
COMUNIDAD
SAULO – Etapa Jóvenes.
"No
son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los ha elegido y los he
destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca".
Esta
cita me llamo bastante la atención, ya que desde que ingrese a Palestra, estaba
consciente de que quería seguirlo al señor y caminar junto a él. Y me
preguntaba si yo fui la que lo eligió al señor, como es que el me eligió a mí?
y es así que me di cuenta que desde que naci que el me eligió, para ser su
discípula, para vivir en alegría con mis Hermanos y Hermanos y hacer conocer a
todo el mundo lo Grande , y Eterno que es. Yo sabía eso y quizá un poquito más
o por lo que muchas personas me habían contado lo maravilloso que era , pero
cuando lo conocí en mi primer PM a través de gestos, risas, abrazos todo lo que
pensaba, sabia o suponía fue solo un tercio de lo que fue verlo, y sentirlo .
“Olvidando
lo que dejé atrás me lanzo a lo que está por delante, corriendo hasta la meta”.
Estas son unas de las tantas cosas que aprendí, tener otra mirada, otra postura
para llevar adelantes mis cosas (ya que siempre me enojaba por cosas que tuve
que pasar). No bajar los brazos ni cuestionar las cosas por como son, o por la
cruz que me toco cargar. Porque así lo quiso El, y consideró que es lo
necesario para nosotros. Todas estas cosas al reconocerlas bastante, son aun
así las que más se me tornan complicadas o quizás difíciles, pero como el sabe
que decaemos, y que somos frágiles, es que nos da esa manito para levantarnos,
para darnos aliento en esos momentos duros que pasamos en esta vida terrenal.
“Hágase
en mi según tu voluntad”. Unas cosas que tanto nos cuesta hacer. Y que mezcla
de decepción angustia, tristeza cuando no salen las cosas como queremos y
decimos con aire de pesimismo: que le vamos a hacer es la voluntad de Dios.
Pero a través del tiempo como nos damos cuenta y como le damos gracias por lo
que hizo. Esa es una de las cosas que me pasa seguido y miro al cielo y le
digo: ¡Gracias señor porque esto es mucho mejor de lo que esperaba!.
Desde
que ingrese a la Comunidad Saulo, conocí muchísima gente con un espíritu
grandísimo, llena de alegrías como de tristezas, que me ayudan a no apagar esa
llama que llevo adentro. Personas que jamás pensé que fueran mis confidentes,
mis amigos y mis hermanos en Cristo. Solo por inseguridad que muchas veces
tengo. Personas con las que puedo contar, con las que puedo reír y llorar.
Jamás pensé que lloraría con ellos porque siempre que me sentía mal cerraba
sola y no le contaba nada a nadie. Y eso es lo que me enseñaron a confiar, a
entregar todo lo que tengo, y a no desperdiciar esos dones que el señor me dio.
Ellos
son lo que me enseñan a ser mejor cristiano cada día, como fue cuando di mi
Primer taller sobre El Misionero y en mi Primera Misión del Día del niño en las
Cañitas (tenia tantos nervios que le contaba al equipo que me habían designado,
que tenía miedo en quedarme callada y no darle el mensaje que necesita esa gente)
.Y es así que me sorprendí tanto ¡ como actuó el Espíritu Santo y puso las
palabras justas en mi boca!.
Eso
y muchísimas cosas mas aprendí, ¡ A divulgar por todo el mundo el amor del
Señor! A servir y amarnos unos a otros, ya que con amor podemos hacer posibles
muchas cosas y hacer que nuestro camino este lleno de alegría, a también dar
gracias todos los días por lo que tenemos. Y Dejar huellas por los caminos que
vallamos es lo que nos pide el señor!!
Celeste
Acosta - Comunidad Saulo - PM 83
"Nada
es imposible cuando tienes Amor, Fe y Paciencia"
El
día anterior a mi primera misión tenía muchas preguntas, por ejemplo, con que
me iba a encontrar o como iba a enfrentar mis tareas, etc, pero días antes de
la misión, me sentía muy bien trabajando en el área de retaguardia, y eso me
ayudó a estar más tranquila y a aumentar mis ganas de ir.
Cuando
llegué al pueblo, estaba un poco nerviosa, pero me sentía muy acompañada por mi
comunidad, y eso me ayudó a seguir adelante. Al momento de visitar las casas,
sentía muchas ganas de servir, de leer la cita bíblica y hablar con la gente, y
por lo poco que pude hacer, cuando terminamos me sentí muy bien, porque sentí a
Cristo en cada una de esas personas que se prestaron para escucharnos y
hablarnos, también sentí a Cristo en cada uno de los niños que festejaron su
día en la escuela, allí deje que mi corazón se inundara de toda esa alegría que
transmitían los chicos, y eso hizo que mi primera misión fuera hermosa.
