La alegría de Navidad no es una más entre otras. No hay que confundirla con cualquier bienestar, satisfacción o disfrute.
Es una alegría grande, inconfundible, que viene de la "Buena Noticia" de Jesús. Por eso, es "para todo el pueblo" y ha de llegar, sobre todo, a los que sufren y viven tristes.
Si ya Jesús no es una buena noticia; si su evangelio no nos dice nada; si no conocemos la alegría que sólo nos puede llegar de Dios; si reducimos estas fiestas a disfrutar cada uno de su bienestar o a alimentar un gozo religioso egoísta, celebraremos cualquier cosa menos la Navidad.
Es una alegría grande, inconfundible, que viene de la "Buena Noticia" de Jesús. Por eso, es "para todo el pueblo" y ha de llegar, sobre todo, a los que sufren y viven tristes.
Si ya Jesús no es una buena noticia; si su evangelio no nos dice nada; si no conocemos la alegría que sólo nos puede llegar de Dios; si reducimos estas fiestas a disfrutar cada uno de su bienestar o a alimentar un gozo religioso egoísta, celebraremos cualquier cosa menos la Navidad.