no buscarse a sí mismo, sino revestirse de Cristo y entregarse con Cristo, y de este modo participar personalmente en la vida del mismo Cristo hasta sumergirse en Él y compartir tanto su muerte como su vida».
«Por una parte, la fe debe mantenernos en una actitud constante de humildad ante Dios, es más, de adoración y de alabanza en relación con Él. De hecho, lo que somos como cristianos sólo se lo debemos a Él y a su gracia».
«Por otra parte, nuestra radical pertenencia a Cristo y el hecho de que “estamos en Él” tiene que infundirnos una actitud de total confianza y de inmensa alegría».

En definitiva, «tenemos que exclamar con san Pablo: “Si Dios está por nosotros ¿quién contra nosotros?”».

- JORNADAS PAULINAS 40 AÑOS – Después de Jesús, San Pablo nos mostró la forma de cómo cruzar a la Otra Orilla.

Desde hace más de 30 años que venimos realizando eventos o actividades relacionados con San Pablo, quien es el que nos inspira en nuestra Mística y Espiritualidad, las actividades fueron variadas a los largo del tiempo, desde charlas, conferencias, mesas redondas, representaciones, canciones, concursos, semanas, quincenas Paulinas, jornadas de todo tipo, que enriquecieron la vivencia diaria del Movimiento. Además de otorgarnos una identidad definida en la Diócesis, una manera se Ser y Hacer dentro de la Iglesia.
Este año tendremos la oportunidad de realizar actividades para conocer, honrar, reflexionar y poner en práctica el conocimiento de Pablo de Tarso, las mismas tendrán un telón de fondo, el cumpleaños número 40 de Palestra en Tucumán.
Esta JORNADAS PAULINAS 40 AÑOS, se desarrollarán en 3 días significativos, además de brindar a los Palestristas material de reflexión y estudio. Estas son las Fechas y las otras actividades:
29 junio: JORNADAS PAULINAS 40 AÑOS - Misa de San pablo – 21 hs. Tulio. Encargados: Comunidad Galilea.

01 Julio: JORNADAS PAULINAS 40 AÑOS - CONFERENCIA PAULINA. Disertante: Pbro. Leonardo Valoy. 21 hs. Salón de Actos Tulio (Ex Templo Parroquial)

02 Julio: JORNADAS PAULINAS 40 AÑOS -   Representar Cartas de San Pablo. 17 hs. Lugar a confirmar. (En el Tulio se realiza el Locro Anual)

Tendremos también a disposición de las Comunidades material sobre San Pablo realizado en otras Jornadas, material en formato digital sobre su Biografía, Libros de la Biblioteca del Movimiento (Comisión FE), Videos, películas, Presentaciones en Power Point, 26 artículos sobre distintos temas relacionados con la influencia de Pablo.

COMPARTIMOS: Hacer clic en este título para ver nota y video. 

PABLO, EVANGELIZADOR Y EVANGELIO – La evangelización paulina en las grandes ciudades le dio un tono de universalismo y al mismo tiempo, un gran sentido de familia. Evangelio para todos.

La mejor forma de celebrar a Pablo Apóstol, es conocerlo, más allá de lo que conocemos y por sobre todo poner en funcionamiento en nuestras vidas su testimonio de misión.
Este artículo tiene varios vínculos relacionados:

