Las voces roncas sonaron con fuerza en el salón y al unísono nos fuimos
agregando al poderoso grito de; ¡¡¡
Cristo es Camino…!!! y cada cosa estuvo en su lugar.
La gracia se contagiaba en cada abrazo, lágrima, palabra, caricia…
interminables momentos de amor y alegría para un momento tan esperado.
Y la "ausencia" que molesta un poco, pero que se hace agradecimiento en la persona del "buen changuito", el cura Hernán, que anda recorriendo los caminos de su vocación en otros destinos.
Por esas cosas de acomodar los momentos, la Eucaristía fue la preparación
para el encuentro con los hermanos del PM 82, pero también recordarnos que
siempre, pero siempre, el Señor tiene que estar primero, tiene que ser nuestro
punto de referencia para encontrar el camino.
Una noche maravillosa, que no se quería terminar, que se demoraban los
tiempos y las partidas, una noche llena de momentos, donde siempre sale la
garra dirigencial, la garra Palestrista que nos hace trabajar por el bien común
y tratar de asumir las situaciones y buscar una solución.
Tanto para agradecerle a Dios, por cada chica, por cada chango, por cada
familia, por cada encuentro… dar gracias por los esfuerzos y el trabajo
silencioso de tantas personas.
Será también un desafío, uno más entre tantos asumidos, a seguir
trabajando, desde lo que tenemos y
somos, tenemos poco pero basta, somos limitados pero nos hacemos anchos y
amplios en la generosidad, porque sabemos que El Señor está siempre con
nosotros, nos sostiene, nos alienta, nos descansa, nos pone el fuego en la
sangre y canta con nosotros ese himno que recorre nuestro ser, nuestra historia
personal, la historia del movimiento que hermana las generaciones presentes y
pasadas…
Y el grito de los changos cantando queda dando vueltas en el salón, en los patios, en la esquina y en la charla de la esquina del frente... suena poderoso en los corazones el ¡¡¡Cristo es camino, verdad y vida… oh bella chao, bella chao…!!!
Bienvenidos
hermanos del PM 82.