- CRISTO ES UN ALIMENTO COMPARTIDO Y PARA TODOS?. Dependera de mi actitud ante el projimo que esto sea una realidad?.

Estamos en el comedor estudiantil de una universidad europea. Una alumna adquiere su bandeja con el menú en el mostrador del servicio y luego se sienta en una mesa. Entonces advierte que ha olvidado los cubiertos y vuelve a levantarse para pedirlos.
Al regresar, descubre con estupor que un chico se ha sentado en su lugar y está comiendo de su bandeja... piensa, que por su piel negra, es africano.
La muchacha se siente desconcertada y agredida; pero enseguida corrige su pensamiento y supone que el no está acostumbrado al sentido de la propiedad privada y de la intimidad del europeo, o incluso que quizá no disponga de dinero suficiente para pagarse la comida, aun siendo ésta barata para el elevado estándar de vida de nuestros ricos países.
De modo que la chica decide sentarse frente al muchacho y sonreírle amistosamente. A lo cual el contesta con otra sonrisa. A continuación, ella comienza a comer de la bandeja intentando aparentar la mayor normalidad y compartiéndola con exquisita generosidad y cortesía con el chico.
Y así, él se come la ensalada, ella la sopa, ambos comen del mismo plato de carne hasta acabarlo y el se come el yogur y ella de la fruta.
Todo ello regado de múltiples sonrisas educadas, tímidas por parte del muchacho, suavemente alentadoras y comprensivas por parte de ella.
Acabado el almuerzo, ella se levanta en busca de un café... y entonces descubre, en la mesa vecina detrás de ella, su abrigo colocado sobre el respaldo de una silla y una bandeja de comida intacta.

Una historia deliciosa, que además es auténtica, dedicada a todos aquellos que, en el fondo, recelan de los hermanos que no aprendieron a reconocer, y les consideran invasores de sus espacios y oportunidades, de sus culturas, ambientes, ciudades, trabajos y comida.
A todas esas personas que, aun bienintencionadas, observan a sus hermanos con condescendencia y paternalismo.
Será mejor que nos libremos de los prejuicios o corremos el riesgo de hacer el mismo ridículo que la chica, que creía ser el colmo de la civilización mientras su hermano, inmensamente educado, la dejaba comer de su bandeja.
El seguidor de Cristo tendrá siempre la actitud del que comparte su comida con quien se quiera sentar en su mesa a vivir un agradable momento de fraternidad e igualdad.
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Para confrontar, unas ideas del Documento de Aparecida, Nº 56 y 57:

“...la riqueza y la diversidad cultural de los pueblos de América Latina y el Caribe resultan evidentes. Existen en nuestra región diversas culturas indígenas, afro descendientes, mestizas, campesinas, urbanas y suburbanas.”
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“Estas culturas coexisten en condiciones desiguales con la llamada cultura globalizada. Ellas exigen reconocimiento y ofrecen valores que constituyen una respuesta a los antivalores de la cultura que se impone a través de los medios de comunicación de masas, (estas culturas ofrecen): comunitarismo, valoración de la familia, apertura a la trascendencia y solidaridad. Estas culturas son dinámicas y están en interacción permanente entre sí y con las diferentes propuestas culturales.”