PABLO, EVANGELIZADOR Y EVANGELIO
Hoy se habla mucho de cómo ha de hacerse la evangelización, y poco sobre cuantos la han de llevar a cabo; la cuestión crucial sigue estando en si los evangelizadores están ya, suficientemente, evangelizados.
Hacer memoria de Pablo apóstol puede ser camino de recuperación apostólica. Con toda intención se opta aquí por recordar dos elementos e la evangelización paulina, que de ser tenidos en cuenta hoy, devolverían a la nueva evangelización el entusiasmo y la eficacia de los inicios.
.- Primero, la misión paulina fue, básicamente, urbana; sus destinatarios, habitantes de populosas ciudades, y sus primeros templos, casas particulares; ello confirió a la evangelización paulina un tono de universalismo cosmopolita y, al mismo tiempo, un gran sentido de familia.
.- Segundo, la paulina fue una evangelización que estuvo en manos de testigos. Y una evangelización testimonial obliga al evangelizador a convertirse en realización viva de cuanto anuncia.
PABLO, MODELO DE EVANGELIZADOR
La elección de Pablo como estímulo e inspiración de evangelizadores está más que justificada. La primera canonización del apóstol es obra del autor de Hechos.
Pero es la misma comunidad cristiana quien ha presentado a Pablo como su mejor evangelizador, aún sabiendo que el apóstol no había sido discípulo de Jesús, ni elegido por él ni por él educado. Pablo, quien pudo no haber conocido personalmente a Jesús, ha sido, sin duda alguna, quien mejor lo da a conocer.
Aquí reside la figura de Pablo, si quien no fue evangelizado por Jesús, pudo ser su mejor evangelizador, quienes no han llegado aún a ser buenos discípulos no deberían desesperar de acabar un día como excelentes testigos.
LA MISIÓN PAULINA
Pablo no fue el iniciador de la misión cristiana al mundo gentil ni creó sus presupuestos. Apenas convertido, eso sí, se insertó en una comunidad y, como su delegado, asumió la tarea evangelizadora. Pero, abandonando muy pronto el terreno que él no había sembrado, buscó predicar sin más fronteras que las que le imponían los límites del mundo. Intentaba así pagar la deuda contraída con Cristo, quien le había enviado a predicar el evangelio a los paganos.
ENVIADO A LOS PAGANOS
La conciencia de ser apóstol motivó su incansable misionar “llenándolo todo con el evangelio de Cristo”. Vivía su vocación como un acontecimiento definitivo, que le hizo comprender su vida y su misión de un modo novedoso, convencido de que el día del Señor era inminente: el evangelio debía ser predicado con urgencia a los paganos, pues “la noche está avanzada y el día ya se echa encima”. De ahí que no aceptara límites para su misión, ni fronteras, geográficas, culturales o sociales, para su evangelio.
En la evangelización lo que estaba en juego no era el éxito de su vida personal sino “el poder de Dios para la salvación de los que creen”.
CONSTRUCTOR DE VIDA EN COMÚN
Pablo se entendió a sí mismo más como fundador de comunidades que como su acompañante, primer predicador antes que permanente catequista.
Como fundador, Pablo se sabía padre de comunidades y de creyentes individuales (Onésimo, Timoteo, Tito… entre otros.
Sentía por los suyos profundo amor, su suerte le angustiaba, le indignaban sus crisis, le causaba alegría su fidelidad.
Su oración por ellos era constante, con gozo, o preocupación, su afecto era tan grande que pudo declararse dispuesto a gastar la vida por quienes sabe no le aman demasiado.
Supo mantener con sus comunidades una relación diferenciada y personal. Si no todas las comunidades por él fundadas le fueron siempre fieles, ninguna le fue indiferente. Las cartas que nos ha dejado lo demuestran y, al mismo tiempo, prueban el interés del apóstol por seguir informado de sus vicisitudes y preocupado por su continua formación.
LA URBE, CAMPO DE MISIÓN Y CENTRO MISIONERO
Pablo concentró su esfuerzo evangelizador en unas pocas ciudades, donde no había llegado aún el evangelio. Las grandes urbes, situadas a lo largo de las calzadas romanas, eran más fácilmente alcanzables; sólo en ellas podía Pablo hacerse entender siempre en griego. La metrópoli helenística era el lugar donde se podía tomar contacto con la nueva civilización, donde se tropezaba con las novedades, donde podían ofrecerse cambios, “donde estaba el imperio y donde empezaba el futuro”.
La táctica evangelizadora del apóstol; quiso sembrar el imperio de pequeñas células, estratégicamente situadas y permanentemente ligadas a su persona, a las que encargaba proseguir su misión personal. Las comunidades, recién fundadas, debían hacerse inmediatamente responsables de la evangelización de la entera región: Filipos, de Macedonia; Tesalónica, de Macedonia y Acaya; Corinto, de Acaya, Éfeso, de Asia Menor.
