Según el evangelio de Marcos (Mc 6, 30-44), Jesús va de vacaciones para descansar, aunque está de fondo la muerte del Bautista.
Vive y camina junto al bellísimo y duro mar de Galilea. Tiene amigos pescadores. Toman la barca y se van a un lugar tranquilo; van ellos solos. No necesitan hotel, ni playas de moda. Conocen bien la costa, saben dormir bajo la luna, no necesitan mochilas con ropa de gala. Llevan lo puesto. Pueden lavar su ropa íntima y tenderla al sol junto al lago mientras miran los juegos de luz en las olas. Ellos solos. Son la Iglesia que se separa y aísla. Tienen derecho a descansar.
Tienen derecho a descansar… pero hay muchos hombres y mujeres que no tienen descanso sobre el mundo. Van y vienen por los caminos de la vida, enfermos y hambrientos, de todos los lugares del entorno, cruzando las fronteras artificiales que los magnates entonces y ahora han trazado en torno al lago. No conocen fronteras ni patrias. Sólo reconocen sus enfermedades y su hambre.
Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos.
Por encima del deseo y de la necesidad de descansar está la compasión, está el vientre que siente el vacío de otro vientre. Este Jesús de vacaciones descubre en su playa la enfermedad del mundo: ha llegado a la playa de los emigrantes hacinados, de los niños que miran simplemente con hambre, de los hombres solos, de las mujeres golpeadas, violadas, secuestradas, del trabajo infantil, del trabajo en negro, del desempleo, de la falta de oportunidades. Ha visto un mundo enfermo.
Curar significa descubrir la enfermedad de los demás, tomarla como propia. Así pasa todo un día inmenso de cercanía y conocimiento, de mano tendida y de curaciones. Curar significa acoger, ofrecer dignidad, compartir, acompañar... Curar es dejarse ayudar, caminar juntos. Así cura Jesús
Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle:
Vive y camina junto al bellísimo y duro mar de Galilea. Tiene amigos pescadores. Toman la barca y se van a un lugar tranquilo; van ellos solos. No necesitan hotel, ni playas de moda. Conocen bien la costa, saben dormir bajo la luna, no necesitan mochilas con ropa de gala. Llevan lo puesto. Pueden lavar su ropa íntima y tenderla al sol junto al lago mientras miran los juegos de luz en las olas. Ellos solos. Son la Iglesia que se separa y aísla. Tienen derecho a descansar.
Tienen derecho a descansar… pero hay muchos hombres y mujeres que no tienen descanso sobre el mundo. Van y vienen por los caminos de la vida, enfermos y hambrientos, de todos los lugares del entorno, cruzando las fronteras artificiales que los magnates entonces y ahora han trazado en torno al lago. No conocen fronteras ni patrias. Sólo reconocen sus enfermedades y su hambre.
Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos.
Por encima del deseo y de la necesidad de descansar está la compasión, está el vientre que siente el vacío de otro vientre. Este Jesús de vacaciones descubre en su playa la enfermedad del mundo: ha llegado a la playa de los emigrantes hacinados, de los niños que miran simplemente con hambre, de los hombres solos, de las mujeres golpeadas, violadas, secuestradas, del trabajo infantil, del trabajo en negro, del desempleo, de la falta de oportunidades. Ha visto un mundo enfermo.
Curar significa descubrir la enfermedad de los demás, tomarla como propia. Así pasa todo un día inmenso de cercanía y conocimiento, de mano tendida y de curaciones. Curar significa acoger, ofrecer dignidad, compartir, acompañar... Curar es dejarse ayudar, caminar juntos. Así cura Jesús
Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle:
"Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer."
Ahora, que cada uno se las arregle: quien tenga dinero que vaya y que compre, si pueden… o que se acuesten esperando el hambre mayor del día de mañana. Que vayan, que compren… “y que Dios les bendiga”.
"No hace falta que vayan, denles ustedes de comer."
Ésta es la palabra… No dice que les den de comer los ricos, no habla de la FAO ni del FMI: no pide USA que reparta sus dividendos… Jesús no habla a los de fuera (que pueden ser gente muy buena). Dice a los suyos, a sus Doce, a nosotros (los palestrsitas), los cristianos: “Denles ustedes de comer”.
Ellos dijeron: "Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces."
