“Que nadie te menosprecie por ser joven, procura ser modelo de los
creyentes en la palabra, la conducta, el amor, la fe, la pureza” (1Tim. 4, 12).
Ya Pablo en esta carta exhortaba a Timoteo a jugársela por Cristo, a
darlo todo sin tener miedo, ni vergüenza, ni sentirse pequeño. Porque el Señor
desde siempre lo tuvo pensado a él para esa misión, de predicar su palabra.
Y hoy, a cada uno de nosotros, el Señor nos llama también, nos dice que
nos necesita, y quiere de nuestra pequeñez; el Papa Francisco nos decía “Cuento
con ustedes para edificar un mundo nuevo”. Nos quiere activos, presentes,
comprometidos, evangelizadores, valientes, protagonistas, lideres de nuestros
ambientes y de nuestra vida, pero por sobre todo entregados totalmente a su
voluntad.
Todos sabemos que ser joven en la actualidad es estar inmerso en una
sociedad que es materialista, superficial, indiferente, individualista, incoherente.
Pero ser un Joven Cristiano, es poder y tener la responsabilidad de ser
diferente a ese resto, de poder ir contracorriente, de ser testimonio vivo que
al lado de Dios la vida es diferente, que su amor todo lo transforma, que soy
feliz plenamente a su lado, y que mi cruz ya no la cargo sola, que hay muchos
hermanos cirineos que hacen mas liviana mi carga.
Para mi es hermoso realmente poder ver a mi amado movimiento alegre,
feliz, resucitado después de cada masiva que compartimos. Ver a tantos jóvenes
que elegimos ser diferentes, a pesar que nos cuesta y mucho, que luchamos en
esta sociedad por un mundo mejor, un mundo que conozca el amor de Dios y no la
exclusión. Saber que hay más de 100 jóvenes en diferentes comunidades,
apostando por un nuevo amanecer, por un nuevo camino, por una esperanza, por un
estilo de vida, por un cambio, por una verdad, por una identidad, me hace
reafirmar que la juventud NO esta perdida, que mientras exista personas que
rememos en contra de lo estipulado, y trabajemos por la inclusión, por el
preocuparme y ocuparme del otro, existe la esperanza de un mundo mejor.
Los animo a que no bajen los brazos, a que nos demos cuenta que nuestras
acciones pueden desencadenar muchas buenas reacciones, que este camino es ir trazándolo
parte por parte, y que hay que entregarlo todo. Que esto no solo vale la pena,
vale la vida, que esta en nosotros ser protagonistas de este mundo, de salir a
la calle y hacer lío como nos pide el Papa Francisco, hacer lío despertando a
la gente del individualismo y la indiferencia.
Estoy muy contenta de servir a Dios desde mi pequeño lugar, muy
orgullosa de la Etapa
Joven del Movimiento Palestra que se anima a ser diferente,
que se ocupa del prójimo y que persevera en este estadio día a día a pesar de
las adversidades. Y se también que podemos seguir creciendo, que hay mucha
gente que quiere sumarse, que necesita de este Dios que nosotros conocemos, así
que ¡Vamos! Muévanse que el Señor nos necesita allá afuera, para batallar el
buen combate y ser Guerreros de su Luz.
Vero Rodriguez