Tantos años buscando
signos externos de un fiel amor.
Ciega, andando si rumbo,
¡sentí un vacío en mi corazón!
¡Mi corazón!
Soy el amor que salva,
alianza infinita, revelación.
Soy un Dios peregrino,
siembro semillas de eternidad,
de eternidad.
En el desierto quise mirarme,
espejo de conversión.
Mi corazón que es de piedra, lloró de egoísmo
en silencio escuché tu voz:
Yo soy camino y verdad,
manantial de agua viva.
Misericordia y perdón,
yo soy la vid verdadera, fruto,
que es fiel si en mí permanece.
Mi corazón se renueva,
quiero gritar de alegría.
Con fe quise caminar,
de la mano de María, cantar
la grandeza del Señor.
Piedras vivas seremos.
Fiesta, alabanza y resurrección.
Fuego vivo que arde,
purificando, mi nuevo ser
¡Mi nuevo ser!
Yo soy la luz del mundo, no temas.
Celebra tu corazón.
En el medio de la noche salta y no estés triste
que mi gracia te salvó.
Yo soy camino y verdad,
manantial de agua viva.
Misericordia y perdón,
yo soy la vid verdadera, fruto,
que es fiel si en mí permanece.
Mi corazón se renueva,
quiero gritar de alegría.
Con fe quise caminar,
de la mano de María, cantar
la grandeza del Señor
Y así quiero caminar,
llevando a Cristo en mi vida
perseverando con vos
llevo en lo alto una antorcha, pasión
que enciende nuevas respuestas.
Mi cruz yo abrazo confiada
voy pedaleando a la meta
San Pablo va a iluminar
y mar adentro gritar y anunciar
la buena nueva del reino