UN CRISTIANISMO MUY DOMÉSTICO
En permanente peregrinaje, Pablo tuvo que recurrir frecuentemente a la hospitalidad de los hermanos en casas privadas.
Judas en Damasco, Lidia en Filipos, Jasón en Tesalónica, Áquila y Priscila en Éfeso, lo mismo que Ticio Justo y Cayo en Corinto fueron algunos de sus huéspedes habituales.
La casa particular le ofreció alojamiento y cobijo y, además, un ambiente adecuado para la propaganda y el culto.
Sin estos lugares de acogida, que por fuerza exigían comunidades reducidas en número, hubiera sido impensable la misión paulina.
Único lugar de reunión en grandes núcleos urbanos, el ambiente familiar de la casa contribuyó a la familiarización de la vida cristiana, de sus estructuras, de su gobierno, de sus códigos de conducta. El vocabulario paulino lo refleja: los cristianos son hermanos, hermanas; el apóstol se ve como padre, como madre.
Pablo habla de construir la comunidad como si de una casa se tratara y se considera a sí mismo como su administrador o arquitecto.
UNA MISIÓN EN COLABORACIÓN
Pablo acudió a la ayuda de colaboradores para cuidar de los suyos en su ausencia, dada la imposibilidad de visitarlos más a menudo. Las fuentes conocen casi un centenar de personas que le ayudaron en su misión; sólo al final de su carta a los romanos llega a citar 26 colaboradores suyos.
Tanto Hechos como la correspondencia paulina afirman la presencia activa de mujeres en la misión paulina. Algunas eran conversas, como Lois y Eunice, Damaris o Lidia; otras llegaron a ocupar puestos de responsabilidad en las comunidades locales, como Cloe y Ninfa; unas compartieron con Pablo misión apostólica: Evodia y Síntique; otras llegaron, probablemente, a ejercer funciones ministeriales, como Febe, diaconisa en Cencres y protectora del apóstol y Junia, ilustre entre los apóstoles y compañera de prisión de Pablo; con algunas, la querida Pérside y la madre de Rufo, que la considera como propia, mantuvo relaciones de afecto.
Bien sabía Pablo que esos colaboradores no eran suyos, sino de la misión. En su modo de relacionarse y educar personalmente a sus colaboradores, a quienes concede libertad total de acción y de iniciativas, mientras espera de ellos que se atengan al evangelio y guarden la unidad con él reside la grandeza de Pablo apóstol.
PRIMERA LITERATURA CRISTIANA
Cuando aparecieron las cartas paulinas, entre los años 50 y 60 d.C., no se conocía todavía el evangelio escrito y, a lo sumo, circulaban por las comunidades colecciones de sentencias, resúmenes de milagros y alguna narración de los últimos días de Jesús. La correspondencia paulina, el testimonio literario más cercano a los hechos pascuales que ha llegado hasta nosotros, refleja las tensiones y los logros, las dificultades y los éxitos de una evangelización ya universal.
DOS IMPORTANTES CONSECUENCIAS
La primera es la más obvia. Antes de que existiera el NT, existió un apóstol, cuya urgencia por estar en comunicación con sus comunidades provocó el nacimiento de un epistolario.
Pablo, seguramente, jamás pensó en que sus cartas valieran más que para lo que fueron escritas: ser leídas por la comunidad destinataria. El hecho es que con su correspondencia nació el NT.
Bastó, pues, un apóstol que escribía sólo cuando no podía estar presente, que no abandonaba a sus comunidades aunque estuviera ausente de ellas, que se ocupaba de las preocupaciones de sus cristianos, para que Dios dejase escrita su voluntad, renovada, de cercanía: un testamento nuevo.
Sólo apóstoles cercanos a sus comunidades podrán acercarles el evangelio.
La segunda consecuencia, que Dios quiere abrir una nueva revelación mediante la correspondencia. Fue, sin duda, una decisión que nos descubre un rasgo típico de ese Dios, el haber elegido la carta como género literario y el hablarnos a través de la vida de las comunidades.
Mientras el Dios del AT se reveló, de modo preferente, a través de la historia de su pueblo, el Dios del NT se desvela en la crónica diaria de sus comunidades creyentes.
Ya no es el relato de hazañas pasadas lo que identifica a nuestro Dios, ni será la experiencia de los antepasados el criterio de la nueva experiencia de Dios.
Bastará con que se nos cuente la propia vida común, repleta de tensiones y de esfuerzos de fidelidad.
Bastará con hacer experiencia de la fe y del pecado común, para encontrarse con el Dios del Señor Jesús.
VÍNCULOS RELACIONADOS:

