- ES FACIL CREER A JESÚS? - Para una Comunidad, el descubrimiento del reino de Dios altera la vida de quien lo descubre.

Una reflexión para profundizar en nuestro interior y ver cuales son nuestros tesoros, nuestras riquezas y si estas coinciden con el Evangelio de Jesús.
Hoy, hay tantos exluidos, tantas villas de emergencia, campos de hermanos, y dentro de ellos, los verdaderos tesoros, las personas, sobre todo las más abandonadas y alejadas de la presencia del verdadero Amor. Vivimos rodeados de campos, llenos de infinitos tesoros. Solo debemos a animarnos a vender todo y realizar el Gran Negocio.

No era fácil creer a Jesús. Algunos se sentían atraídos por sus palabras. En otros, por el contrario, surgían no pocas dudas. ¿Era razonable seguir a Jesús o una locura?
Hoy sucede lo mismo: ¿merece la pena comprometerse en su proyecto de humanizar la vida o es más práctico ocuparnos cada uno de nuestro propio bienestar? Mientras tanto, se nos puede pasar la vida sin tomar decisión alguna.
Jesús cuenta dos pequeñas parábolas para seducir el corazón de aquellos campesinos.
Un pobre labrador está cavando en un terreno que no es suyo. De pronto encuentra un tesoro escondido. No es difícil imaginar su sorpresa y alegría. No se lo piensa dos veces. Lleno de alegría, vende todo lo que tiene y se hace con el tesoro.
Lo mismo le sucede a un rico comerciante en perlas finas. De pronto se encuentra una perla de valor incalculable. Su olfato de experto no le engaña. Rápidamente toma una decisión. Vende todo lo que tiene y se hace con la perla.
El reino de Dios está oculto. Muchos no han descubierto todavía el gran proyecto que tiene Dios de un mundo nuevo.
Sin embargo, no es un misterio inaccesible. Está oculto en Jesús, en su vida y en su mensaje. Una comunidad cristiana que no ha descubierto el reino de Dios no sabe para qué ha nacido de Jesús.
El descubrimiento del reino de Dios altera la vida de quien lo descubre. Su alegría es inconfundible. Ha encontrado lo esencial de la vida, lo mejor de Jesús, el valor que puede cambiar su vida. Si los cristianos no descubrimos el proyecto de Jesús, en la Iglesia no habrá alegría.
Los dos protagonistas de las parábolas toman la misma decisión: venden todo lo que tienen. Nada es más importante que buscar el reino de Dios y su justicia.
Todo lo demás viene después, es relativo y debe quedar subordinado al proyecto de Dios.
Esta es la decisión más importante que hemos de tomar en la Iglesia y en las comunidades cristianas: liberarnos de tantas cosas accidentales para comprometernos en el reino de Dios.
Despojarnos de lo superfluo. Olvidarnos de otros intereses. Saber perder para ganar en autenticidad. Si lo hacemos, estamos colaborando en la conversión de la Iglesia.
Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS