- NUEVE ARGUMENTOS - Nueve argumentos que desmontan los eslóganes a favor del aborto.

1. En las primeras semanas, se trata sólo de un puñado de células. Puedo hacer con mi cuerpo lo que quiera.
Desde el instante de la concepción, existe ya un ser vivo, que tiene que mandar un mensaje químico a la madre para que no luche contra él. Desde que es sólo una célula, su propio ADN dirige todo el programa de su desarrollo y crecimiento, hasta el nacimiento y más allá. A las tres semanas, ya se le están formando el cerebro, la médula y los ojos; y unos días después le late el corazón. Sí, se alimenta de la madre, pero también lo hace un bebé recién nacido.
2. Abortar es un derecho.
No. Abortar es un delito, despenalizado en Argentina (Ojo: Despenalizado no es lo mismo que LEGAL) en dos casos: violación a una mujer con problemas mentales, y que sea un grave riesgo para la vida y la salud de la madre. El aborto NO es un derecho, pues los derechos de la mujer no pueden «prevalecer incondicionalmente» frente a la vida del niño por nacer. A pesar del lobby abortista, todavía no han conseguido que ningún documento de las Naciones Unidas reconozca un supuesto derecho al aborto.
3. La cárcel no es una solución para la mujer que aborta, que ya de por sí ha tenido que tomar una decisión difícil.
En Argentina no hay ninguna mujer en la cárcel por haber abortado. En los últimos juicios por delitos de aborto, las mujeres sólo han sido interrogadas como testigos. Además, en la cárcel hay muchas personas por haber cometido actos mucho menos graves (pequeños traficantes, adolescentes que cometieron una estupidez…)
4. Si el aborto no es legal, las mujeres arriesgarán su vida abortando clandestinamente.
El aborto nunca está justificado, sea legal o ilegal. La amenaza del aborto clandestino es una manipulación del lobby abortista. El doctor Nathanson, pionero arrepentido del aborto en USA, ha reconocido que las estadísticas que daban de abortos ilegales y de las muertes que causaban «eran completamente falsas».
5. ¿Cómo no va a poder abortar una mujer si su vida está en peligro?
Podría ocurrir que, por tratar de salvar la vida de la madre, los médicos, sin buscarlo, mataran al niño. Estos casos son rarísimos en la práctica, y el Código Penal recoge esta extrema necesidad como eximente. No es necesario que se despenalice ni que se legalice el aborto para solucionarlos.
6. Una mujer que ha sido violada, ¿debe cargar con el hijo «de su violador»?
Ese niño inocente, que también es de la madre, no debe pagar un crimen tan execrable con su vida. Si la madre no se ve capaz de criarlo, puede darlo en adopción, y así romperá el ciclo de violencia.
En los dos únicos estudios sobre estos casos, se descubrió que aproximadamente el 70% de mujeres en esta situación decidieron tener el niño. Además, el Elliot Institute, que estudia el síndrome post-aborto, en una encuesta, descubrió que al 80% de las que habían abortado les había causado más mal que bien y se arrepentían.
7. Es cruel permitir que nazcan niños con graves malformaciones o deficiencias, o que van a morir nada más nacer.
Ninguna sociedad ha tenido tantos medios (técnicos y sociales) como la nuestra para curar o mejorar la calidad de vida de muchos enfermos. ¿Quién y dónde traza la línea de lo que es una vida con calidad? Que cada vez haya más abortos por malformaciones menores y perfectamente solucionables como el labio leporino es una consecuencia lógica de hacer depender la dignidad de la calidad. Se habla de calidad en vez de felicidad, que todos pueden alcanzar si alguien los acoge y les da cariño. Incluso en el caso de que un niño vaya a morir poco después de nacer, ¿no vale la pena compartir con él el mayor tiempo posible?.
8. No se debe criticar el aborto, porque ya es una decisión muy difícil: nadie quiere abortar.
La tesis de los partidarios del aborto es tan débil que sólo pueden defenderla diciendo que, en realidad, es un mal necesario que nadie quiere -salvo quienes se lucran-. Si nadie quiere abortar, las Administraciones deben ofrecer un verdadero asesoramiento y ayudas a las embarazadas con dificultades; o, por lo menos, no retirar las subvenciones a las asociaciones que lo hacen.
9. No pueden imponerse las propias opiniones o creencias a los demás.
Todos los argumentos en contra del aborto de estas páginas se basan en datos científicos, y no religiosos, como siempre dicen los pro-aborto. Esto tira su odio religioso a un pozo sin fundamentos.
Fuente: Eduardo González – Ponencia en el  "XVIII Congreso y las XV Jornadas Nacionales del Derecho del Trabajo".