De
todo esto aprendí que, primero uno no está, ni puede solo, es necesario tener
una comunidad a tu lado apoyándote, completándote en todo lo que te falta y
enseñándote lo que no sabes. Segundo, aprendí que Dios nos envía a lugares
donde nosotros podemos superar nuestros miedos, nervios, etc.
"Dios
les da las batallas más difíciles a sus mejores soldados"
Sofía
Djivelekian - Comunidad Saulo - PM 83
COMUNIDAD
NUEVO SOL – Etapa Jóvenes-Adultos.
Amigo Puente
En
mi primera misión los signos del Padre no pudieron ser más claros de que Él me
necesitaba en el momento justo en el lugar adecuado. En los momentos previos a
la misión aparecen los miedos por mis propias inseguridades de no poder ser
útil para los demás y te comenzás a cegar por un río de límites, en vez de ver
un mar de fe y esperanza para aquellos que necesitan verte como hermano en
Cristo, escucharte como fuente de contención y comprensión, y hablarte para
poder decirles: te entiendo y estoy contigo siempre.
Clarita,
quien desde ya es mi abuela del corazón, una de las señoras a las que vamos a
visitar en el pueblito, y con la que establecí una conexión pura y sincera, no
tan solo por transitar momentos donde la lucha y la fuerza de voluntad son tus
desafíos constantes. Con el solo hecho de ver tu mirada trasparentemente bella,
me das la fortaleza necesaria para seguir construyendo ese puente de
superación, quiero ser para ti como el puente sobre el río. Del lado de acá
estás tú hoy, del lado de allá está tu mañana. Entre los dos, el río de la
vida, a veces sereno, a veces turbulento, a veces traicionero, a veces profundo
y revuelto pero que es necesario poder atravesarlo. Con ayuda del Padre
celestial podemos lograrlo. Dios me colocó en este camino para ayudarte a
cruzar ese río. Ayudarme a ayudar al fin lo que cuenta es ser eslabón de vida,
donde compartimos con mi querida comunidad que es recibir y servir y todo esto
siendo conscientes de que hay un Dios que nos mueve y está con nosotros porque
el nos acompaña en el camino con él y en él siempre. Gracias por ayudarme a
volar.
Silvina
Yesica Arroyo - Comunidad Nuevo Sol
COMUNIDAD
NUEVO GETSEMANÍ - Etapa Jóvenes.
Fuimos
elegidos para ser luz…
¿Quién
no se preguntó… ¿Por qué yo? ¿Quién no dudó de sus capacidades? ¿Quién creyó no
estar a la altura de las circunstancias alguna vez? ¿Quién no dudó antes de
seguir adelante? ¿Cuántas veces sentimos vacía nuestra alma? ¿Cuántas otras
creímos no tener qué brindar, ni que aportar?
Es
precisamente de esto que se trata… De ofrecernos; así, tal cual somos. Abrirnos
sin miedos. Confiar y llenarnos los ojos de amor… Es impresionante como cambia
el mundo cuando uno decide ser luz y no tiniebla. Cuando uno decide abandonarse
y salir al encuentro del hermano necesitado. De ese que vive lejos, como en
nuestro caso, en comunidades de alta montaña. Misionar es eso. Salir… Ir en
busca de aquella persona, que por diferentes cuestiones de la vida, pueda
sentirse apagada, agobiada e, incluso, sentirse una persona triste.
Siempre
me pregunto cuántos modos de misionar existen y por el momento descubrí tres:
La palabra de Dios, el ejemplo y la alegría. Se trata solo de proponérselo, de
atreverse a vivir de una forma distinta. Me atrevo a decir que nuestra última
misión fue impresionante. ¡Magnífica! Cada momento vivido, compartido y
disfrutado al máximo.
Una
vez más El Nogalito, nuestro queridísimo Nogalito, nos enseñó muchas cosas… Es
interesante… Uno va a dejar algo, pero es todo lo contrario. Nos traemos todo
en esa llama interior que es difícil explicar en palabras. Misionar es creer
que el mundo puede cambiar, que no está perdido. Que hay luz al final del
camino y nuestra tarea, es hacer conocer esa luz.
Ya
lo dijo John Lennon… “Puedes decir que soy un loco soñador, pero no soy el
único y espero que algún día te nos unas”.
Oscar
Figueroa - Comunidad Nuevo Getsemaní – Lules