- SAN PABLO - La contemplación de la vida a través de la vocación de un hombre comprometido con la Fe en Jesús.

Contemplar es mirar el hombre y el mundo con los ojos de la oración, echando la mirada a los acontecimientos de la Escritura para interpretarlos como hechos que, hoy, cada hombre puede experimentar.
No hay que huir del presente, sino de asumir nuestra propia historia y la historia de los próximos, como lugar de la visión de Dios. La contemplación es una necesidad del hombre; la profunda necesidad de percibir la unidad de las cosas divinas y humanas.
Uno de los objetivos del Año Paulino, fue el profundizar en el conocimiento de la persona, de la obra y del pensamiento de Pablo de Tarso.
Desde la iniciación del Año Paulino, hasta hoy, ha sido hermoso en todo este tiempo, contemplar todo lo que se hizo en el movimiento; los 23 Artículos sobre Pablo, los videos, la Historieta de San Pablo, publicados en el InfoPalestra y en Dirigentes Paulinos.
La adaptación del logo para integrarlo a nuestras actividades, las presentaciones en power point, las charlas que se dieron en las Comunidades, las lecturas y frases paulinas que se eligieron para las distintas espiritualidades, los Juegos Comunitarios, el Encuentro Paulino Infantil, el InfoPalestra impreso, el Retiro de cierre del Año Paulino. Además de todo lo que se hizo en la Diócesis y la participación de los Palestristas.
Y toda la recopilación, para poner en común, del material Paulino de los años anteriores, realizado en las distintas Quincenas y Semanas de San Pablo, con sus diapositivas sobre temas Paulinos, las Representaciones teatrales sobre sus cartas o pasajes de la vida de Pablo, la Serenata Paulina, las oraciones a San pablo que rescatamos de hace muchos años, material que se realizó para honrar, festejar, profundizar, tomar ejemplo y comprender la sabiduría de su método evangelizador.
Tantas cosas que nos llevaron a contemplar a este hermano que asumió su vocación para recorrer el mundo llevando la persona de Cristo.
El, contemplo a los hombres de su tiempo, su cultura, su espiritualidad, sus creencias, su manera de vivir y de sentir y actuó en consecuencia.
Porque ESO ES CONTEMPLAR; MIRAR CON INTERÉS, TENER EN CUENTA, COMPLACER A DIOS en la Misión encomendada.
Pablo, con sus cartas, llenas de trabajo común, de oración por las comunidades y sus miembros, reflejó así, su manera de mirar los acontecimientos de esas personas y con la escritura, llevarlos a unir lo divino con lo humano.
Ha sido conmovedor contemplar a Pablo cosmopolita, hombre de tres culturas, a Saulo hijo amado de Tarso, al fariseo fanático y perseguidor, al ciego de Damasco, al cautivado por Jesús, al Apóstol incansable, al creador de Comunidades, al formador de discípulos, al perseguido y preso por una causa, la del evangelio de Jesús.
Ahora, como fruto de esa contemplación, buscaremos estar a la altura de esas necesidades espirituales de volcar lo que hemos visto, oído, contemplado y aprendido en todo este tiempo. Nuestra Iglesia, no será la misma, Palestra no será el mismo Movimiento que antes de comenzar a profundizar la figura de nuestro patrono.
Todo se debe multiplicar en nuestros corazones y en nuestras comunidades, multiplicar las acciones pastorales, las estrategias de evangelización en otros ambientes, las iniciativas sociales para fomentar el bien común, la cálida acogida a aquellos hermanos que están marginados hasta en nuestra propia Iglesia, a respetar y valorar las demás creencias, a profundizar la evangelización de todas las personas y sus estados, todas las edades y sus circunstancias.
Contemplar a San Pablo, nos hace comprometernos aún más por el bien común y el sujeto principal de ese bien, el ser humano.

- LA CONVERSIÓN DE PABLO VISTA POR DENTRO - En Cristo; bautizado, muerto y sepultado, para resucitar y caminar una vida nueva.

