Hoy, hace 11 años que José “Pepe” Peñaloza Peñaloza falleció. El fue el fundador e inspirador de Palestra y ahora comparte junto a tantos hermanos Palestristas la presencia amorosa de nuestro Padre Dios.
Hasta hace un par de años, poco sabíamos de su persona y sus motivaciones para fundar Palestra y por esas cosas que Dios nos va mostrando, fuimos recorriendo la geografía de Latinoamérica por medio de Internet, y descubrimos parte de una historia que nos llena de orgullo, agradecimiento y compromiso.
Recordamos dos escritos que nos acercan a este líder de la Palestra de la vida:
El primero es lo que está escrito en el un discurso en el Primer Congreso Internacional de Palestra, en Colombia en 1968 elaborado por el Secretario General Internacional entrante, Felix Palacios Cruz, en la sesión inaugural;
“Negar la solemnidad de esta ocasión, negar el legítimo orgullo cristiano y latinoamericano que nos embarga, sería pretender tapar el sol con un dedo. No puede ser intrascendente una reunión de personas inquietas ante las preguntas de una sociedad y la intranquilidad del hombre dentro de un universo que marcha acompasado a su punto máximo de perfección quien es causa primera y destello de gracia infinita.
Hay interrogantes internas y externas. Unas que se hacen los que laboran activamente dentro de Palestra y en este plano de ideas se me ocurre que debemos preguntarnos: Qué somos ?, Qué tenemos que decir ?, Cuáles títulos presentamos ante el mundo?
Por otra parte hay ojos y actitudes que observan y con lógica inquietud preguntan Un movimiento más?...Tendrán ellos una respuesta a la guía que necesita la juventud en un primer paso de liberación humana ?.
Siete años de presencia tratan de dar respuesta a unas y otras interrogantes. La primera contesta que se dió fue el 13 de Mayo de 1.961 en la ciudad de Caracas bajo la feliz idea de un grupo de profesores del Colegio La Salle contando con la presencia decisiva y guiadora del Hno. José Peñaloza Peñaloza.
En aquel entonces se le estaba respondiendo a una realidad estática y cadavérica del apostolado seglar. Esta triste realidad se observaba con gran preocupación sobre todo en los jóvenes alistados en centros de formación cristiana, los cuales no llevaban proyección alguna hacia las Universidades y mucho menos en una futura vida ciudadana.
Así comienzan las primeras experiencias de un nombre que en su inicio no se sabía si era un slogan publicitario y que hoy en día es Vanguardia de Avanzada en la Iglesia Cristiana. Los primeros resultados de la llama encendida se manifiestan a finales de 1.962, con la presencia de jóvenes palestristas en los organismos de dirección y actuación dentro de sus respectivos colegios.
Hasta hace un par de años, poco sabíamos de su persona y sus motivaciones para fundar Palestra y por esas cosas que Dios nos va mostrando, fuimos recorriendo la geografía de Latinoamérica por medio de Internet, y descubrimos parte de una historia que nos llena de orgullo, agradecimiento y compromiso.
Recordamos dos escritos que nos acercan a este líder de la Palestra de la vida:
El primero es lo que está escrito en el un discurso en el Primer Congreso Internacional de Palestra, en Colombia en 1968 elaborado por el Secretario General Internacional entrante, Felix Palacios Cruz, en la sesión inaugural;
“Negar la solemnidad de esta ocasión, negar el legítimo orgullo cristiano y latinoamericano que nos embarga, sería pretender tapar el sol con un dedo. No puede ser intrascendente una reunión de personas inquietas ante las preguntas de una sociedad y la intranquilidad del hombre dentro de un universo que marcha acompasado a su punto máximo de perfección quien es causa primera y destello de gracia infinita.
Hay interrogantes internas y externas. Unas que se hacen los que laboran activamente dentro de Palestra y en este plano de ideas se me ocurre que debemos preguntarnos: Qué somos ?, Qué tenemos que decir ?, Cuáles títulos presentamos ante el mundo?
Por otra parte hay ojos y actitudes que observan y con lógica inquietud preguntan Un movimiento más?...Tendrán ellos una respuesta a la guía que necesita la juventud en un primer paso de liberación humana ?.
Siete años de presencia tratan de dar respuesta a unas y otras interrogantes. La primera contesta que se dió fue el 13 de Mayo de 1.961 en la ciudad de Caracas bajo la feliz idea de un grupo de profesores del Colegio La Salle contando con la presencia decisiva y guiadora del Hno. José Peñaloza Peñaloza.
En aquel entonces se le estaba respondiendo a una realidad estática y cadavérica del apostolado seglar. Esta triste realidad se observaba con gran preocupación sobre todo en los jóvenes alistados en centros de formación cristiana, los cuales no llevaban proyección alguna hacia las Universidades y mucho menos en una futura vida ciudadana.
Así comienzan las primeras experiencias de un nombre que en su inicio no se sabía si era un slogan publicitario y que hoy en día es Vanguardia de Avanzada en la Iglesia Cristiana. Los primeros resultados de la llama encendida se manifiestan a finales de 1.962, con la presencia de jóvenes palestristas en los organismos de dirección y actuación dentro de sus respectivos colegios.
Ya Palestra no se le puede tildar de lasallista, la corriente de esperanza la comparten los dominicos, luego los claretianos, maristas, agustinianos junto a un grupo de sacerdotes quienes prestan su colaboración desinteresada en la nueva ruta que se abría a la juventud venezolana.
