Por eso, la experiencia del Proceso Educativo, se hace
fundante de vida cuando el motivador se abre generoso a los hermanos y hermanas
que asumen continuar caminando en la presencia siempre nueva de Jesús.
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| Diseño: Lu Diamato |
Debería convocarse a todo el mundo, a toda la prensa, a
todos los hombres y mujeres de este bendito suelo, para apreciar lo que dios realiza
en los corazones que buscan comprender que somos tierra de Dios, que somos sus
viñedos, sus frutos y que queremos renovar la familia, la vida de todos los
días con propósitos nuevos para hacer una fraternidad en torno al evangelio del
Señor.
Hermanos, Dios nos convoca nuevamente para algo que
muchos sabemos de memoria, pero que se hace nuevo porque su gracia nos llena de
amor y santidad.
Todo esfuerzo, oración, trabajo, estudio y un sinnúmero
de actividades personales y comunitarias serán la manera de acompañar a los
motivadores en estos días. La vivencia de los días previos y durante los
motivadores es un fuego que convoca, que calienta corazones, que ilumina
soledades y dolores, es un fuego que reúne y quita frío, es un fuego donde
podemos invitar a nuestros amigos, a los que no conocen nada de la fe, a los
que se alejaron, a los que están fríos y tibios, a nuestros hijos, hermanos,
padres, a la familia toda a compartir la alegría de los resucitados.
A disfrutar de la gracia en su esencia, en la alegría de
compartir cada actividad, cada momento, cada lágrima, cada testimonio y cada
Eucaristía. “Ustedes son testigos de estas cosas.” (Lc 24, 48) El mundo debe saber qué es lo que Dios realiza. Aleluya.
