- GRACIELA SALAZAR - Respuestas a la luz de del carisma Paulino.

San Pablo tiene el mérito de anunciar el Evangelio a una cultura distinta sin que el Evangelio perdiera su esencia. También pudo adaptarlo a situaciones para que los destinatarios de su predicación no se sientan “tocados”, ni renuncien a su propia identidad. Hoy los palestristas tenemos grandes desafíos para lograr que nuestro anuncio sea efectivo y no produzca rechazo en las personas que evangelizamos.

Pablo, el Apóstol de los Gentiles, era “El Líder”, perceptivo de la realidad social, tanto como para animarse a decir: “Me he hecho débil con los débiles para ganar a los débiles, me he hecho todo en todos a fin de salvar a algunos”; una audacia acorde a su personalidad. Esto prueba que Saulo una vez convertido (Pablo), tiene la misma seguridad y energía que cuando era perseguidor de cristianos. Esta firme determinación de “hacerse todo con todos” es una decisión que solo pueden tomar los que son capaces de correr riesgos, los que viven al límite pero tienen clara su meta.
Pensemos un poco, el sólo hecho de hacerse débil con los débiles, podría haberlo confundido y complicado, el sólo hecho de hacerse fuerte con los fuertes, podría haberlo confundido y complicado. Si su Fe era reciente y su formación estaba signada por determinismos y apegos a la Ley por la Ley misma, Pablo necesitaba incorporar hasta un nuevo discurso con el cual relacionarse.
¡Cuánta voluntad de cambio! Es que para Pablo, la esencia del Evangelio, estaba en la Persona de Jesús. Su conversión se distingue por ser un encuentro personal con el Resucitado, él asume la Fe desde un Dios de vivos, un Dios que ya venció su propia Muerte y la de Saulo, y la tuya y la mía. Conversión que, en el Pluralismo Eclesial, cobra una dimensión social y comunitaria.
Pablo era un hombre de acción; apenas convertido se pone al servicio: ¿Quién eres Tú Señor? ¿Qué quieres de mí?. Su misión era evangelizar y el Evangelio mismo propone diversidad en la unidad.
La realidad social es caótica y turbulenta, siempre cambiante, lo fue también para Pablo, ahora bien si el oyente se siente alienado o debe renunciar a su propia identidad, si producimos rechazo o nuestro anuncio es poco efectivo, es porque estamos alejados en criterios y sentimientos, de la esencia: Jesús el Señor Resucitado y su mensaje, no de LEY, sí de AMOR.
Entonces los Palestristas deberíamos:
- Ser Tolerantes: “Hacernos todo con todos”
- Identificarnos con Cristo: “Tener los mismos sentimientos de Cristo Jesús” El desafío del hombre nuevo.
- Ser Líderes y Dirigentes desde el servicio y el bien común: “Hay diversidad de Ministerios, pero un solo Señor”
- Tener Espíritu de lucha desde la pedagogía paulina: “Reprendan a los indisciplinados, animen a los tímidos, sostengan a los débiles y sean pacientes con todos.”
- Vivir la fragilidad humana en Dios: “Todo lo puedo en Aquel que me conforta”
- Ser luchadores incansables: “Estoy preso, pero la palabra de Dios no está encadenada”
- Ser inteligentes y astutos: “Por lo que era para mí una ganancia, lo he juzgado una pérdida a causa de Cristo”

¿Cómo ser fieles al Evangelio de Jesús, siendo fieles también al hombre y su cultura?
Los Palestritas tenemos como herramienta el PEDAL, una estrategia para la vida cotidiana. El desafío es ser coherente entre nuestro ser y nuestro hacer. ¿Cómo?: lo dice San Pablo: (II Tim., 2- 5)
- Correr de acuerdo al Reglamento: Cristo Camino. El Hombre Perfecto, nuestro modelo.
- Correr unidos a la Cabeza: Cristo Verdad. Dios que ilumina.
- Correr sustentados en el Alimento Conveniente: Cristo Vida. La Eucaristía experimentada en actitudes y hábitos.

Para Pablo, un punto de conflicto muy fuerte entre las comunidades griegas fue el anuncio de la resurrección de los muertos. ¿Esta es una cuestión de fe o de educación?
Si la muerte no fuera un conflicto, nuestra humanidad no sería tan humana. La Resurrección y la Muerte son dimensiones del alma, por lo tanto, casi inexplicables desde la razón. Pero tan posibles de experimentar en las situaciones límites.
¿Cómo explicar el consuelo cuando perdemos un ser querido, cómo explicar la trascendencia del hombre por sus obras?. ¿Cómo explicar que el deseo de trascender es una necesidad imperiosa del espíritu o que la búsqueda del hombre es insaciable y cuando más conoce, más desea conocer y que cuando busca mal, se agobia y confunde?
Vivimos rodeados de “sabios populares” que nos enseñan que la vida es sólo un tránsito y que cada uno decide su destino de muerte o de vida. También vivimos rodeados de “sabios educados” que pretenden explicar todo desde la ciencia y la razón, convirtiendo a nuestra comunidad, en una sociedad sin Dios y contra Dios y... así nos va.
Sólo por la Fe puedo decir con San Pablo que la Muerte no es el final del Camino: “La muerte ha sido devorada en Victoria ¿Dónde está ¡oh muerte! tu victoria?, Nuestra Pascua (paso) es un Camino de Liberación que convierte nuestra muerte en Esperanza”.
A Dios gracias, a esta altura de mi vida, esto me basta y les aseguro que no es comodidad, por que las certezas de Fe se someten a pruebas diarias.

