- CICLOS VITALES - - ¿Qué puedo construir? Puentes para unir a quien está separado. Mesas donde puedan tener cabida los que nadie quiere.

Mitad de año, terminamos una etapa. Y siempre es útil, cuando llega un momento como este, echar la vista a lo que se va, para aprender de ello, y echar la vista a lo que viene, para proyectar, planificar, soñar y construir. Se acerca el la otra mitad del año.
Tiempo de cambios. Cambio de actividades, de ritmo, quizás de lugares. Hemos vivido otro curso. Hemos soñado, rezado, crecido. Habrá habido golpes o alegrías, palabras o silencios, descubrimientos y aprendizajes… Y Dios también presente, en todo ello.

1. APRENDER DE LO VIVIDO
“Siempre que me acuerdo de vosotros, doy gracias a mi Dios; y siempre que pido cualquier cosa por todos vosotros, lo hago con gozo, por vuestra participación en el anuncio de la buena noticia, desde el primer día, hasta hoy” (Flp 1,3-5)

Enséñame, Señor, a aprender de lo vivido. A que la vida no pase por mí sin dejar huella. A que los nombres vayan quedando asociados a memorias fecundas. Enséñame a aprender de los aciertos y los errores.
De lo que en los últimos tiempos me ha ayudado a crecer y lo que me ha impedido avanzar. Enséñame a admitir los fracasos que hayan podido llegar y a celebrar las victorias sin perder la humanidad. Dame, Señor, una memoria capaz de evocar, agradecer y pedir perdón por lo que haya podido ser injusto…
Preguntas para pensar:
¿Qué cosas me hicieron mejor como persona? Qué ha cambiado?
¿Qué tienes que agradecer?
¿En qué tendrías que rectificar algunas cosas?


2. PROYECTAR PARA EL FUTURO
“Olvidando lo que dejé atrás, me esfuerzo en lo que hay por delante y corro hacia la meta…” (Flp 3,13-14)

Ayúdame, Señor a mirar al futuro e imaginar posibilidades. Fijarme metas. En relación con las gentes, con lo que hago, con la vida. Metas para los momentos de descanso.
Tomar las riendas de mi tiempo. Seguir abriendo la vida a las personas. Querer cimentar algo con mi historia. ¿Qué puedo construir? Puentes para unir a quien está separado.
Mesas donde puedan tener cabida los que nadie quiere. Casas que sean refugio para quien tiene miedo. Palabras que lleguen al solitario. Nuevos caminos que conduzcan a tierras fértiles, que produzcan, para todos, alegría, tolerancia, justicia y comprensión. Puedo hacer tantas cosas que solo tengo que intentar salir de la rutina, de lo ya conocido, y arriesgarme a saltar al vacío. O cruzar a la otra orilla.
¿Hay algo que cambiar en tu vida?
¿Hay alguna “rienda” que tomar?
Ya tienes tu lugar de pertenencia, tu definición en la vocación y el carisma?.
¿Hacia dónde caminas, qué estás construyendo en este momento de tu vida? Para quien construyes?.