- DIOS PONE EL NACIMIENTO - Entre la navidad y la pascua. Entre el miedo y la valentía de quienes se atreven a creer. Entre la oscuridad y la luz verdadera.

Cuando ponemos un pesebre en nuestras casas, en las iglesias, en los escaparates, en las aulas, en los rincones… hay mucho que pensar.

1. NACER - "Mientras estaban allí, se cumplió el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito". (Lc 2,7)
Es empezar. Una vida por delante. Una historia que comienza a desplegarse. En Jesús nace el Dios hecho niño.
Y en su historia, que lo transforma todo para siempre, nace la esperanza de que la vida vencerá a una y mil muertes.
La justicia y la paz tendrán cancha en nuestro mundo. De algún modo todo nace de nuevo cuando nos hacemos conscientes del milagro.
Renace, también en nosotros, la capacidad de luchar, de soñar, de esperar. Renace la fuerza con que abrazamos propósitos y anhelos. Tal vez recuperemos, con este niño, un poco de ingenuidad e inocencia.
Todo es posible, de nuevo, cuando aprendemos a adorar, ante el pesebre, al Dios niño.
¿Qué puede nacer en tu historia este año? ¿Qué nace, en ti, al asomarte al nacimiento de Dios-con-nosotros?

2. TENDER PUENTES - "No tengan miedo, pues les anuncio una gran alegría, que lo será también para todo el pueblo…" (Lc 2, 10)
Del mismo modo que, a veces, en nuestros nacimientos, hay un puente que une dos laderas de arena sobrevolando un río de plata, en este otro Nacimiento navideño hay un puente mucho más hondo, que salva abismos.
Entre la vida y la Vida (la plena, la definitiva). Entre la soledad y el encuentro. Entre la pequeñez y la gloria.
Entre la navidad y la pascua. Entre el miedo y la valentía de quienes se atreven a creer. Entre la oscuridad y la luz verdadera.
Y cuando entramos a caminar por las tierras de ese misterio, entonces empezamos el viaje más importante de nuestra vida.
¿Por qué no adentrarnos ahora por esa tierra?
¿Hay algún puente que tengas que recorrer en esta etapa de tu vida?