PATITO FEO - Con los valores del Evangelio, tendremos que aprender a ver lo bueno, bello y popular en cada hermano y hermana de la Patria.

Nuestra cultura actual, gracias a Patito Feo, exacerbó los valores de lo estético. Según la novela, lo bello no puede ser popular, los chicos de la cultura globalizada, casi en sintonía con la propuesta de Patito Feo, prefieren las “personas lindas, cool y malas”, que a las “populares buenas y feas”.
Lo bello está peleado con lo popular, y lo bueno es muy tonto.
Pensar que lo divino; no es popular, bello y bueno es el “signo de los tiempos”. Todo un sistema de encasillamiento.
Ojala aprendamos los argentinos, pagando nuestra deuda interna con todo lo que es popular, bueno y feo; es decir, con todo aquello que esta cultura estética, que marca pautas y conductas sociales, tiene que remediar.
Por eso, con los valores del Evangelio, tendremos que aprender a ver lo bueno, bello y popular en cada hermano y hermana de la Patria, más allá de cómo viste, de que posición social viene, que color de piel, que piensa, de su ideología, de que país procede, que siente y como es su apariencia.
Se trata de tener una cultura seria, empezar a ver la belleza en el placer irrefrenable de ser buenos y solidarios, paro lo cual tendremos que desandar el camino de la TV, uno de los Medios de Comunicación Social que influyen constantemente, diariamente, en la mayoría de los casos en forma negativa en las familias, en los jóvenes y niños, en la sociedad en general.
Es el punto de referencia por excelencia, si lo dice la TV, si tiene mucho raiting, es lo que se debe hacer, decir, comer, tomar, vestir, hablar, opinar.
Toda una imposición cultural, ante la cual somos consumidores sin criterios ni defensas, porque no podemos interactuar con lo que nos ofrece, y es tanta la velocidad y la repetición de las noticias, los eventos, las novedades, que no podemos decodificar en tiempo y en forma todo eso.
Nuestras culturas occidentales hambrientas de la comedia musical están llenas de pánico a la muerte, culto a lo violento y de adicción a la nada.
Es la oportunidad de reflexionar, pensar que se puede ver a Dios en lo popular, lo “feo”, lo bueno de este mundo que vivimos.
Esa será la forma de desandar esta “cultura”, de andar por los caminos de las personas, del prójimo, de su historia, su cultura y su vida.
En todo caso, como Pablo de Tarso, me haré divino con los divinos, popular con los populares, patito feo con los patitos, para acercarlos a Cristo, a lo popular, a lo bueno, a lo Divino.
Programas como este, que tienen incidencia entre las personas de cualquier edad, son los Caballos de Troya que tiene este mundo globalizado para que perdamos de vista lo central de toda sociedad; la Persona y con ello, sus realizaciones, su dignidad, sus derechos a la vida, a la tierra, a la salud, la educación, la diversión y a que sean respetados.
Sinó seguiremos, viendo la puja constante entre lo “divino” y lo “popular” en la esquina de nuestro corazón y no veremos la realidad del hambre, de los bosques talados, el acceso a la comida, a la desvastación de la tierra, a la creación de Asentamientos que se pueblan constantemente por hermanos que se van de sus pueblos y comarcas, no veremos el soplo del Espiritu para acercar las distintas culturas y lenguajes que usamos los hombres.
Sobre un texto del Padre Balderrain.