El año pasado, en la Carta Pastoral “Crucemos a la otra Orilla”, Monseñor Villalba respondía a la pregunta: ¿Qué es un paradigma? Es un modelo, un esquema, un ejemplo, también un marco teórico, un cuadro de valores, una idea a aplicar, un patrón de medida.
Y nos hacía reflexionar con el encuentro de Jesús Resucitado con los discípulos de Emaús, que tuvo valor de paradigma para la Iglesia primitiva, -y así está en el evangelio de Lucas- porque muestra las actitudes y gestos del cristiano en el camino que nuestra Iglesia, la de todos los siglos, ha recorrido y debe recorrer todavía.
Al meditar sobre lo anterior, recordamos la adhesión al PAP (Plan Arquidiocesano de Pastoral), desde el año 2000, donde se tomaba la idea de que todas las comunidades y todos sus componentes se integren en una GRAN MISIÓN ARQUIDIOCESANA para impulsar la NUEVA EVANGELIZACIÓN, estar en permanente misión, entrar en todos los ambientes, especialmente en aquellos que no llegaba con fuerza la Palabra.
Y siguiendo esta reflexión, sumada a otras que se hacían a nivel nacional en Palestra, nos pusimos en camino para profundizar y realizar en la práctica las Etapas de Iniciación (Niños y Adolescentes) y las Etapas de Motivación y Perseverancia (Jóvenes, Jóvenes Adultos y Adultos), etapas en las que veníamos trabajando en años anteriores, desde principio de los noventa, iluminados con las reflexiones de Palestra Nacional en sus distintas reuniones, Asambleas y apoyados en el documento de Líneas Pastorales para la Nueva Evangelización (LPNE) y el Encuentro Nacional de Responsables de Pastoral en Paraná 90, entre otros.
Se nos presentaban nuevos paradigmas en el horizonte, nuevos marcos, cuadros de valores, patrones de trabajo a realizar, que implicaban un desafío constante, no exento de errores, tropiezos, esfuerzos y mucho trabajo interior, además de continuidad en el tiempo y dirigentes para realizarlos.
Como consecuencia lógica de este trabajo y con la necesidad de perseverancia y evangelización de muchos Palestristas que llevaban años en nuestro Movimiento se realizaron los Motivadores para las etapas Jóvenes Adultos y la de Adultos. Esto sumado a la experiencia con los niños de la Convivencia de 1 día “Encuentro con Cristo”.
Toda esta introducción nos lleva a alegrarnos profundamente, porque hemos vuelto a realizar los Motivadores para Adultos, luego de un tiempo de reflexión; todo un desafío en un año difícil, duro, lleno de actividades de todo tipo, tanto a nivel Movimiento, como a nivel de las Comunidades que Palestra Tucumán tiene. Partíamos con objetivos claros, con muchas posibilidades de hacer y sabiendo de las dificultades que se nos podrían presentar en el camino. Pero eso es la esencia de la misión: partir al encuentro del prójimo, explicitar la persona de Cristo, vencer los obstáculos para disfrutar el regreso del País Lejano.
Hemos realizado los PM, incluso superando expectativas dirigenciales, y hoy venimos agradecidos a contar lo que vimos y escuchamos en estos tiempos, a agradecer a este Dios Padre que no quiere que ningún hijo este fuera de su Amor. Hemos escuchado palabras hermosas de hermanos de distintas edades que no se cansaban de alabar a Dios con sus palabras, gestos, llantos, compromisos y pedidos. Todos ellos sintieron lo mismo que los hermanos peregrinos de Emaús, el mismo proceso y la misma adhesión a la presencia de Dios en sus corazones, los cuales se sentían colmados del fuego del Señor en sus vidas. Así regresan estas hermanas y hermanos, llenos del fuego del Amor, para luego salir a contar a sus familias, amigos y desconocidos lo que les pasó en la presencia de Jesús.
Por eso, repetimos lo que se nos pide en la Carta Pastoral de este año: “La Misión deberá dar un fuerte impulso a la pastoral ordinaria de la Nueva Evangelización, infundiendo en ella aquella carga misionera que la haga, en modo permanente, nueva, valiente y abierta”.
Que el Señor que nos envía llene de valentía y apertura nuestros corazones para salir, animarnos a cruzar a la otra orilla y una vez llenos de Dios, volver a la comunidad para cantar y contar lo que el Señor de la Vida hizo en nuestras vidas.
Palestra: esta decisión misionera debe impregnar todos los ambientes en que nos movemos y todos los planes que como Movimiento tengamos. Por eso afirmamos, que; “la conversión pastoral de nuestras comunidades exige que se pase de una pastoral de mera conservación, a una pastoral decididamente misionera”, como dice Aparecida.
Hermanas y Hermanos de los Motivadores de Adultos: nuestro compromiso es acompañarlos en esta vida de Mujeres y Hombres Nuevos, para que su perseverancia y su accionar sumen a los miembros de sus familias, trabajos y ambientes a este gran desafío de Evangelizar el Adulto por el Adulto, el Joven por el Joven, el adolescente por el adolescente.
Sean Bienvenidos a nuestra casa; al desafío de hacer de nuestros ambientes un lugar mejor; al aporte a esta Iglesia que amamos, porque es la expresión del Amor de Dios. Sean bienvenidos como un regalo que dios nos hace en estos 40 Años de Palestra en Tucumán; sean bienvenidos a la perseverancia y al PEDALeo diario en Comunidad.
Damos gracias a Dios por la oportunidad del servicio a muchos hermanos: Equipos de cocina, Retaguardia, Secretaría, Consultivos, presentantes y todos aquellos que en el silencio, aportaron para realizar los PM.