- CUARENTA DIAS CON LOS 40 ULTIMOS - Para sensibilizar nuestra cuaresma y nuestra dirigencia.

El Miércoles de Ceniza dió comienzo a la Cuaresma, a cuarenta días de camino hacia la Salvación. Coincidiendo con estas fechas, los religiosos marianistas lanzan la campaña Cuarenta días con los Cuarenta Ultimos.
Dedicada en esta ocasión a la mujer, la campaña proporciona información sobre los 40 países menos desarrollados del mundo, acompañada de la historia personal de una mujer, y una pequeña oración para cada jornada.
“Hemos recurrido en esta ocasión a la perspectiva de género para desentrañar algunas de las causas y situaciones de injusticia de nuestro mundo. Ahora sólo nos queda rogar a Dios que nos conceda el don de ser capaces de oír el clamor de todas las personas que piden justicia, entre ellas muchas mujeres.
Las historias personales no sólo están protagonizadas por mujeres conocidas como Teresa de Calcula, Mairead Corrigan y Betty Williams, sino también por otras anónimas, que con sus vivencias nos hacen reflexionar acerca de la infancia; el matrimonio, la maternidad y la familia; la salud, la educación, los problemas del mundo laboral y las violaciones de los Derechos Humanos."

La campaña empezó el Miércoles de Ceniza con Níger, la nación menos desarrollada del mundo según la ONU, con la historia de Nana, una mujer de 22 años desesperada ante la falta de alimentos para sus dos gemelos recién nacidos.
El Domingo de Ramos, la campaña concluye en Irak, con el relato de Imán A. Jamás, una periodista Iraquí refugiada.
Guinea Bissau, Somalia, Corea del Norte y Haití (el único país de América Latina), entre otros, son escenarios de historias femeninas de la campaña Cuarenta días con los Cuarenta Ultimos.
Esperamos así:
Multiplicar nuestra sensibilidad por los que son los últimos en todo y crecer en esta sensibilidad: los últimos de la sociedad, de la clase, del barrio... los preferidos de Dios; nuestros preferidos.

Conocer un poco mejor la realidad de estos países, especialmente este año la situación de sus niñas y mujeres. Y preguntarnos por las causas de todas las formas de discriminación contra las mujeres.

Cambiar en algo nuestra vida expresando así que estamos dispuestos a que nuestra preocupación por el Reino de Dios nos afecte algo más que al sentimiento, la reflexión y la oración.

Finalmente, llevar a nuestra oración a estas mujeres y a estos pueblos. Presentar al Señor sus necesidades, dar gracias por los que trabajan en su favor, pedir perdón por la parte de pecado colectivo que nos corresponde, suplicar la gracia de estar disponibles y atentos...
http://www.marianistas.org/~justiciaypaz/cuaresma/