EL MUNDO SE CAE… ASÍ DICEN – Que papel jugamos, buscaremos la tierra prometida de la igualdad para todos o añoraremos las cebollas del Pais Lejano.

Así dicen los noticieros tras noticieros, hora tras hora, día tras día, experto tras experto... todo el esfuerzo de años de generaciones de trabajadores que generaron una colosal plusvalía, fue dilapidado en un acto de azar, jugando a la ruleta en la economía especulativa, tal vez vengan momentos en que maldigamos el haber dado a un pedazo de papel y a los que manejan “el negocio”, el valor de nuestros cansancios, privaciones y sudores de años.
Porque no lo valen, el papel que llamamos billete, bono o lo que sea, es un ladrón que se lleva lo mejor de nuestras energías, físicas-creativas-psicológicas, todo lo que nuestro trabajo valorizó, se ira lentamente perdiendo, robado por ese estilo de “trabajar”, en el cuál seguimos creyendo.
Tal vez sea la oportunidad, para cambiar, para idear formas nuevas de comercio, de darle valor al trabajo, de luchar contra el ajuste que siempre se carga sobre los hombros de los trabajadores.
A ellos, a los bancos, los apostadores de las bolsas de valores, siempre los rescatan, pero la gente se quedara sin vivienda, la baja de consumo se llevara millones de puestos de trabajo en gran parte del mundo.
Debemos prepararnos para ahorrar energía, comida y agua, que la han dilapidado con total irresponsabilidad, pero este ajuste que deberíamos haber hecho para pasar de un consumo insolidario y ecosida a un consumo responsable y justo, LO HAREMOS PARA QUE LOS RICOS PAGUEN SUS DEUDAS, pero ellos continuarán con sus proyectos “de desarrollo” que están arrasando los ecosistemas del planeta.
Nuestra espalda estará más doblada y nuestras jubilaciones comenzaran a “ajustarse”, palabra que todos sabemos qué significa.
Por supuesto, los puestos de trabajo que queden “ajustaran” sus salarios, es un sacrificio para salir de este pozo nos dirán, sí, el pozo que causaron las deudas de los tahúres de las bolsas y de los banqueros corruptos e irresponsables.
Pero, sobreviviremos, si articulamos espacios para diagnosticar, evaluar y proyectar una serie de plataformas reivindicativas comunes y acciones masivas conjuntas;
- Si priorizamos el BIEN COMUN Y SOLIDARIO, y no tomamos “ejemplo” de la CODICIA DE UNOS POCOS.
- Si los consumidores podemos coordinar acciones, dejar de consumir basura de empresas contaminadoras y explotadoras.
- Si nos movilizamos creando un flujo en donde el fruto de nuestro trabajo son depositados en cooperativas de ahorro, negándole nuestro sudor a los explotadores, podremos influir sobre nuestro destino, de lo contrario, seguiremos pagando sus deudas con nuestro trabajo.

A trabajar, pero que la riqueza que genera el trabajo vaya a los trabajadores y no a los banqueros y a las grandes empresas de la especulación.
Los pesimistas de siempre dicen que el sistema nunca se equivoca, mientras permitamos que nos sigan explotando, para acumular más riqueza, será cierto.
Pero si estamos dispuesto a luchar por el cambio, tal vez descubramos, que el secreto esta en socializar las deudas y la riqueza y no en socializar sólo las deudas de los ricos y elitizar la riqueza.
Dice un antiguo Midras (reflexión, meditación), que cuando Moisés elevo el callado, el Mar no se abrió, comenzó abrirse cuando el primer Israelita tuvo el valor de correr hacia él para cruzarlo. (Cfr. Éxodo 14,15)
En realidad, lo que se cae son las máscaras de un sistema poco solidario y la codicia, la angurria de los llamados “poderosos”.