- GRANDES ESPERANZAS - En Adviento, el ritmo de los días volverá a ser danza y venceremos el miedo a vivir.


Anhelo, sed, expectación. Eso es lo que nos invade cuando sentimos que se aproxima algo que deseamos de veras. Pues eso es este Adviento. Tiempo para los grandes sueños. Solo los mediocres o los desesperados renuncian a soñar.
Pues bien, si nos asalta la rendición, es tiempo de nuevo para alzar la cabeza, mirar a lo lejos, bien fuera, bien dentro. Dejar que resuene como una promesa el grito de un Dios que atraviesa el tiempo para decirnos: “Se acerca su liberación”.
LA ESPERA
“Cuando empiece a suceder esto, levanten, alcen la cabeza, se acerca su liberación” (Lc 21,28)
Esperamos con ganas, con deseo. Esperamos, pero no sentados, sino muy vivos. Miramos alrededor. Buscando… el bien para nosotros y para otros. Escuchando tu palabra y las palabras de quienes están cerca. Esperamos, sin desesperar.
Conscientes de que estás cerca, de que hay que aprender a descubrirte. Con la ilusión renacida de quien escucha otra vez un anuncio deseado. Te necesitamos, y por eso ahí va un grito, una plegaria, un canto: “Ven”.
Me pregunto; ¿Cómo vivo yo este adviento? ¿Qué hay en mi vida de búsqueda, sueño, anhelo, deseo… vinculado con Dios?
LO QUE VIENE
“El Señor me ha enviado para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos y a los prisioneros la libertad…” (Is 61,1-2)
Se acercan el amor, los motivos, la presencia que una vez más ha de llenar nuestro horizonte. Viene la palabra que pondrá sentido en el día a día. Quizás te nos harás un poco más visible. Vencerá el perdón… Resonará muy dentro una canción que ha de despertar oleadas de júbilo. Se pronunciará una palabra que será la mejor herramienta.
El ritmo de los días volverá a ser danza. Venceremos el miedo a vivir.
El abrazo será hogar, y habitarás nuestra oración. Y lo sorprendente es que todo eso que viene en realidad ya está aquí. El germen crece imparable.
Pienso; ¿En qué se concreta para mí la promesa de Dios? ¿Qué espero o deseo de verdad? ¿Cuál es la buena noticia en la que creo?
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