La mejor explicación de la conversión de san Pablo es la que da él mismo cuando habla del bautismo cristiano como ser "bautizados en la muerte de Cristo", "sepultados junto con él" para resucitar con él y "caminar en una vida nueva".
Él ha vivido en sí mismo el misterio pascual de Cristo, en torno al cual gravitará a continuación todo su pensamiento.
Hay también analogías externas impresionantes. Jesús permaneció tres días en el sepulcro; durante tres días, Saulo vivió como un muerto: no podía ver, estar de pie, comer, después en el momento del bautismo sus ojos volvieron a abrirse, pudo comer y retomó las fuerzas, volvió a la vida.
Inmediatamente después de su bautismo, Jesús se retiró al desierto y también Pablo, después de ser bautizado por Ananías, se retiró al desierto de Arabia, es decir, al desierto alrededor de Damasco.
Los exegetas calculan que entre el acontecimiento en el camino de Damasco y el inicio de su actividad pública en la Iglesia hay una decena de años de silencio en la vida de Pablo. Los judíos lo buscaban para matarlo, los cristianos no se fiaban aún y le tenían miedo.
El apóstol hizo un noviciado largo; su conversión no duró unos pocos minutos. Y en su kénosis, en este tiempo de vaciamiento y de silencio, es donde acumuló esa energía rompedora y esa luz que un día derramará sobre el mundo.
De la conversión de Pablo tenemos dos descripciones distintas: una que describe el acontecimiento, desde fuera, en clave histórica, y otra que describe el acontecimiento desde dentro, en clave psicológica o autobiográfica.
El primer tipo es el que encontramos en las diversas narraciones que se leen en los Hechos de los Apóstoles. A él pertenecen también algunos esbozos que el propio Pablo hace del acontecimiento, explicando cómo de perseguidor se transformó en apóstol de Cristo.
Al segundo tipo pertenece el capítulo 3 de la Carta a los Filipenses, donde el Apóstol describe lo que ha significado para él, subjetivamente, el encuentro con Cristo, lo que era antes y lo que ha llegado a ser a continuación; en otras palabras, en qué ha consistido, esencial y religiosamente, el cambio realizado en su vida.
Nosotros nos concentramos en este texto que, por analogía con la obra de san Agustín, podríamos definir "las confesiones de san Pablo".
En todo cambio hay un punto de partida y un punto de llegada. El apóstol describe ante todo el punto de partida, lo que era antes:
"Si algún otro cree poder confiar en la carne, más yo. Circuncidado el octavo día; del linaje de Israel; de la tribu de Benjamín; hebreo e hijo de hebreos; en cuanto a la Ley, fariseo; en cuanto al celo, perseguidor de la Iglesia; en cuanto a la justicia del la Ley, intachable".
Uno puede equivocarse fácilmente al leer esta descripción: éstos no eran títulos negativos, sino los máximos títulos de santidad de aquel tiempo. Con ellos se habría podido abrir en seguida el proceso de canonización de Pablo, su hubiera existido en aquella época. Es como decir hoy de uno: bautizado el octavo día, perteneciente a la estructura por excelencia de la salvación, la Iglesia católica, miembro de la orden religiosa más austera de la Iglesia (¡esto eran los fariseos!)…
En cambio, en el texto hay un punto y aparte que divide en dos la página y la vida de Pablo. Comienza con un "pero" adversativo que crea un contraste total:
"Pero lo que era para mí ganancia, lo he juzgado una pérdida a causa de Cristo. Y más aún, juzgo que todo es pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por quien perdí todas las cosas, y las tengo por basura para ganar a Cristo".
Tres veces repite el nombre de Cristo en este breve texto. El encuentro con él ha dividido su vida en dos, ha creado un antes y un después.
Un encuentro personalísimo (es el único texto donde el apóstol usa el singular "mío", no "nuestro" Señor) y un encuentro existencial más que mental. Nadie podrá nunca conocer a fondo qué sucedió en aquel breve diálogo: "¡Saulo, Saulo!" "¿Quién eres, Señor?" "Yo soy Jesús".
Una "revelación", la define él en Gálatas. Fue una especie de fusión a fuego, un relámpago de luz que aún hoy, habiendo pasado dos mil años, ilumina al mundo.
Kénosis es un término procedente de la expresión griega "ekenosen eauton" igual a; se anonadó, o, más exactamente: se vació, empleada por san Pablo para indicar el empobrecimiento voluntario de Cristo en la Encarnación (Flp 2, 7)
Pbro. Raniero Cantalamessa. OFM. Zenit.

- LA EPÍSTOLA Y EL APÓSTOL SAN PABLO - Hoy nos siguen llegando sus enseñanzas a través de sus Epístolas.

Para seguir conociendo y profundizando a Pablo de Tarso, ofrecemos un artículo sobre San Pablo y las Epístolas.
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El significado del término griego Epistolé (que traducimos generalmente como CARTA o EPÍSTOLA) está determinado por el verbo Epistellein: ENVIAR, NOTIFICAR, ORDENAR.
Designa lo transmitido por medio del mensajero enviado (APOSTOLOS). No debe sorprendernos entonces que la Epístola sea el género predominante entre los escritos del Nuevo Testamento y la forma más adecuada mediante la cual el Apóstol seguía predicando a las comunidades distantes.
De los 27 escritos del Nuevo Testamento, 21 se presentan como EPÍSTOLAS. Y entre los 6 restantes (Evangelios, Hechos y Apocalipsis) la Revelación del vidente Juan tiene como introducción un cuerpo de siete cartas dirigidas a las Iglesias de Asia...
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LEER COMPLETO entrando a este vínculo:

- SAN PABLO Y SU CIUDAD; TARSO - Para valorar mis cimientos, en el cual, Dios, se presentará a mejorar lo que haya que mejorar y potenciar los dones.

Vamos a profundizar la figura de Pablo de Tarso, de todo aquello que tuvo influencia directa en su vida. Un pueblo, una nación, una familia, y sobre todo una ciudad; Tarso, su importancia, su ubicación, su cultura, su manera de vivir y hacer.
Todos estos elementos indispensables para proyectar su incesante labor de propagación de las enseñanzas de su Maestro; Jesús.
Para este judío cuyo primer nombre es Shaúl (Saulo), que significa "implorado", "deseado", toma como segundo nombre, además del judío, debido a su condición de ciudadano romano que poseía su familia, un nombre latinizado o helenizado; Paulo (Hech. 13,9) y es el que prefiere y el que usa en todas las cartas.
Pablo debió haber nacido alrededor del año 5 de nuestra era. Cuando escribe la carta a su amigo Filemón Pablo se considera ya "viejo". Conforme al modo de pensar de aquel tiempo se consideraba "viejo" a quien tuviera más de 55 años de edad.
La carta a Filemón fue escrita cuando Pablo estaba en la prisión, probablemente en la primera prisión romana que duró dos años, del 58 al 60. Si restamos los 55 años al año 60, nos queda el año 5.
Pablo nació en Tarso, en Cilicia, Asia Menor. Hay dos ciudades que influyeron decisivamente en su vida; Tarso y Jerusalén. Pablo tenía educación judía y formación griega en la ciudad universitaria y provincial de Tarso. Tarso era una ciudad enorme. Conforme a los cálculos de algunos historiadores tenía cerca de 300.000 habitantes…


