PM85 Y PM86 - PERSEVERAR AL ESTILO DE SAN PABLO, UN APASIONADO DE CRISTO

Cuando comenzamos nuestra vida en Palestra se activa nuestro Proceso Educativo en Orden a la Santidad, germinan las primeras semillas del Motivador y empieza a cimentarse nuestro carisma, nuestro modo particular de ser y hacer, dentro de la Iglesia.
La perseverancia es una virtud que nos inclina a persistir, a permanecer en algo, en el ejercicio del bien. Es continuación de un camino ya iniciado, donde se hace realidad la vivencia comunitaria de la Fe, que desde la Mística e Identidad Paulina, se asume como una opción vocacional, abarcativa de todas las etapas de la vida.
Pablo era un hombre de acción; apenas convertido se pone al servicio: “¿Quién eres Tú Señor? ¿Qué quieres de mí”?, y esa es la invitación que hace a los nuevos palestristas que se enamoran de este estilo de perseverancia.
El Movimiento nos brinda todas las herramientas necesarias para perseverar, para estar con el Señor, para sedimentar y revisar nuestra vivencia del PEDAL, para crecer en la lucha ligada, para salir a la palestra diaria como discípulo comprometido.
El “Sí Señor, yo te sigo”, que dimos como respuesta consciente y libre, implica nuestra entrega y adhesión a ese Cristo Camino, Verdad y Vida, porque en el amor de Jesús madura nuestra respuesta como palestristas, como imitadores  de San Pablo: “Pelea el buen combate de la fe, conquista la Vida Eterna a la que has sido llamado” (1ª.Tim. 6, 11)


En este peregrinar, la distancia, el tiempo, los condicionantes, las circunstancias no importan, lo importante es dar el primer paso; partir implica cortar, dejar atrás una vieja condición, para emprender algo nuevo. Hemos quemado en el fuego nuestro hombre viejo, pero necesitamos varios cortes, varias quemas para la conversión definitiva.
Si estamos decididos a perseverar, cada nueva conversión es un punto de partida, en el que abandonamos los fracasos, las visiones estrechas, las prisiones, las cosas que nos esclavizan. San Pablo nos enseña que la fe es la que nos permite romper esas cadenas, la fe nos permite ver la mano de Dios en nuestra vida y reconocer la necesidad de una conversión constante.
Y la Fe se vive y se enriquece en comunidad; uno de los rasgos distintivo de perseverar al estilo palestrista es el sentido de la perseverancia asumiendo la cruz; para nosotros perseverar significa asumir con fortaleza las dificultades y pruebas que nos presenta la vida, perdurando en Cristo y con Cristo; como San Pablo que hace de su lucha por el Evangelio una misión: “Me he hecho todo con  todos para salvar a algunos y todo esto lo  hago por el Evangelio para ser partícipe del mismo.” (I Cor. 9, 22-23).
La meta que Pablo nos propone, es que nos encontremos unidos en la misma fe, y en el mismo conocimiento de Cristo, esto se da en la medida en que entramos en comunión con su existencia, con otros hermanos que eligieron este estilo de vida.


En las comunidades de perseverancia nos formamos como líderes y dirigentes evangélicos, recibimos herramientas para entrenarnos en la lucha diaria, en nuestros ambientes, aprendiendo a ser perceptivos de la realidad social, a integrar orgánicamente discipulado y misión. Por eso tenemos diversidad de carismas en las comunidades, todas siguen el carisma paulino, pero cada comunidad hizo su discernimiento para dar respuestas a distintas realidades, de allí surgen los apostolados secundarios. San Pablo, trabajó por los gentiles, adaptándose a cada realidad y llevando a Cristo a esos ambientes, así construimos nuestra identidad en Tucumán, desde la diversidad.

¡Felíz perseverancia P.M.s 85 y 86! Que puedan animarse a descubrir en Palestra el camino de la audacia misionera y la voluntad de evangelizar la realidad tucumana al estilo paulino.