Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. Juan 15, 1-8
Cito este versículo por que desde que hice mi PM entendí que la savia que nos une como hermanos es el amor, él amor de DIOS… En aquél momento el Señor me hacía una gran propuesta para ser feliz y para poder alcanzar esa meta que tanto anhelamos que es La Santidad me llamaba a PERMANECER, a permanecer en él, en la oración, en la fe, en el servicio y también en una comunidad.
Sin embargo, hace dos años mi vida se veía invadida por el cansancio, por cierto desgano y quizás hasta pereza espiritual, el entusiasmo juvenil por las cosas de Dios empezaba a apagarse, y me daba cuenta que de nada me servía haber empezado este camino con mucho afán sino lo continuaba, me daba cuenta también que perseverar no solo era continuidad sino también firmeza… así fue como empecé a pedirle a Dios que me ayude y que me dé el don de poder seguir perseverando en él.
El escucho mi rezo y me regaló una hermosa barca para seguir creciendo, esa barca se llama Galilea y es el lugar que Dios dispuso para que pueda podarme, dar frutos y tener vida en abundancia, en este lugar yo opto por dejar la soledad y compartir mi vida con mis hermanos en Cristo, aquí mi fe y mis esperanzas se robustecen porque es compartida con ellos.
Galilea es inspiración de Dios y me siento bendecida al saber que dispuso de este lugar para mí y para cada uno de los galileos, porque es el lugar del que él se vale para instruirnos y educarnos como lo hizo con sus discípulos; es el lugar y la forma en la que podemos salvarnos, es el lugar y el modo para poder dar buenos frutos y por sobretodo la única forma de alcanzar la meta que todo Cristiano anhela: La Santidad
Carolina Gallardo -
Me llamo Mariana Vergara, tengo 33 años, hace un año que persevero en la COMUNIDAD DE GALILEA. Este año hice mi PM, los chicos de mi comunidad insistieron para que lo haga, que sería una experiencia inolvidable me dijeron, y yo, un poco indecisa, acepte.
Acepte por dos cosas, primero porque quería parecerme en algún punto a ellos, notaba en la mirada de los chicos que ellos realmente lo tenían a Cristo dentro de su corazón. Sus ojos, sus palabras, sus acciones así lo demuestran a cada minuto.
En segundo lugar acepte hacer el PM porque necesitaba una paz que solo Jesús me podía dar, estaba pasando por un momento muy especial, la perdida de mi padre, un momento doloroso y difícil, y sabia que en ese Motivador iba a encontrar lo que buscaba. Y así fue, volví como una verdadera mujer nueva, llena de paz, de Fe, de esperanza, con mis convicciones más fuertes que nunca, con el alma llena de Dios, del cual estaba un poco alejada desde hace algunos años.
El PM cumplió todas mis expectativas y aun mas, me hizo reconciliarme con ese Cristo que siempre nos ama y que nunca nos abandona, pase lo que pase. Y así es como mi comunidad me ayuda a pedalear día a día, me apoya en mis malos momentos, se alegra conmigo en mis alegrías, me levanta en mis tropiezos, y me hace entender que uno solo no puede con todo, que necesita compartir con los hermanos, y eso es lo que encontré también en este movimiento, verdaderos amigos.
Y ahora más que nunca digo desde lo más profundo de mi corazón “Si Señor, yo te sigo!!!”