Pasó el 13 de Mayo y quizás a muchos no le dice nada, a otros les traerá el recuerdo alguna anécdota, alguna circunstancia vivida, algún acontecimiento, una fecha.
Un 13 de Mayo;
- Se celebra la fiesta de San Pedro Nolasco, el primer mercedario; figura significativa de la historia cristiana. Comerciante, compraba y vendía mercancías entre cristianos y musulmanes. Trasformó su "empresa" y la dedicó a la redención de los cautivos. Fue un promotor de la concordia entre musulmanes y cristianos. Dejó el camino de las armas (las cruzadas) y trasformó su comercio, en empresa de concordia para todos. De la mano de Maria, en la advocación de Nuestra Señora de la Merced.
- Revolución de Mayo de 1810. El 13 de mayo de 1810 las noticias de la caída de Andalucía llegaron a Buenos Aires y a Montevideo a bordo de embarcaciones británicas. Cisneros expresó públicamente su pesimismo sobre el futuro de España y su decisión de luchar por la independencia de América. Gracias, pues, a Napoleón, el terreno estaba preparado para la Revolución de Mayo.
- Nuestra Señora de Fátima, con su advocación tan popular que nos interpela para que sigamos a su Hijo, el Señor de la Vida. Una vez más, Maria se presenta en la vida de los hombres para cuidarnos y enseñarnos con palabras de Madre el significado del Amor.
- Palestra; En los 60 y 70, la realidad que interpela a los hombres, y por medio de ella habla Dios, hace un llamado y la respuesta de una porción de la Iglesia es el nacimiento de Palestra.
Palestra que a estos tiempos necesita una verdadera introspección, un mirar y definir sus acciones en vista al futuro. Tendrá el desafío concreto de mirar y mirarse no solo en la realidad que nos circunda, sino en lo que los hermanos del continente nos dicen sobre nuestra historia, sociedad, familia, tierra, ecología, recursos de todo tipo.
Estas fechas significativas junto a otras son el pasado, son la historia que se hace presente, pero también hay un futuro, que empieza en estos días, apoyado en la historia de los últimos años, comienza a caminar oficialmente la Conferencia de los Obispos Latinoamericanos.
- Aparecida; Reunión de los obispos Latinoamericanos, sacerdotes, religiosos/as, laicos.
Ojalá en Aparecida remontemos vuelo, sin reproches y con magnanimidad, sin rencores y con esperanza. Pero es importante retomar el rumbo y encaminarnos hacia un “nuevo Medellín”. En Aparecida deberá haber mucho de “nuevo”, pero también mucho de “Medellín”.
Y eso es lo que, en medio de los fallos y limitaciones, sigue presente en América Latina: religiosas que defienden a indígenas oprimidos; laicos y laicas que trabajan por los derechos humanos de los pobres, y con enfermos de sida; campesinos que estudian la Biblia y se adentran en la teología; grupos de solidaridad con los emigrantes; reuniones y encuentros populares y aniversarios de mártires; innumerables vidas escondidas admirables; obispos dedicados a su pueblo y que se mantienen “en rebelde fidelidad”… Y una larga letanía de cosas buenas que hacen los pobres y quienes con ellos se solidarizan.
Y hay fe. Es que el evangelio es como una pequeña planta que crece en cuanto la cuidamos un poco. Cuidarlo con esmero es la herencia de Medellín. Por eso tenemos esperanza.
El 13 de Mayo que “quizás” pasó desapercibido para muchos, pero para otros será el comienzo de una aventura de la Fe. Una vez más nos ponemos en marcha, luego de escuchar a Jesús y de alimentarnos en El.
En nuestro continente, ante la misión ya sea continental o la cotidiana, lo que los cristianos ofrecemos no debe ser conocimiento sino sabiduría, la sabiduría del destino último de la humanidad, el Reino de Dios. Podemos no tener idea de cómo el Reino vendrá, pero nosotros creemos en su triunfo. El mundo globalizado es rico en conocimiento. Uno de los retos de vivir en este mundo cibernético es que estamos inundados con información, pero hay poca sabiduría. Hay poco sentido de un destino último de la humanidad.
El discípulo debe ser portador de esta sabiduría como Jesús con los discípulos de Emaús, a través de;
Presencia- Es necesario, “conocer las preocupaciones”, “las heridas, los gemidos, los sufrimientos que sufre nuestro pueblo”. Pero debemos dar un paso más. Ser misionero no es lo que yo hago, es lo que yo soy.
Estar presente ante el otro implica una transformación de quien soy. Estando con y para otra persona, descubro una nueva identidad.
Epifanía- (Manifestar - mostrar) Jesús nos abre la inteligencia para que comprendamos, iluminando la situación, abriendo horizontes de esperanza. La belleza irresistible de Dios brilla a través de la más absoluta pobreza. Éste es nuestro reto en la aldea global, mostrar la belleza de Dios, al cual hemos alcanzado y caminado con él.
Proclamación- Cuando Jesús desaparece físicamente, los discípulos de Emaús, deciden, convencidos y entusiasmados, regresar a Jerusalén y reintegrarse a la comunidad apostólica. Así, el Evangelio cobra una proyección social, pues lleva a “realizar signos de compartir y de darse a los demás”, cuyo punto culminante es la Eucaristía.
En algunos lugares todo lo que podemos hacer es estar presentes, pero hay una confianza natural en hacer visible nuestra espera y explícita nuestra sabiduría. La palabra se hizo carne y ahora, en nuestra misión, la carne se hace palabra.