“Sed imitadores míos, como yo lo soy de Cristo”
El sábado 23 de junio tuvieron lugar en el colegio Tulio las Jornadas Paulinas. Los objetivos generales de la misma, para todas las Etapas, fueron:
1. Generar un espacio de recreación en el que todas las etapas (niños, jóvenes, jóvenes adultos y adultos) se integren.
(En cuanto a los niños y adolescentes, al ser etapas en crecimiento fue una buena oportunidad para ir integrándolas al Movimiento)
2. Realizar actividades que permitan vivenciar el carisma paulino.
3. Crear signos para la misa referentes a San Pablo.
4. Revalorizar los carismas de cada Comunidad del Movimiento.
Unidos a San Pablo;
“Con todo lo que has visto y oído serás en adelante su testigo ante las personas más diversas” (He 22, 15). Con estas palabras de Ananías, Pablo comienza su infatigable viaje para predicar la Palabra de Dios con gran valentía, formando comunidades cristianas donde quiera que vaya. El se hizo todo para todos para ganarlos a todos. Y es a él, el apóstol de Cristo, a quien hoy recordamos.
La semana de San Pablo, como todos los años, es un buen momento para reavivar el carisma que a todos nos une. El mes de junio nos invita a recordar que estamos llamados a predicar a tiempo y destiempo; que la voluntad de Dios es que seamos santos e irreprochables; que la salvación la recibimos de Cristo; que debemos estar siempre alegres en el Señor; entre otras tantas enseñanzas.
El sábado 23 de junio comenzaron las jornadas paulinas en un clima de distensión y alegría. Entre juegos de preguntas y respuestas no hubo quien no hinchara por su equipo, y buscara la respuesta correcta a preguntas sobre la vida y evangelización del apóstol. Y, mientras todo esto se desarrollaba, se gestaban nuevas etapas en otras aulas del Tulio.
El movimiento crece junto a nosotros. Ninguno de nosotros es el mismo de hace unos años atrás, y Palestra tampoco. Por eso, en esta nueva celebración, agregamos un condimento más: los niños y adolescentes. Los más pequeños presentaron su trabajo resumido que reconstruía la conversión de Saulo.
En la timidez de actuar ante tantos adultos ellos lograron hacerlos reír y recordar la sencillez con la que el Señor convierte los corazones. Los adolescentes, por su parte, manifestaron la alegría de poder conocer a un movimiento que, hasta ahora, sólo sabían que existía porque así se lo contaron.
Las jornadas también dieron lugar al encuentro de las comunidades con los chicos del sedimentador. Así, fue un sábado completo y un movimiento unido.
Palestra es San Pablo y, como él, somos portadores del mensaje cristiano y testigos de Jesucristo. No debemos conformarnos con la perseverancia en el movimiento, porque esto no es suficiente -no debe serlo- para un cristiano. Debemos salir de nosotros mismos, venciendo los obstáculos y renunciando a las excusas que no nos permiten apostolar.
En estas jornadas, San Pablo nos enseña, como lo hizo alguna vez con los romanos, que “todos los que invoquen el nombre del Señor, alcanzarán la salvación. Pero ¿cómo van a invocarlo, si no han creído en El? ¿Y cómo van a creer en El, si no han oído hablar de El? ¿Y cómo van a oír, si no hay quien les anuncie el mensaje? ¿Y como van a anunciar el mensaje si no son enviados?" (Rom 10, 13-15).
Siempre hay tiempo para evangelizar, y Palestra es testimonio de eso.
Natalia Rezzónico
Estas jornadas fueron una manera diferente de vivir nuestro carisma paulino;
Cuando recibí la convocatoria para esta semana de San Pablo 2007, realmente no me esperaba el resultado que tuvo, este sábado El Señor me sorprendió una vez más, con la vivencia de una experiencia realmente muy enriquecedora…estas jornadas fueron una manera diferente de vivir nuestro carisma paulino, esta vez resaltando la alegría cristiana, alegría que pude sentirla durante todo el transcurso de la tarde.
Pudimos combinar de una buena manera varias cosas: reforzar nuestro carisma paulino, aprendiendo un poco más acerca de nuestro amado San Pablo, pero ese aprendizaje fue desde lo colectivo: integrándonos en grupos, en pequeñas comunidades, logrando un vínculo común para poder superar todas las postas y obstáculos que se nos iban presentando, pero siempre con una sonrisa, disfrutando de cada momento y uniéndonos por un objetivo en común.
Otro momento que me lleno el alma, fue la presentación de las distintas comunidades, que se dio luego de llegar a la meta del juego “la carrera paulina”, que era “formar comunidades cristianas y extender el mensaje de Jesús” (a ejemplo de lo que nos legó San Pablo). Poco a poco, fuimos descubriendo a los distintos integrantes de nuestro Movimiento, que se fueron presentando tal cual son, con sus carismas, con sus virtudes, con sus apostolados, de maneras creativas pero muy auténticas, representando el espíritu que los une y los hace seguir adelante. Creo que lo más valioso es que se logró que nuestras comunidades de jóvenes adultos y adultos, también tuvieran su espacio para demostrar porqué pertenecen a esta gran familia palestrista…y es realmente muy valorable el tiempo que se tomaron en preparar sus slogan, sus presentaciones.
Y algo realmente rescatable es que se lograron unir todas las edades de nuestro Movimiento, porque no sólo nosotros pudimos seguir conociendo a Pablo, sino que los niños y adolescentes, también tuvieron esa oportunidad…con sus juegos, con su espontaneidad y frescura, lograron contagiarnos al resto de los palestristas.
Realmente puedo decir que el sábado fue un momento más que Dios nos regaló para ir tratando de llegar, con alegría cristiana, a lo que Pablo (como es el lema de la semana) nos pide: “Sed imitadores míos, como yo lo soy de Cristo”.
Gabriela Neme
“Que se vengan los años, ya no los temo, Cristo es mi eterna juventud”
El día sábado tuve la gracia de poder compartir, o mejor dicho vivir las Jornadas Paulinas con mis hermanos en la Fe de las distintas comunidades de nuestro querido Movimiento Palestra y pude ver presente el rostro de Cristo en ellos, como así también el carisma Paulino en las distintas tareas que nos tocaba realizar, y eso me mostró, una vez más, que nunca estuve equivocado en elegir este estilo de vida hacia la santidad al modo de San Pablo, en comunidad, en acción, porque estoy convencido de que sigue siendo posible vivir la santidad en nuestros días.
Me sentí feliz, porque esta vez, nos pudimos presentar las comunidades de adultos, y poder invitar a los padres de todos los Palestristas a sumarse a nosotros para apoyar a nuestros jóvenes, comprenderlos, contenerlos, infundirle confianza y paz en este mundo tan carente de valores.
Feliz, porque también pudimos cantar nuestros slogans, porque ser joven no es un estado de vida, sino un estado de animo y así, de esta manera, nos queremos manifestar en esta gran comunidad Palestrista, y luchar ligadamente, con nuestra presencia, con nuestra compañía, con nuestra oración y testimonio, con la alegría en el servicio, y por sobre todas las cosas, con nuestro gran amor a Dios.
Quiero terminar con una frase del himno, como lo dije esa tarde: “Que se vengan los años, ya no los temo, Cristo es mi eterna juventud”
Javier Zamora