- "NUNCA TE ABANDONARÉ" - Peregrinación de los Tucumanos a la Localidad de San Pablo, domingo 6, a las 9 Hs.

"Qué alegría cuando me dijeron: Vamos a la casa del Señor
Ya están pisando nuestros pies, tus umbrales, Jerusalén. Salmo 122".
PEREGRINAR
Las distintas maneras de peregrinar tienen algo en común; encontrarse con Dios y dialogar con los hermanos.Toda experiencia deja enseñanzas, impresiones interiores y conocimientos tanto de uno mismo en cuanto a persona, valores, formas de pensar, su cultura familiar y situaciones de toda índole. El caminar, peregrinar, dialogar, son signos palpables de esta experiencia.


Peregrinación proviene del latín “peregrinatio” y significa viaje o estancia al extranjero. Etimológicamente, el peregrino es el expatriado o exiliado, es un extranjero desconocido en otro lugar, privado de la asistencia de una colectividad. Va al País Lejano.
CONQUE ACTITUD PODEMOS PEREGRINAR EN ESTOS TIEMPOS?.
Que sentido tendrá ir a otro lado caminando?, en función de qué o de quien?, que llevaré, será solo una vivencia propia de una edad o voy a ir madurando mi postura ante temas que vivo a diario en mi familia, trabajo, estudio, diversión?.
Continuamente, en la vida diaria peregrino, camino otros lugares, otros ambientes, con otras personas, donde el diálogo parece imposible, que no existe, que cuando lo quieres hacer da la impresión que hablas solo.
También peregrino en la vida con un caudal de prejuicios, de posturas rígidas, encasillados en maneras de trabajar , de evangelizar, de hacer comunidad, Iglesia, de pensar, y eso, hace que otros peregrinos de la vida, no se sienten cómodos caminando con muchos católicos. Prefieren caminar con aquellos que tienen un caudal de respeto mayor por su manera de vivir y hacer la vida.

Por eso, es importante que esta peregrinación a San Pablo, sirva para reflexionar y hablar sobre nuestras maneras y formas de evangelizar, de hablar con el prójimo, de que el otro sienta la cálida acogida con la que Navega Mar Adentro nos desafiaba.
La peregrinación debe capacitar mi espíritu, como si fuera un atleta, para afrontar positivamente los ambientes Y llevarlos a Cristo.
En la antigüedad, uno de los momentos importantes en la vida de la familia hebrea era la peregrinación al santuario. Tres veces al año se celebraban las Fiestas, donde se ponía énfasis en el agradecimiento.
Dios, hizo una promesa a los que emprendían esas peregrinaciones a su casa y en su nombre: “Ninguno codiciará tu tierra, cuando tú subieres para ser visto delante de tu Dios” (Éxodo 34.24). Mientras todos estaban en la peregrinación, Dios prometía cuidar de esos hogares que quedaban solos.

Las peregrinaciones son acciones cargadas de simbolismos y signos, sobre todo en el camino espiritual, en el camino de una Comunidad, cuando estas tienen la intencionalidad de una búsqueda interior.
Son una ocasión de caminar por la naturaleza, experimentar la cultura, la historia de los que viven y vivieron su Fe. Hay muchas formas y maneras, pero todas tienen algo en común; encontrarse con Dios.
Peregrinar es caminar, lo cual ofrece ocasiones para encontrarnos con otros y establecer un dialogo con muchas personas, que quizás en lo cotidiano de la vida no valoramos esa oportunidad.
Para nosotros los Palestristas, forma parte de nuestro entrenamiento en la Palestra de la vida, la actitud de ir a pesar de las dificultades y asumir la perseverancia del caminante.
Que la del domingo no sea una peregrinación más, que no sea una colección de actividades reflejadas en fotos y anécdotas y nada más, que sea una experiencia interior, de cambio, de mejorarte, para que otros mejoren, para que tus prójimos aprendan a caminar y a dialogar.
Que sea una peregrinación hacia la diversidad, tanto ese día, como todos los días de tu vida, hacia lo que nos da miedo, lo que nos provoca inseguridad, lo raro, lo diferente, que sea un peregrinar hacia Dios, pero en la persona, en el prójimo de todos los días,
Peregrina y Dios se ocupará de tus cosas, ninguno codiciará tus bienes. Tus proyectos, tu vida, no se desperdiciarán, al contrario aumentarán, porque has caminado delante de Dios.