PALABRA VIVA:
“Convertirse al Señor, Dios nuestro, porque es compasivo y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad, y se arrepiente de las amenazas”.
MÁXIMA DE VIDA:
“Que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha”.
ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL:
No dudes en comenzar de nuevo. No te instales en la mala memoria. No ofrezcas resistencia, fijándote en el comportamiento de los que obran mal. Por el contrario, fíjate en los buenos y muévete hacia el bien.
Levántate. Son muchos los que hoy inician el camino hacia la Pascua con propósitos de conversión. Únete, en especial, a quienes recibirán el bautismo en la noche pascual. Hoy es un día propicio para volver al Señor.
TESTIMONIO:
El rey David, el ungido del Señor, cayó al dar rienda suelta a sus instintos de poder y de placer. Advertido por el profeta, reconoció su pecado, se humilló, pidió perdón, y gozó de la misericordia y de la fidelidad de Dios.
ENSEÑANZA:
“Renovemos nuestro camino de fe, tanto personal como comunitario. Se trata de un itinerario marcado por la oración y el compartir, por el silencio y el ayuno, en espera de vivir la alegría pascual” (Benedicto XVI, Mensaje de Cuaresma, 2012).
ORACIÓN:
“Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa, lava del todo mi delito, limpia mi pecado”.
Acompañamos esta meditación con un Video sobre el ayuno, para trabajar interiormente algunos actos que reflejan nuestra adhesión a Jesús.