Para leer completa la entrada y para disfrutar de un video que nos enseña no solo la actual ciudad sino las excavaciones realizadas y un paseo por los primeros tiempos del Cristianismo, entramos a este vínculo: http://lidydir.blogspot.com

- SAN PABLO Y EL ESTADIO DE DIOS - Dedicado a todos los Palestristas que incansablemente lucharon y luchan para superar los obstáculos de la vida.

Estamos desde hace un tiempo en plena “efervescencia olímpica”, la plena competencia, la capacitación física con el cultivo del carácter encaminada a conseguir logros destacables, en donde la competición, los éxitos son una expresión del instinto de pasar a la historia, de la intención de inmortalizarse en los familiares, los amigos y todos aquellos que viven alrededor del estilo deportivo.
PALAIO - PALAISTRA - PALESTRA: En las cartas de Pablo es recurrente escribir como un hombre de ciudad, con todo lo que eso significa, usar elementos propios de una ciudad; entre varios ejemplos habla del estadio (Palaistra), adonde compara la lucha (Palaio), el esfuerzo del atleta por conquistar la victoria, los laureles, con el camino del cristiano hacia logros no perecederos.
San Pablo, se demuestra experto en competiciones, luchas, carreras; reconoce el valor del deporte como capacitación para superar obstáculos y ganar respetando las reglas: "El atleta no recibe el premio si no lucha según las reglas".
Subraya también lo precario de los resultados, pues, aún después de la victoria, la carrera continúa: "Corremos con perseverancia en la carrera que tenemos delante".
Es decir; la meta se desplaza cada vez más allá, el premio recibido es provisorio y, lo que está en juego, es una salvación que va más allá de la competición.
Lo evoca en la carta a los Filipenses: "No es que yo ya haya alcanzado la meta o que ya haya conseguido la perfección, pero sigo corriendo con la esperanza de alcanzarla, habiendo sido yo mismo alcanzado por Cristo Jesús. Sin embargo, hermanos, no creo haberlo logrado aún, sino que, olvidando lo que dejé atrás, me lanzo hacia adelante, para acercarme a la meta, al premio del llamado celestial que Dios me ha hecho en Cristo Jesús".
La meta para el apóstol no es lo que está señalado en el suelo con unas líneas de un color particular, o con un cinta que el primero en llegar, corta. Para el apóstol la señal es el fin más allá del fin. No solo es la victoria sobre sí mismos, fruto de un esfuerzo gratificante, sino que es la perfección cristiana, que va más allá del éxito temporal y es un don y una tarea, un regalo de Dios y un esfuerzo (entrenamiento, competición) de los que participan.
San Pablo, en su teología, utiliza la terminología de la lucha para exhortar al cristiano a empeñarse en la carrera de la vida, para combatir las adversidades, para gratificarse con el esfuerzo, con la competencia. Pablo, no toma la competencia, la lucha, como un combate de exterminio del otro que participa en la lucha, lo toma como eso, una competencia, una participación. Una manera de superar inconvenientes, propios y ajenos, con reglas e instrumentos adecuados.
Los records, la fiebre por las medallas, el uso de la competencia para hacer valer la supremacía de una nación sobre otra, de una ideología sobre otra, el uso de métodos, propagandas, sustancias dañinas y que sacan ventajas, el uso y abuso de fármacos y en el ámbito comercial, la lucha de una marca de indumentaria deportiva sobre otra.
Males que asolan los niveles competitivos, no se dan la mano con lo pensado en la elaboración de los principios modernos de los Juegos Olímpicos. Y mucho menos con lo que plantea Pablo de Tarso.
En su última carta a Timoteo, Pablo todavía usa un lenguaje deportivo, habla de lucha y de carrera, de la corona que tiene que recibir en premio, del juez de competición: "En cuanto a mí, yo estoy a punto de ofrecer mi vida y el momento de mi partida es inminente. He combatido la buena batalla, he concluido mi carrera, he conservado la fe. Sólo me queda recibir la corona de justicia que el Señor, justo juez, me entregará en aquel día".
Esta consideraciones paulinas reconocen a la competición un valor auténticamente humano, porque en el deporte no se trata tanto de enfrentarse con otro, cuanto con uno mismo, y en esta competición hace falta respetar las reglas con lealtad, porque, quien gana eludiendo la regla, sabe que no ha ganado, aunque haya recibido el premio entre los aplausos de todos.
Y por casa como andamos, por nuestra Iglesia, nuestro Movimiento, nuestra Comunidad, nuestra familia, nuestros ambientes, como asumo las diferentes luchas.
Y nuestras leyes, las que usamos diariamente, sirven para ganar como corresponde o solo son un engaño para considerarme un ganador efímero.
En nuestro caso la participación es colectiva, comunitaria, no tenemos enemigos de carne y hueso para vencer, son otras las competencias que debemos realizar, empezando por la construcción del Reino de Dios entre los hombres y las superaciones personales y comunes (criterios, hábitos, errores, pecados, limitaciones autoimpuestas, indiferencias, miedos, estancamientos, cansancios…)
Lo recuerda San Pablo en la primera carta a los Corintios: "¿Saben ustedes que en el estadio todos corren, pero uno solo alcanza el premio? Ustedes corran de tal manera que lo logren.
Por eso los atletas se abstienen de todo con el fin de conquistar una corona corruptible, mientras que nosotros aspiramos a una incorruptible.
Yo, pues, corro, pero no sin rumbo; peleo, pero no como uno que da golpes al aire; más bien disciplino duramente mi cuerpo y lo domino, no me suceda que después de haber enseñado a los demás, quede yo descalificado".
Cada vez que lleguemos a una meta, tendremos otras a conquistar, a luchar, a esforzarnos, y exige de nosotros un entrenamiento continuo, intenso, comunitario... para seguir en el camino de perfección para alcanzar la salvación.
Los laureles, los premios, las medallas, el reconocimiento, la fama, son pasajeras, lo importante es la lucha, el sentirnos preparados para las circunstancias de la vida.
Circunstancias, vivencias, experiencias que son “competiciones”, signos y símbolos de la lucha que cada uno lleva a cabo por si mismo o en comunidad para superar las metas de la vida en vista al resultado final, que se halla más allá de los eventos de la historia, pero que dependen de ellos.
Vínculo relacionado: http://lidydir.blogspot.com/2007/07/escuela-de-dirigentes-2007-clase-1.html

