- HACIA UN BICENTENARIO EN JUSTICIA Y SOLIDARIDAD, 2010-2016 - "Pedimos que se esfuercen por ser nuevos dirigentes, aptos, sensibles al Bien Común.

Leemos en el Documento de los obispos al término la 96ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina, en el titulo; ¿Qué estilo de liderazgo necesitamos hoy?,
Ante la ausencia generalizada de dirigentes para el Bien común, proponen líneas para asumir los desafíos y las acciones que podemos realizar como ciudadanos comprometidos con los valores del Evangelio de Jesús, en los números 21, 22 y 23 sobre el Liderazgo, dicen:
21.“…Como Iglesia, este déficit nos cuestiona. En un continente de bautizados, advertimos la notable ausencia, en el ámbito político, comunicacional y universitario, de voces e iniciativas de líderes católicos, con fuerte personalidad y abnegada vocación, que sean coherentes con sus convicciones éticas y religiosas”.
22. “Por eso, es fundamental generar y alentar un estilo de liderazgo centrado en el servicio al prójimo y al bien común. Todo líder, para llegar a ser un verdadero dirigente ha de ser ante todo un testigo. El testimonio personal, como expresión de coherencia y ejemplaridad hace al crecimiento de una comunidad.
Necesitamos generar un liderazgo con capacidad de promover el desarrollo integral de la persona y de la sociedad. No habrá cambios profundos si no renace, en todos los ambientes y sectores, una intensa mística del servicio, que ayude a despertar nuevas vocaciones de compromiso social y político.
El verdadero liderazgo supera la omnipotencia del poder y no se conforma con la mera gestión de las urgencias. Recordemos algunos valores propios de los auténticos líderes: la integridad moral, la amplitud de miras, el compromiso concreto por el bien de todos, la capacidad de escucha, el interés por proyectar más allá de lo inmediato, el respeto de la ley, el discernimiento atento de los nuevos signos de los tiempos y, sobre todo, la coherencia de vida”.
23. “Alentamos a los líderes de las organizaciones de la sociedad a participar en «la reorientación y consiguiente rehabilitación ética de la política». Les pedimos que se esfuercen por ser nuevos dirigentes, más aptos, más sensibles al bien común, y capacitados para la renovación de nuestras instituciones”.

Interesantes puntos de reflexión para el Movimiento Palestra, que nació imbuido del Espíritu del Concilio Vaticano II y Medellín.
Nuestros Documentos plantean hace años líneas de acción concretas sobre el Liderazgo activo en orden al Bien común, a los ambientes, a las personas que viven en un mundo cambiante, dinámico y lleno de riquezas espirituales y morales, con una gran capacidad de hacer cosas por el prójimo con una creatividad llamativa, adonde como Iglesia muchas veces estamos ausentes o como meros observadores, e incluso nos damos el lujo de la critica por los estilos de vivir diversos y los modos distintos de hacer y ser.
Debemos considerar toda una gama nueva de posibilidades dirigenciales en todos los ambientes, considerar a la par de eso la estrategia de generar nuevas y distintas comunidades de hermanos de todas las edades, para que la Evangelización sea dirigida a todos los hombres y mujeres, de todas las edades y situaciones de vida, de todas las clases sociales, llenos ellos de saberes y habilidades que acrecentarían la acción de Movimientos como el nuestro.
En la medida que experimentemos la necesidad de Líderes y Dirigentes formados y fogueados en el servicio hacia el Bien Común, podremos llegar como Movimiento con algo concreto en las manos a celebrar el Bicentenario de nuestra Patria. El desafío será, trabajar por Liderazgos y Dirigencias desde nuestro SER Y HACER COMO PALESTRISTA, al estilo de San Pablo.
Solicitar el Documento completo a;
infopalestra.tucuman@gmail.com