Festividad 7 de octubre : Cuenta la leyenda que la Virgen se
apareció en 1208 a Santo Domingo de Guzmán en una capilla del monasterio de
Prouilhe (Francia) con un rosario en las manos, le enseñó a rezarlo y le dijo
que lo predicara entre los hombres; además, le ofreció diferentes promesas
referentes al rosario. El santo se lo enseñó a los soldados liderados por su
amigo Simón IV de Montfort antes de la Batalla de Muret, cuya victoria se
atribuyó a la Virgen. Por ello, Montfort erigió la primera capilla dedicada a
la imagen. En el siglo XV su devoción había decaído, por lo que nuevamente la
imagen se apareció al beato Alano de la Rupe, le pidió que la reviviera, que
recogiera en un libro todos los milagros llevados a cabo por el rosario y le
recordó las promesas que siglos atrás dio a Santo Domingo.
El rezo del Santo Rosario es una de las devociones más firmemente
arraigada en el pueblo cristiano. Popularizó y extendió esta devoción el papa
san Pío V en el día aniversario de la victoria obtenida por los cristianos en
la batalla de Lepanto (1571), victoria atribuída a la Madre de Dios, invocada
por la oración del Rosario. Más hoy la Iglesia no nos invita tanto a rememorar
un suceso lejano cuanto a descubrir la importancia de María dentro del misterio
de la salvación y a saludarla como Madre de Dios, repitiendo sin cesar: Ave
María. La celebración de este día es una invitación a meditar los misterios de
Cristo, en compañía de la Virgen María, que estuvo asociada de un modo
especialísimo a la encarnación, la pasión y la gloria de la resurrección del
Hijo de Dios.En este día se pide la ayuda de la santa Madre de Dios por medio del Rosario o corona mariana, meditando los misterios de Cristo bajo la guía de aquélla que estuvo especialmente unida a la encarnación, pasión y resurrección del Hijo de Dios.
COMISIÓN F.E.