- AREÓPAGOS DE NUESTROS TIEMPOS – Una reflexión sobre Pablo en Atenas y sobre nosotros en los Ambientes.

Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu hervía viendo la ciudad plagada de ídolos. Empezó a tener contactos en la sinagoga con judíos y con griegos, hablando también con los que diariamente se encontraban en las plazas de la ciudad.
Algunos filósofos epicúreos y estoicos entablaron conversación con él. Y comentaban entre ellos:
- “¿Qué querrá decir este charlatán?”.
- “Parece ser un predicador de dioses extranjeros.”
Decían esto porque escucharon que hablaba de Jesús y de la resurrección.
Lo agarraron entre varios y lo llevaron con ellos al Areópago y le preguntaron: “¿Podemos saber cuál es esa nueva doctrina que enseñas?, nos gustaría saber de qué se trata.”
Entonces Pablo se puso de pie en medio del Areópago, y les dijo: “Ciudadanos de Atenas, veo que son personas sumamente religiosas. Mientras recorría la ciudad contemplando sus monumentos sagrados, he encontrado un altar con esta inscripción: “Al Dios desconocido.” Pues bien, lo que ustedes adoran sin conocer, es lo que yo vengo a anunciarles.”
Y Pablo comenzó a hablar y cuando oyeron hablar de resurrección de los muertos, unos empezaron a burlarse , y otros le decían: “Sobre esto te escucharemos en otra ocasión.” Así fue como Pablo salió de entre ellos. “Algunos hombres, sin embargo, se unieron a él y abrazaron la fe, entre ellos Dionisio, miembro del Areópago, una mujer llamada Dámaris y algunos otros”. Hechos 17.

