· PALANQUEANDONOS · Carta a las Comunidades Palestristas

“Por causa de Cristo, he sacrificado todas las cosas, las que considero como desperdicio,

con tal de ganar a Cristo y estar unido a él, no con mi propia justicia; la que procede de la ley; sino con aquella que nace de la fe en Cristo, la que viene de Dios y se funda en la fe”. Filipenses 3, 8-9

Queridos Palestristas: Desde hace tiempo que sentíamos la necesidad de comunicarnos con mayor frecuencia, estar presentes en cada una de las comunidades que forman nuestro Movimiento. A veces, por las actividades masivas y las de cada etapa, visitarlos personalmente, no es inmediato, por ello, este medio será nuestro apoyo, para estar en contacto asiduamente y que sientan que “pedaleamos” junto a uds.

A pesar de los contratiempos, estuvimos compartiendo reuniones con las Comunidades: Saulo, San José, Juan El Bautista, Nuevo Getsemanì y Kènosis, con el resto, continuaremos en los meses posteriores.

Desde la sencillez de nuestra persona, sabemos que el Señor se vale de nuestra nada, para hacernos sus instrumentos, somos ese siervo inútil que solo pretende escuchar a Dios, tratamos de imitar a Jesús, a pesar de que a veces, se hace cuesta arriba este camino, para que cada acción para nuestro Movimiento, sea un soplo del Señor y nos acerque un poquito más a El.

Tenemos presente, en cada paso, planificación y propuesta, el acto de Amor, humildad y despojo que tuvo el mismo Jesucristo en la última Cena, quién pese a su grandeza, lavó los pies a sus apóstoles, como signo de servicio, humildad y amor, esta es nuestra vocación, estar al servicio de cada uno de ustedes, que sientan que los amamos y que juntos pedaleamos en la vida, en esta palestra de cada día, sin apartarnos de la esperanza que nos da, la Buena Nueva.

Queridos amigos palestristas, uds. hagan lo mismo, por nuestra vocación paulina, estamos llamados a ser fervorosos evangelizadores, a servir a los hombres y al Evangelio, a formar comunidades, pero sobre todo, amándonos, para demostrar a los hombres que este camino, es de verdadera felicidad, de verdadera libertad interior.

Este es un tiempo especial y de gran bendición para nuestro Movimiento, ya que el Señor nos regala la gracia de ser testigos de su amor, a través de la conversión de nuestros hermanos.

Este tiempo de PM, donde se visualiza nuestra apostolado primario, donde vivimos y somos testigos de la búsqueda de los hombres y la espera del Padre, debemos estar felices, porque una vez más, nuestro Padre misericordioso, nos anima a seguir difundiendo a Cristo, como verdadero Camino, Verdad y Vida, a renacer del agua y del espíritu, a renacer en Cristo Jesús.

Pablo de Tarso nos dice que trabajó fuertemente divulgando el Evangelio, aunque no por sus propias fuerzas, sino por la gracia de Dios que estaba con él (1 Cor. 15,10) Dios eligió a Pablo para anunciar su mensaje de salvación, la Buena Nueva de Jesús.

El conocimiento del mensaje cristiano, lo alentó a recorrer varias ciudades: “Si anuncio el Evangelio, no lo hago para gloriarme, al contrario, es para mí una necesidad imperiosa. ¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!” (1 Cor. 9,16), también, a cada uno de nosotros, nos eligió el Señor y debemos sentir urgencia en evangelizar con nuestra propia vida.

En sus cartas, Pablo insiste en que el amor, engloba todos los preceptos de la vida cristiana, como lo enseño Jesús. El amor no es sentimiento ni simpatía espontánea, es la acción del propio espíritu de Dios en nosotros. La práctica del amor, es la vida de Dios en nosotros.

Es por ello, que debemos unirnos a cada hermano de Comunidad, a cada miembro de nuestro Movimiento, para crecer en el amor y de esta forma, evangelizar, será un impulso propio de esa comunión con Dios y con los hermanos.

Palestristas, nos acompañemos en este bendito camino, permanezcamos firmes en nuestra Fe y hagamos del anuncio del Evangelio, un concreto acto de amor, fe y convicción por el conocimiento recibido.

Los amamos en Cristo y Maria. Le pidamos a San Pablo, que nos ayude a sentirnos como él, cada día más atraídos por Cristo y fieles cumplidores de su mensaje.

Valeria Cabeza

Coordinadora Secretariado Tucumán