San Pablo, como Pastor y Padre de comunidades, en una de sus cartas, les recuerda a los tesalonicenses el modo de comportamiento de un verdadero cristiano. A continuación, algunas valoraciones sobre la coherencia de vida.
Las dos cartas a los Tesalonicenses están cargadas de exhortaciones y recomendaciones, los animo a leerlas para tener mejores respuestas que las mías.
En lo personal, no me gusta hablar de formas de comportamiento, menos dar consejos porque los conceptos de bien y mal son apreciaciones subjetivas ¡La vida es mucho más flexible que esto! Además, la vida es construcción constante, no siempre y no todos, la podemos vivir como se “debe”, vamos viviendo como podemos. (Luchar – Pedalear).
Cuando se internalizan los valores de la Fe, estos se incorporan tanto a nuestra vida, porque el comportamiento es un hábito natural, el ser y el hacer encuentran su correlato en la coherencia.
Cuando actuamos naturalmente bien, más fácil es hacer lo correcto, y a la inversa, cuando actuar mal se torna un mal hábito, más fácil es actuar mal. Desde el P.I., el Palestrista se entrena para pasar del vicio a la Virtud. El desafío es continuar entrenándose, algunos llevamos décadas pedaleando al estilo Palestrista.

En algunas de sus Cartas, Pablo insiste en que, con Cristo, ya llegaron los últimos tiempos.
Una valoración personal sobre el significado de la parusía.

Sólo se me ocurre plagiarlo a Pablo, tomando dos de sus reflexiones:
1) Efesios 6, 10- 16 que es la lectura de la Armadura del Cristiano, en la misma queda claro quien es nuestro enemigo (maligno, demonio, espíritu del mal) y como desde Dios podemos resistir.
2) I Corintios 13: El Himno al Amor: “Ahora conocemos todo como con un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente, después conoceré como Dios me conoce a mí”. Y la gran promesa: el Amor no pasara jamás.
Para nosotros la parusía es la serena espera de Jesús Glorioso. Si me permiten ponerme delirante, me imagino una Pascua Cósmica, en la que todos y todas las cosas vuelven a su orden natural.

Pablo trató de acercarse a la mentalidad religiosa helenística, aprendiendo e interesándose por distintas religiones. Hoy también asistimos a un florecimiento de movimientos espirituales que intentan revitalizar la fe.
No me preocupan las formas. El hombre es un ser esencialmente espiritual y todo lo que lo ayuda a volver la mirada a su hombre interior, merece mi respeto y tolerancia.
No está claro si las cartas a los hebreos son de Pablo, se dice que es su pensamiento, pero dudan en el estilo. Desde nuestro fanatismo Paulino, tomemos como referencia lo que dice en Hebreos 13,8: “Jesucristo es el mismo ayer y hoy y lo será para siempre. No se dejen extraviar por cualquier clase de doctrinas extrañas. Lo mejor es fortalecer el corazón con la Gracia”.
Los movimientos espirituales no son doctrinas extrañas, pero sólo la GRACIA nos mantiene unidos a la esencia, que es la persona de Jesús.

En los Hechos encontramos algunos discursos de Pablo que pueden considerarse como las primeras páginas de la apología cristiana. Si hoy los palestristas tendríamos que hacer una apología. ¿Qué tendríamos que defender más fervientemente?
La Palabra apología es defensa o alabanza a alguien o algo. A mi entender creo que encierra cierto fanatismo. No creo en los fanatismos, creo en las sólidas convicciones y en la tolerancia como un valor urgente de reinstalar.
Defendería fervientemente la Persona de Jesús, aunque sea reiterativa.
Reinstalaría el tema de una Nueva Evangelización, donde una preocupación debería ser el tema de “una Iglesia nueva en sus métodos”, tenemos una riqueza impresionante de contenido doctrinal, desde el Evangelio a los variados Documentos de la Doctrina Social de la Iglesia, siempre me pregunto ¿Porqué no se encarnaron los principios y valores de la Fe, en nuestra vida, y en la vida de nuestras comunidades?
En una sociedad que carece de Líderes, Palestra tiene el privilegio de formar Líderes, pido a Jesús el Señor Resucitado que la preocupación se trasforme en ocupación, para mí y para ustedes, para decir con Pablo: “Hay de mí, si no predico el Evangelio.”

Graciela Salazar - PM 18 - gracielasalazar@tucbbs.com.ar