COMISIÓN RETAGUARDIA Y FINANZAS - “Hoy mi brillo es como un sol por el amor que me has dado”.


Cuando me pidieron que de un testimonio sobre mi trabajo en la comisión de retaguardia, no entendía claramente a que hacía referencia  porque siempre lo viví como una entrega amorosa a Dios; una entrega de tiempo, de ganas, de esfuerzo; un poner en uso y crecimiento  cada uno de mis dones x el bien de los demás… por el bienestar de ese Dios que habita en cada una de las personas que forman parte del movimiento.

Y como Dios nunca se deja ganar en generosidad, me dio mucho más que todo lo que yo puedo darle; me dio la gracia de ver que todo nuestro trabajo y esfuerzo valió la pena, porque en estos años de perseverancia pude ver tantos “hombres y mujeres nuevos”  que mi corazón no puede menos que estallar de alegría, porque cada domingo de clausuras al escuchar los testimonios de cómo el amor de Dios pudo hacer renacer a tanta gente, es ahí donde, a pesar del cansancio físico, mi alma descansa y mi corazón se renueva.

Hoy mi luz brilla más que nunca, porque Dios, que confía en mi más que yo misma, me elige una y otra vez y me llena de bendiciones que son esas personas que hacen este caminar más ameno y tranquilo, porque a través de ellas me mima, me ama y me llena de su Gracia; por eso le agradezco a Dios por mi familia que siempre aceptó, acompañó y, ahora también, comparte esta forma de vida que elegí; también tengo mi comunidad que me acompaña, que son el fuego que mantiene encendida mi llama, son mi motor de cambio, mi “animarse a más” constante.

Además, en estos años de servicio, tuve la gracia de dividir el trabajo y multiplicar el amor, con un hermoso grupo de hermanos, mi COMUNIDAD/COMISION de Retaguardia y Finanzas, porque me hicieron llorar y reír, porque también me hicieron hablar, pero sobre todo porque me enseñaron que la felicidad está más en dar que en recibir, y porque me ayudaron a perseverar y crecer en la fe y me enseñaron que el servicio es un estilo de vida y, como decía la Madre Teresa, “el que no vive para servir, no sirve para vivir”
                                                                           
Luz Bazán – Comunidad Saulo