Esa es nuestra respuesta. Somos pobres… Qué tenemos? Para empezar basta con cinco panes y dos peces, comida suficiente para la docena amigos que están de vacaciones, para un día o dos días de descanso. No han ido vacíos… Llevan provisiones para ellos (para su catedral, para su casa, para sus obras…). Cinco panes, dos peces… No es mucho, pero es todo lo que se necesita, todo y más que lo que se necesita.
Les dijo: "Tráiganlos."
Todo lo que tienen los Doces es de Jesús, para los hambrientos del camino, de la playa, de la noche. Todo, absolutamente todo, desde el coche particular hasta la mitra, desde la catedral hasta el colegio… Todo.
Mandó a la gente que se recostara en la hierba, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos;
No se dice que los “multiplicará”, sino que los partió y los repartió… Parece que hay poco (unos panes, unos peces….), pero hay suficiente si se empieza.
Ahí está Dios, entre aquellos que quizá no creen… Jesús no les pregunta si van a misa, ni les dice si cumplen la ley de Moisés. No les interroga sobre su orientación sexual, ni sobre su condición (¿judíos, nabateos, oscuros, claros, casados, solteros….?). No los "interroga". Sólo le interesa si están enfermos, si tienen hambre… Ésta es su pregunta: ¿cómo te va? ¿Te sientes bien? ¿Has comido?
“Los discípulos se los dieron a la gente”.
Las vacaciones de Jesús se expresan en forma de curaciones, de compañía, de pan compartido, todos comen… porque la Iglesia de Jesús no debe quedarse con nada. Darlo todo. Al final contento todo el mundo.
Qué nombre le das a ese gesto de las vacaciones de Jesús?; Estamos dispuestos a hacer lo mismo?, a descansar con el prójimo, o tendernos en el pasto, en la playa, a mirar pasar el mundo, la realidad y a los hermanos?. Felices vacaciones con Jesús.
Ahora, que cada uno se las arregle: quien tenga dinero que vaya y que compre, si pueden… o que se acuesten esperando el hambre mayor del día de mañana. Que vayan, que compren… “y que Dios les bendiga”.
"No hace falta que vayan, denles ustedes de comer."
Ésta es la palabra… No dice que les den de comer los ricos, no habla de la FAO ni del FMI: no pide USA que reparta sus dividendos… Jesús no habla a los de fuera (que pueden ser gente muy buena). Dice a los suyos, a sus Doce, a nosotros (los palestrsitas), los cristianos: “Denles ustedes de comer”.
Ellos dijeron: "Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces."
Esa es nuestra respuesta. Somos pobres… Qué tenemos? Para empezar basta con cinco panes y dos peces, comida suficiente para la docena amigos que están de vacaciones, para un día o dos días de descanso. No han ido vacíos… Llevan provisiones para ellos (para su catedral, para su casa, para sus obras…). Cinco panes, dos peces… No es mucho, pero es todo lo que se necesita, todo y más que lo que se necesita.
Les dijo: "Tráiganlos."
Todo lo que tienen los Doces es de Jesús, para los hambrientos del camino, de la playa, de la noche. Todo, absolutamente todo, desde el coche particular hasta la mitra, desde la catedral hasta el colegio… Todo.
Mandó a la gente que se recostara en la hierba, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos;
No se dice que los “multiplicará”, sino que los partió y los repartió… Parece que hay poco (unos panes, unos peces….), pero hay suficiente si se empieza.
Ahí está Dios, entre aquellos que quizá no creen… Jesús no les pregunta si van a misa, ni les dice si cumplen la ley de Moisés. No les interroga sobre su orientación sexual, ni sobre su condición (¿judíos, nabateos, oscuros, claros, casados, solteros….?). No los "interroga". Sólo le interesa si están enfermos, si tienen hambre… Ésta es su pregunta: ¿cómo te va? ¿Te sientes bien? ¿Has comido?
“Los discípulos se los dieron a la gente”.
Las vacaciones de Jesús se expresan en forma de curaciones, de compañía, de pan compartido, todos comen… porque la Iglesia de Jesús no debe quedarse con nada. Darlo todo. Al final contento todo el mundo.
Qué nombre le das a ese gesto de las vacaciones de Jesús?; Estamos dispuestos a hacer lo mismo?, a descansar con el prójimo, o tendernos en el pasto, en la playa, a mirar pasar el mundo, la realidad y a los hermanos?. Felices vacaciones con Jesús.