Para comenzar con actitudes cristianas el estudio, el
trabajo, la vida familia, la vida de los ambientes, donde Dios nos pide
respuestas.
EL PODER DE LAS PALABRAS
Porque las palabras tienen vida. Son capaces de bendecir
o maldecir, de edificar o derribar, de animar o abatir, de transmitir vida o
muerte, de perdonar o condenar, de empujar al éxito o al fracaso, de aceptar o
rechazar...
Una palabra irresponsable: puede encender discordias y
fuegos difíciles de apagar…
Una palabra cruel: puede arruinar y derribar todo lo que se
había edificado en una vida…
Una palabra de resentimiento: puede matar a un apersona,
como si le claváramos un cuchillo en el corazón...
Una palabra brutal: puede herir y hasta destruir la
autoestima y la dignidad de una persona…
Una palabra amable: puede suavizar las cosas y modificar
la actitud de otros…
Una palabra alegre: puede cambiar totalmente la fragancia
y los colores de nuestro día…
Una palabra oportuna: puede aliviar la carga y traer luz
a nuestra vida…
Una palabra de amor: puede sanar el corazón herido.