Areópago: En griego antiguo: Areios (Ἄρειος); Ares, Dios de la Guerra. Pagos (πάγος): colina. Colina de Ares.
Lugar donde se reunían los integrantes del Tribunal superior a filosofar, debatir, a discutir distintos temas en la antigua Atenas.
Cuantos hermanos alrededor nuestro “adoran” a dioses desconocidos, incluso en nuestra propia Iglesia. A imitación de Pablo, debemos prepararnos en la Palestra integral para ir a esos lugares, a esos areópagos, que tienen distintas formas; politica, economía, barrio, educación, salud, deporte, diversión, familia, matrimonio, trabajo, noviazgo.
En estos días, el mundo se convirtió en un Areópago, porque muchos escucharon hablar sobre el Año Paulino, lo escucharon del Papa, de sacerdotes y de hombres y mujeres en distintos lugares de este mundo.
Escucharon hablar y escribir sobre Jesús y la acción de su llamado en Pablo y las consecuencias para la humanidad de esa respuesta de este hombre de Tarso, el que abrío el panorama del Evangelio a todo el mundo.
Muchos, en estos días a imagen de los hombres en el Areópago de Atenas adonde Pablo habló, al escuchar este llamamiento a vivir un Año Paulino, tuvieron sentimientos encontrados, actitudes de indiferencia y de rechazo a este Dios que se nos presenta.
De eso se trata, de recorrer los caminos que nos llevarán a esos ambientes poblados de hermanos, y hablar, compartir, vivir la palabra de Dios, debemos asumir los ambientes como un Areópago, un lugar donde se explicite a Cristo sin importar las consecuencias de esa acción.
Tantos lugares donde hablar de Jesús, tantos lugares donde animarse a “fracasar” en nombre de Cristo.
Por eso, es bueno rescatar algunos elementos de la metodología de San Pablo; primero, conocer el ambiente; mirar, escuchar, ver, sentir, percibir, rezar, hacerse todo con todos.
Luego; estar convencido que no debe adornar su mensaje, que lo debe bajar a la cultura y a la manera del que escucha, pero no sacarle el contenido esencial del mensaje de Jesús, hacerse universal.
Después, dejarse llevar por el Espíritu de Dios y hablar, explicitar el mensaje, porque Dios está presente siempre, pero en la Evangelización hace falta hacerlo tangible, hacerlo presente con actitudes del Buen Samaritano, de Marta y María, del Centurión, de Zaqueo, de la Samaritana.

Esos son los desafíos que tenemos que animarnos a ofrecer a Dios por medio de nuestro Apostol, usando su interseción, para animarnos a ir a esos ambientes a hablar del Dios desconocido y nos daremos cuenta que aunque lo sigan desconociendo... “algunos hombres, se unirán a El y abrazarán la fe.”

- PARA USTEDES, QUIEN SOY YO?.

Jesús conversa con sus discípulos en la región de Cesarea de Filipo, no lejos de las fuentes del Jordán. El episodio ocupa un lugar destacado en el evangelio de Mateo.
Probablemente, quiere que sus lectores no confundan las iglesias que van naciendo de Jesús con las sinagogas o comunidades judías donde hay toda clase de opiniones sobre él.Lo primero que hay que aclarar es quién está en el centro de la Iglesia.
Jesús se lo pregunta a sus discípulos: “ Para ustedes, ¿quién soy yo?”.
Pedro responde en nombre de todos: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”.
Intuye que Jesús no es sólo el Mesías esperado. Es el Hijo de Dios vivo. El Dios que es vida, fuente y origen de todo lo que vive.
Pedro capta el misterio de Jesús en sus palabras y gestos que ponen salud, perdón y vida nueva en la gente.
Jesús le felicita: Dichoso … porque eso sólo te lo ha podido revelar mi Padre del cielo. Ningún ser humano de carne y hueso puede despertar esa fe en Jesús.
Esas cosas las revela el Padre a los sencillos, no a los sabios y entendidos. Pedro pertenece a esa categoría de seguidores sencillos de Jesús que viven con el corazón abierto al Padre. Esta es la grandeza de Pedro y de todo verdadero creyente.
Jesús hace a continuación una promesa: Tú eres Pedro y sobre testa piedra yo edificaré mi Iglesia.
La Iglesia no la construye cualquiera. Es Jesús mismo quien la edifica. Es él quien convoca a sus seguidores y los reúne en torno a su persona. La Iglesia es suya. Nace de él.
Pero Jesús no es un insensato que construye sobre arena. Pedro será roca en esta Iglesia. No por la solidez y firmeza de su temperamento pues, aunque es honesto y apasionado, también es inconstante y contradictorio. Su fuerza proviene de su fe sencilla en Jesús. Pedro es prototipo de los creyentes e impulsor de la verdadera fe en Jesús.
Este es el gran servicio de Pedro y sus sucesores a la Iglesia de Jesús. Pedro no es el Hijo del Dios vivo, sino hijo de Jonás. La Iglesia no es suya sino de Jesús. Sólo Jesús ocupa el centro. Sólo El la edifica con su Espíritu.
Pero Pedro invita a vivir abiertos a la revelación del Padre, a no olvidar a Jesús y a centrar su Iglesia en la verdadera fe,
Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS.