- SAN PABLO - La contemplación de la vida a través de la vocación de un hombre comprometido con la Fe en Jesús.

Contemplar es mirar el hombre y el mundo con los ojos de la oración, echando la mirada a los acontecimientos de la Escritura para interpretarlos como hechos que, hoy, cada hombre puede experimentar.
No hay que huir del presente, sino de asumir nuestra propia historia y la historia de los próximos, como lugar de la visión de Dios. La contemplación es una necesidad del hombre; la profunda necesidad de percibir la unidad de las cosas divinas y humanas.
Uno de los objetivos del Año Paulino, fue el profundizar en el conocimiento de la persona, de la obra y del pensamiento de Pablo de Tarso.
Desde la iniciación del Año Paulino, hasta hoy, ha sido hermoso en todo este tiempo, contemplar todo lo que se hizo en el movimiento; los 23 Artículos sobre Pablo, los videos, la Historieta de San Pablo, publicados en el InfoPalestra y en Dirigentes Paulinos.
La adaptación del logo para integrarlo a nuestras actividades, las presentaciones en power point, las charlas que se dieron en las Comunidades, las lecturas y frases paulinas que se eligieron para las distintas espiritualidades, los Juegos Comunitarios, el Encuentro Paulino Infantil, el InfoPalestra impreso, el Retiro de cierre del Año Paulino. Además de todo lo que se hizo en la Diócesis y la participación de los Palestristas.
Y toda la recopilación, para poner en común, del material Paulino de los años anteriores, realizado en las distintas Quincenas y Semanas de San Pablo, con sus diapositivas sobre temas Paulinos, las Representaciones teatrales sobre sus cartas o pasajes de la vida de Pablo, la Serenata Paulina, las oraciones a San pablo que rescatamos de hace muchos años, material que se realizó para honrar, festejar, profundizar, tomar ejemplo y comprender la sabiduría de su método evangelizador.
Tantas cosas que nos llevaron a contemplar a este hermano que asumió su vocación para recorrer el mundo llevando la persona de Cristo.
El, contemplo a los hombres de su tiempo, su cultura, su espiritualidad, sus creencias, su manera de vivir y de sentir y actuó en consecuencia.
Porque ESO ES CONTEMPLAR; MIRAR CON INTERÉS, TENER EN CUENTA, COMPLACER A DIOS en la Misión encomendada.
Pablo, con sus cartas, llenas de trabajo común, de oración por las comunidades y sus miembros, reflejó así, su manera de mirar los acontecimientos de esas personas y con la escritura, llevarlos a unir lo divino con lo humano.
Ha sido conmovedor contemplar a Pablo cosmopolita, hombre de tres culturas, a Saulo hijo amado de Tarso, al fariseo fanático y perseguidor, al ciego de Damasco, al cautivado por Jesús, al Apóstol incansable, al creador de Comunidades, al formador de discípulos, al perseguido y preso por una causa, la del evangelio de Jesús.
Ahora, como fruto de esa contemplación, buscaremos estar a la altura de esas necesidades espirituales de volcar lo que hemos visto, oído, contemplado y aprendido en todo este tiempo. Nuestra Iglesia, no será la misma, Palestra no será el mismo Movimiento que antes de comenzar a profundizar la figura de nuestro patrono.
Todo se debe multiplicar en nuestros corazones y en nuestras comunidades, multiplicar las acciones pastorales, las estrategias de evangelización en otros ambientes, las iniciativas sociales para fomentar el bien común, la cálida acogida a aquellos hermanos que están marginados hasta en nuestra propia Iglesia, a respetar y valorar las demás creencias, a profundizar la evangelización de todas las personas y sus estados, todas las edades y sus circunstancias.
Contemplar a San Pablo, nos hace comprometernos aún más por el bien común y el sujeto principal de ese bien, el ser humano.