Quería compartir con ustedes lo que me enseñaron en una clase de filosofía del derecho sobre este tema que nosotros analizamos en nuestro Cursillo de Periodo Iniciador: la libertad.
Se partió de la base de que el hombre tiene dos potencias: inteligencia y voluntad. La libertad no es una tercera potencia de hombre. La libertad juega en el campo de la voluntad. Es decir, la voluntad es o no es libre. Se dijo también que el corolario de la libertad es la responsabilidad.
Luego, se hablo de algo que a mi me aclaro mucho el tema, se explico que la libertad esta dividida en dos: Por un lado esta el libre albedrío y por otro lado esta la libertad propiamente dicha.
El libre albedrío es la capacidad de elegir.
La libertad propiamente dicha se da cuando elijo lo debido, lo correcto, lo bueno. En este caso la libertad esta direccionada a elegir el bien.
Creo que se podría hacer la siguiente relación: La libertad, entendida como libre albedrío, es un don de Dios. Esto es: Dios nos hace capaces de elegir.
La libertad, entendida como libertad propiamente dicha, es una tarea del hombre. Yo ejercito esta libertad cada vez que elijo al Sumo Bien (Dios). Soy libre cuando hago de mi vida santidad, es decir, “hago lo que debo hacer”. Soy libre cuando soy virtuoso. Por el contrario, no alcanzo esta libertad cuando elijo lo indebido, lo incorrecto, el mal, los vicios, la mentira, el pecado.
A veces, para alcanzar lo debido, necesitamos renunciar a ciertas cosas. Pongo un ejemplo que a alguno le sonara a absurdo: Yo elegí por Dios cuando dije presente aquel sabado a la siesta en una reunión de iniciador, cuando al mismo tiempo se jugaba el partido entre San martín y Quilmes, partido que me moría de ganas por ver.
Se partió de la base de que el hombre tiene dos potencias: inteligencia y voluntad. La libertad no es una tercera potencia de hombre. La libertad juega en el campo de la voluntad. Es decir, la voluntad es o no es libre. Se dijo también que el corolario de la libertad es la responsabilidad.
Luego, se hablo de algo que a mi me aclaro mucho el tema, se explico que la libertad esta dividida en dos: Por un lado esta el libre albedrío y por otro lado esta la libertad propiamente dicha.
El libre albedrío es la capacidad de elegir.
La libertad propiamente dicha se da cuando elijo lo debido, lo correcto, lo bueno. En este caso la libertad esta direccionada a elegir el bien.
Creo que se podría hacer la siguiente relación: La libertad, entendida como libre albedrío, es un don de Dios. Esto es: Dios nos hace capaces de elegir.
La libertad, entendida como libertad propiamente dicha, es una tarea del hombre. Yo ejercito esta libertad cada vez que elijo al Sumo Bien (Dios). Soy libre cuando hago de mi vida santidad, es decir, “hago lo que debo hacer”. Soy libre cuando soy virtuoso. Por el contrario, no alcanzo esta libertad cuando elijo lo indebido, lo incorrecto, el mal, los vicios, la mentira, el pecado.
A veces, para alcanzar lo debido, necesitamos renunciar a ciertas cosas. Pongo un ejemplo que a alguno le sonara a absurdo: Yo elegí por Dios cuando dije presente aquel sabado a la siesta en una reunión de iniciador, cuando al mismo tiempo se jugaba el partido entre San martín y Quilmes, partido que me moría de ganas por ver.
Renuncie a ver aquel partido, pero mi satisfacción que siguió a la reunión de iniciador y mi edificación como persona, no tuvo punto de comparación con ver un partido de fútbol.
A partir de situaciones como esta, Dios me fue llevando a cosas inesperadas, por ej. entablar una relación amistosa con Armando (el portero del Tulio) a quien le pregunto todos los sábados, entre otras cosas, por el resultado de los partidos.
Mi comunidad vivió la libertad propiamente dicha cuando decidió hacer una reunión con ex integrantes de Josué. Prepararla no fue fácil. La reunión prevista durante la semana con la comisión de vida comunitaria (la misma tenia a cargo la organización del reencuentro) se suspendió en una primera oportunidad.
Mi comunidad vivió la libertad propiamente dicha cuando decidió hacer una reunión con ex integrantes de Josué. Prepararla no fue fácil. La reunión prevista durante la semana con la comisión de vida comunitaria (la misma tenia a cargo la organización del reencuentro) se suspendió en una primera oportunidad.
Había que buscar otro día para reunirse, y dejar de lado cosas de uno, y dar el tiempo propio. A veces daba vergüenza llamar a algún ex integrante que no conocíamos. Renunciar a nuestro tiempo para llamar a cada uno de los chicos implicaba una actitud de generosidad.
Lo mas cómodo para nosotros hubiese sido dar un tema cualquiera entre los que habitualmente asistimos un sábado al tulio. Pero, lo que Dios nos pedía en ese momento, lo debido, era organizar esta anhelada reunión.
Y la reunión reencuentro salio perfecta, fue un sueño, hubo muchas emociones, lagrimas, recuerdos, alegría de corazón, clima festivo de reencuentro… en definitiva transitar el camino de preparación, tuvo sus frutos.
Josué experimento la libertad propiamente dicha.
Concluyo exhortando a vivir en gracia, para poder ver, para poder saber donde esta lo debido (la gracia le da luz a mi inteligencia), para poder poner en obra aquello que debo hacer (la gracia ayuda a mi voluntad).
Concluyo exhortando a vivir en gracia, para poder ver, para poder saber donde esta lo debido (la gracia le da luz a mi inteligencia), para poder poner en obra aquello que debo hacer (la gracia ayuda a mi voluntad).
Así de esta forma, estaré poniendo en práctica aquella enseñanza paulina: La voluntad de Dios es que sean santos.
Reuniones de Comisiones, de Comunidad, de equipo, misas mensuales, clausuras de PM, retiros, convivencias, etc. sirven en tanto y en cuanto estén en función de un objetivo: mi santidad de vida.
Un abrazo en Cristo y en Maria, gracias por permitirme la posibilidad de expresarme. Gracias por incentivarme a sacar a la luz dones que uno ni se imagina que tiene.
Gonzalo Castellano.
Reuniones de Comisiones, de Comunidad, de equipo, misas mensuales, clausuras de PM, retiros, convivencias, etc. sirven en tanto y en cuanto estén en función de un objetivo: mi santidad de vida.
Un abrazo en Cristo y en Maria, gracias por permitirme la posibilidad de expresarme. Gracias por incentivarme a sacar a la luz dones que uno ni se imagina que tiene.
Gonzalo Castellano.