Para reflexionar luego de los rituales de la Pascua Cristiana, recordemos pasajes de Monseñor Villalba cuando envió su mensaje Pascual a los Tucumanos:
.- Cristo ha resucitado, no sólo para sí mismo, sino para nosotros. .- El es el primero de los que viven más allá de la muerte temporal; pero toda la humanidad que cree en El y que le está unida, ha sido introducida en el reino de la vida.
.- La muerte ya no es el confín de nuestra existencia, sino la puerta de entrada a un reino de vida que no tiene fin.
.- El día en que, en torno al Resucitado, se unen y se asocian todos los sufrimientos humanos, las desilusiones, las humillaciones, las cruces, la dignidad humana violada, la vida humana no respetada.
.- La muerte ya no es el confín de nuestra existencia, sino la puerta de entrada a un reino de vida que no tiene fin.
.- El día en que, en torno al Resucitado, se unen y se asocian todos los sufrimientos humanos, las desilusiones, las humillaciones, las cruces, la dignidad humana violada, la vida humana no respetada.
.- El Resucitado no se aleja de nosotros. El viene adonde más grande es la tristeza y el miedo, adonde más grandes son las desgracias.
.- La vida nueva de Jesucristo toca al ser humano entero y desarrolla en plenitud la existencia humana “en su dimensión personal, familiar, social y cultural” (Aparecida, 4).
.- Las condiciones de vida de muchos excluidos de la sociedad contradicen este proyecto de Dios e interpelan a los creyentes a un mayor compromiso por la cultura de la vida.
.- El reino de vida que Cristo vino a traer es incompatible con esas condiciones inhumanas.
El cristiano debe derramar a raudales la vida sobre el mundo de hoy. Debe ser portador de vida y no de muerte.
.- El cristiano es fermento de vida sobre la tierra donde todo tiene ocaso. Porque la propuesta de Jesucristo es la oferta de una vida digna para todos.
.- ¡Felices Pascuas de Resurrección!”
.- La vida nueva de Jesucristo toca al ser humano entero y desarrolla en plenitud la existencia humana “en su dimensión personal, familiar, social y cultural” (Aparecida, 4).
.- Las condiciones de vida de muchos excluidos de la sociedad contradicen este proyecto de Dios e interpelan a los creyentes a un mayor compromiso por la cultura de la vida.
.- El reino de vida que Cristo vino a traer es incompatible con esas condiciones inhumanas.
El cristiano debe derramar a raudales la vida sobre el mundo de hoy. Debe ser portador de vida y no de muerte.
.- El cristiano es fermento de vida sobre la tierra donde todo tiene ocaso. Porque la propuesta de Jesucristo es la oferta de una vida digna para todos.
.- ¡Felices Pascuas de Resurrección!”