Con la actitud del hombre que dialoga con su Dios,
caminamos en su presencia y en su palabra para acompañar a los hermanos del PM
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La experiencia de la resurrección y de pentecostés nos
alientan a la lucha ligada por ellos, por sus procesos personales, por sus
tiempos para que coincidan con los tiempos de Dios, por sus familias, sus
trabajos y quehaceres. De esa forma seguiremos trabajando por el reino,
buscando corazones para contagiarlos del fuego santo.
Recordamos lo que escribimos cuando comenzamos a
contagiarnos de los tiempos de los motivadores, decíamos; “La vivencia de los
días previos y durante los motivadores es un fuego que convoca, que calienta
corazones, que ilumina soledades y dolores, es un fuego que reúne y quita frío,
es un fuego donde podemos invitar a nuestros amigos, a los que no conocen nada
de la fe, a los que se alejaron, a los que están fríos y tibios, a nuestros
hijos, hermanos, padres, a la familia toda a compartir la alegría de los
resucitados.”
Venimos de nuestro primer Pm del año, con el alma tensa
de amor, de entusiasmo, de motivación interior, para proyectarnos en la vivencia de los hermanos
en la próxima semana.
Roguemos al Dios de la vida por cada uno de los participantes, por sus familias,
por sus quehaceres, por nosotros, por nuestros tiempos y obligaciones, para
preparar el corazón y saber recibir lo que el Señor tiene para ellos y para
nosotros.
Buen PM a todos los que trabajan en silencio y por todos
aquellos que nos colaboran y acompañan, esta vivencia también les llega de
muchas maneras y bendiciones.
