- COMUNIDAD POZO DE SICAR – Los Jóvenes Adultos, comparten la gracia de una actividad apostólica.

Querido Movimiento, envío fotos de nuestra comunidad (no estamos todos) y con gran alegría quería compartir la felicidad que sentimos por haber concretado nuestro apostolado.
Desde hace tiempo sentíamos ese vacío y necesidad de ser apóstoles más jugados, de llevar nuestra luz a lugares donde hiciera falta y el Señor tocó de una forma especial a nuestra Comunidad, nos tocó el corazón, pidiéndonos entrega y oración hacia aquellos que estaban sufriendo…
La Comunidad del Pozo, pasó por momentos duros, de dolor, pero nunca decaímos, porque sabíamos que Dios quería más compromiso y que estuviéramos atentos ante esta realidad, el dolor fue el instrumento del Padre, para manifestar que nuestra vocación estaba en contener por medio de la Fe y la Oración a quienes pasaban por situaciones de salud difíciles.
Hoy nos animamos a navegar mar adentro, quizás es una acción pequeña, pero para nosotros suma, fuimos al Hospital de Niños a rezar.
Nuestra primera experiencia fue maravillosa, estuvimos en el patio donde está la terapia intensiva y ofrecimos, junto a ese altar un Rosario por los Niños Enfermos, apenas nos presentamos e invitamos, muchos papas y familiares se acercaron, sentir esa comunión y poner también nuestros dolores en manos de mamá María para que los transformara, fue muy movilizante.
Percibimos esa necesidad de contención que había, esa experiencia de estar unidos por la FE, junto aquellos que no conocíamos, nos hizo sentir Iglesia y escuchados por ese Jesús Misericordioso.
Hoy continuamos ofreciendo nuestro apostolado por Agustina, quien nos dio la fuerza para animarnos a ser solidarios con los que sufren… hoy apostamos a más, porque en ese rosario, van también nuestros sueños e ideales, de continuar sintiéndonos uno en Cristo y que el Señor nos sigue llamando uno a uno, para llenar nuestras alforjas de AMOR, PAZ y mucha FE.
Animo jóvenes, que uds. tienen la creatividad para hacer cosas grandes, ánimo jóvenes adultos, que aunque atareados y con muchas responsabilidades, el Pozo puede dar testimonio, que el niño Jesús hizo renacer en nuestros corazones, las ganas de hacer más por él, de tener nuestro apostolado y saber que organizándonos todo es posible.
El sólo pensar en esto, me dan ganas de llorar, porque el SI SEÑOR YO TE SIGO, continúa intacto en nuestras almas… y como diría un viejo Palestrista: es posible CONTRUIR LA CIVILIZACIÓN DEL AMOR. Un abrazo en Cristo y María. Valeria Cabezas.