En el año 1.965 se desborda la frontera del mensaje y llega a tierra Costarricense. En esa hospitalaria región centroamericana, se agrega un importante eslabón a la construcción del edificio con la celebración de la primera palestra femenina y con resultados que sobrepasaron los mejores cálculos. Esa grata experiencia, bajo la conducción del propio Hno. Peñaloza, crea nuevas esperanzas, da mayores bríos, y motiva que a los pocos meses vaya quien tiene el honor de hablarles a presenciar la semilla dejada por el fundador del movimiento, junto a la valiosa colaboración de los Hnos. de La Salle, colaboración esta afianzada por la tesonera y constante labor del Hno. Hernando Sebá Lopez…”
También tenemos un correo electrónico del Venezolano Pedro Toledo, recibido el 7 de Marzo de 2007 que dice:
"A José Peñaloza Peñaloza, “Pepe” o el Hermano Felipe de La Salle lo conocimos como nuestro maestro de Filosofía y Latín y coordinador de los equipos de béisbol en el colegio La Salle de La Colina, en Caracas, siempre en contacto y camaradería con sus alumnos.
Dejó muchas anécdotas por su particular manera de ser. Nacido en los Andes venezolanos, tenía una destacada dosis de la sana astucia de nuestros "gochos" que sin parecerlo, son los más inteligentes.
Nos dejó un sin fin de enseñanzas que -Dios permita- podamos un día relatar y transmitir en persona a ustedes. La más importante para mí en el momento que vivimos, es de la modestia, sencillez, ejemplo y sana rebeldía de los primeros cristianos, que él practicaba.
Incansable, lleno de recursos, siempre presto para todo, fundó y fue eje del movimiento de Palestra hasta su disolución en Venezuela, creo que por errada decisión de sus dirigentes alrededor del año 1973. Llevó Palestra a Colombia, Ecuador, Costa Rica, Argentina y creo recordar que a Chile, pero tenía proyectos de llegar al mundo entero... queriendo a todos por igual, como a una sola Iglesia.
En Venezuela nos hizo viajar por Barquisimeto, Valencia, Calabozo, Puerto Cabello, Ciudad Bolívar, San Cristóbal, Mérida, Maracay... donde quiera que lo llamaran o hiciera contacto.
Falleció el 10 de agosto de 1.997 y el motivo hasta donde entendemos fue su marcado apego a las convicciones religiosas."
Por Pedro, supimos la fecha de su fallecimiento que engrosará a partir de ese momento como un día para recordar, no solo un momento doloroso, sino una historia personal de un hombre que supo leer los signos de los tiempos y reaccionar positivamente y responder el llamado interior de un Dios que siempre se muestra.
En el año 1.965 se desborda la frontera del mensaje y llega a tierra Costarricense. En esa hospitalaria región centroamericana, se agrega un importante eslabón a la construcción del edificio con la celebración de la primera palestra femenina y con resultados que sobrepasaron los mejores cálculos. Esa grata experiencia, bajo la conducción del propio Hno. Peñaloza, crea nuevas esperanzas, da mayores bríos, y motiva que a los pocos meses vaya quien tiene el honor de hablarles a presenciar la semilla dejada por el fundador del movimiento, junto a la valiosa colaboración de los Hnos. de La Salle, colaboración esta afianzada por la tesonera y constante labor del Hno. Hernando Sebá Lopez…”
También tenemos un correo electrónico del Venezolano Pedro Toledo, recibido el 7 de Marzo de 2007 que dice:
"A José Peñaloza Peñaloza, “Pepe” o el Hermano Felipe de La Salle lo conocimos como nuestro maestro de Filosofía y Latín y coordinador de los equipos de béisbol en el colegio La Salle de La Colina, en Caracas, siempre en contacto y camaradería con sus alumnos.
Dejó muchas anécdotas por su particular manera de ser. Nacido en los Andes venezolanos, tenía una destacada dosis de la sana astucia de nuestros "gochos" que sin parecerlo, son los más inteligentes.
Nos dejó un sin fin de enseñanzas que -Dios permita- podamos un día relatar y transmitir en persona a ustedes. La más importante para mí en el momento que vivimos, es de la modestia, sencillez, ejemplo y sana rebeldía de los primeros cristianos, que él practicaba.
Incansable, lleno de recursos, siempre presto para todo, fundó y fue eje del movimiento de Palestra hasta su disolución en Venezuela, creo que por errada decisión de sus dirigentes alrededor del año 1973. Llevó Palestra a Colombia, Ecuador, Costa Rica, Argentina y creo recordar que a Chile, pero tenía proyectos de llegar al mundo entero... queriendo a todos por igual, como a una sola Iglesia.
En Venezuela nos hizo viajar por Barquisimeto, Valencia, Calabozo, Puerto Cabello, Ciudad Bolívar, San Cristóbal, Mérida, Maracay... donde quiera que lo llamaran o hiciera contacto.
Falleció el 10 de agosto de 1.997 y el motivo hasta donde entendemos fue su marcado apego a las convicciones religiosas."
Por Pedro, supimos la fecha de su fallecimiento que engrosará a partir de ese momento como un día para recordar, no solo un momento doloroso, sino una historia personal de un hombre que supo leer los signos de los tiempos y reaccionar positivamente y responder el llamado interior de un Dios que siempre se muestra.
En el, en nuestro querido Pepe, agradecemos a Dios por Palestra, y por todos las personas que se comprometieron y participaron en todo ese tiempo de esa hermosa aventura del Espíritu de Dios que es Palestra.