Hoy celebramos los cristianos una fiesta extraña y desconcertante.
¿Qué sentido puede tener hablar de la EXALTACIÓN DE LA CRUZ en medio de una sociedad que sólo parece exaltar el placer y el bienestar?
¿No es esto ensalzar el dolor, glorificar el sufrimiento y la humillación, fomentar una ascesis morbosa, ir contra la alegría de la vida?
Sin embargo, cuando un creyente mira al Crucificado y penetra con los ojos de la fe en el misterio que se encierra en la Cruz, sólo descubre amor inmenso, ternura insondable de Dios que ha querido compartir nuestra vida y nuestra muerte hasta el extremo.
Lo dice el evangelio de Juan de manera admirable: “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su único Hijo para que todo el crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna”.
¿Qué sentido puede tener hablar de la EXALTACIÓN DE LA CRUZ en medio de una sociedad que sólo parece exaltar el placer y el bienestar?
¿No es esto ensalzar el dolor, glorificar el sufrimiento y la humillación, fomentar una ascesis morbosa, ir contra la alegría de la vida?
Sin embargo, cuando un creyente mira al Crucificado y penetra con los ojos de la fe en el misterio que se encierra en la Cruz, sólo descubre amor inmenso, ternura insondable de Dios que ha querido compartir nuestra vida y nuestra muerte hasta el extremo.
Lo dice el evangelio de Juan de manera admirable: “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su único Hijo para que todo el crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna”.
La Cruz nos revela el amor increíble de Dios. Ya nada ni nadie nos podrán separar de él
- Si Dios sufre en la cruz, no es porque ama el sufrimiento sino porque no lo quiere para ninguno de nosotros.
- Si Dios sufre en la cruz, no es porque ama el sufrimiento sino porque no lo quiere para ninguno de nosotros.
- Si muere en la cruz, no es porque menosprecia la felicidad, sino porque la quiere y la busca para todos, sobre todo para los más olvidados y humillados.
- Si Dios agoniza en la cruz, no es porque desprecia la vida, sino porque la ama tanto que sólo busca que todos la disfruten un día en plenitud.
Por eso, la Cruz de Cristo la entienden mejor que nadie los crucificados: los que sufren impotentes la humillación, el desprecio y la injusticia, o los que viven necesitados de amor, alegría y vida. Ellos celebrarán hoy la Exaltación de la Cruz no como una fiesta de dolor y muerte, sino como un misterio de amor y vida.
¿A qué nos podríamos agarrar si Dios fuera simplemente un ser poderoso y satisfecho, muy parecido a los poderosos de la tierra, sólo que más fuerte que ellos?
¿Quién nos podría consolar, si no supiéramos que Dios está sufriendo con las víctimas y en las víctimas?
¿Cómo no vamos a exaltar la cruz de Jesús si en ella está Dios sufriendo con nosotros y por nosotros?
Eclesalia Informativo
- Si Dios agoniza en la cruz, no es porque desprecia la vida, sino porque la ama tanto que sólo busca que todos la disfruten un día en plenitud.
Por eso, la Cruz de Cristo la entienden mejor que nadie los crucificados: los que sufren impotentes la humillación, el desprecio y la injusticia, o los que viven necesitados de amor, alegría y vida. Ellos celebrarán hoy la Exaltación de la Cruz no como una fiesta de dolor y muerte, sino como un misterio de amor y vida.
¿A qué nos podríamos agarrar si Dios fuera simplemente un ser poderoso y satisfecho, muy parecido a los poderosos de la tierra, sólo que más fuerte que ellos?
¿Quién nos podría consolar, si no supiéramos que Dios está sufriendo con las víctimas y en las víctimas?
¿Cómo no vamos a exaltar la cruz de Jesús si en ella está Dios sufriendo con nosotros y por nosotros?
Eclesalia Informativo