Nuestra
tierra es bendecida, américa es bendecida en toda su extensión, con todos sus
habitantes, sus acciones, su vida diaria, comenzó un acontecimiento que nos
llenará de luz si dejamos que el Señor ilumine nuestras vidas.
En
el año de la Fe, nos unimos a todos aquellos que llegaron en peregrinaje para
realizar la Jornada, en la oración, en los sacramentos, en la reflexión y en prestar
atención a todos aquellos mensajes que el Señor tiene preparado.
Estamos en misión, en salir al encuentro de los hermanos de los márgenes, de la periferia, para compartir con ellos la esperanza, pues hemos tenido el don, el regalo de un encuentro con Cristo y lo debemos transmitir, porque tenemos una luz y no la podemos ocultar.
Esa luz que llevamos, tiene que iluminar los ambientes donde los hermanos viven en la oscuridad de la desesperanza, de la soledad, de ser victimas de nuestros prejuicios, de la marginación social, del no creer y de la desconfianza. Estamos en misión y debemos escuchar a Jesús.
Esa luz que llevamos, tiene que iluminar los ambientes donde los hermanos viven en la oscuridad de la desesperanza, de la soledad, de ser victimas de nuestros prejuicios, de la marginación social, del no creer y de la desconfianza. Estamos en misión y debemos escuchar a Jesús.
Sé
mi luz, enciende mi noche (3),
mi
noche, sé mi luz.
El
camino sin ti es tan largo
y
tu llanto acoge mi dolor.
Tu
Palabra acalla mi miedo
y
tu grito se expresa en mi canto.
SÉ MI LUZ...
Música y letra
de Ain Karen