- PERSEVERANCIA – En todo momento debemos repetirnos ¡Sé que el Señor me llama a perseverar! Y poner toda nuestra confianza en Él.

La perseverancia es como una carrera, como un atleta en plena competencia, que se despoja de muchas cosas para lograr un resultado, llegar a la meta.
El tiene una preparación previa, un método de entrenamiento, una estrategia, una táctica para la carrera en sí. La mayoría busca solo el triunfo, y luego sigue en pos de nuevos logros, otros buscan solo superar sus records o mejorar su rendimiento.
Pero el cristiano que persevera busca tener una espiritualidad concreta y una manera, una estrategia para seguir en el camino de la Fe.
El verbo original de perseverancia en griego es PROSKATERÉO, que no solo significa continuidad, sino firmeza, ocuparse de modo incansable en seguir PEDALeando en la Fe, junto a sus hermanos.
Luego de las experiencias fuertes de Fe, como un Motivador, con el tiempo surgen los viejos hábitos, las mañas del hombre viejo, el “encanto” de gastar la herencia en el País Lejano, surgen de nuevo esas tentaciones, vicios, dejarse estar, planificar aún sabiendo que no voy a empezar siquiera... un ejemplo, los estudios… tener la posibilidad que muchos quisieran y sin embargo me pierdo en mil quehaceres para “justificar” porqué no puedo sentarme a estudiar.
Falta firmeza, falta ocuparse de modo incansable, para llegar a esas metas de tener una profesión, o cumplir con el sueño de realizar mi vocación.
Cuando estamos en esta situación es como andar empujando la Fe, o arrastrando los compromisos asumidos, andamos abrumados por las nuevas propuestas que en un momento me dije a mi mismo, por mi bien, y vamos cayendo en esa espiral… “cuando menos rezo, menos ganas tengo de orar”… cuando menos voy a la reunión de comunidad, menos ganas tengo…”, simple.
Para el que persevera es todo lo contrario, sabe de antemano que el hombre viejo está ahí, agazapado, esperando pacientemente el menor signo de dejadez, para salir a hacer sus jugadas, las que conocemos bien.
Por eso, debemos reforzar algunos elementos recibidos en el Motivador, y una Comunidad es el mejor lugar para hacerlo, compartir la Fe y la Vida con otros hermanos que tienen camino recorrido.
Así, como el atleta, se despoja de todos los pesos y cosas que le hacen mal y no lo dejan correr como debiera, así, los Palestristas, en este tiempo de Perseverancia, debemos seguir en ese despojo constante de todo aquello que no me deja ser libre, no me deja ser un hermano de Jesús, que entre tantas enseñanzas nos deja eso de la vid y los sarmientos, hay que podar aquellas cosas que nos hacen mal, para que seamos personas sanas y perseverantes.
La perseverancia en la Fe y la Comunidades Palestristas están profundamente ligadas, en ellas voy a potenciar mis dones y talentos, voy a auto disciplinarme, a hacerme cargo de lo que me corresponde con respecto a Dios, a mi mismo, al prójimo y a lo que me rodea, la creación.
En ellas, podré ejercer la dirigencia y el liderazgo, empezando por mi propia persona, mis planes, ideas, sueños y objetivos, sin la perseverancia constante no lo voy a lograr y en la vida espiritual pasa lo mismo, no llegaré a la meta, a la salvación en Cristo si no aplico todo aquello en lo que fui motivado. 
No estamos solos en este tiempo de perseverar, muchos hacemos lo mismo, corremos como atletas espirituales juntos a muchos hermanos y ellos mismos nos alientan y nosotros mismos alentamos a otros.
Cuando dejamos, en esa hipotética pero significativa carrera,  de ver a Jesús, dejamos de perseverar en sus enseñanzas.
Bienvenidos a la mejor manera de vivir en gracia… perseverando.
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