- PASIÓN POR DIOS, COMPASIÓN POR EL SER HUMANO, Mateo 22, 34–40 - No es posible el amor real a Dios sin descubrir el sufrimiento de sus hijos e hijas.

Cuando olvidan lo esencial, fácilmente se adentran las religiones por caminos de mediocridad piadosa o de casuística moral, que no sólo incapacitan para una relación sana con Dios, sino que pueden desfigurar y destruir gravemente a las personas. Ninguna religión escapa a este riesgo.
La escena que se narra en los evangelios tiene como trasfondo una atmósfera religiosa en que maestros religiosos y letrados clasifican cientos de mandatos de la Ley divina en “fáciles” y “difíciles”, “graves” y “leves”, “pequeños” y “grandes”. Imposible moverse con un corazón sano en esta red.
La pregunta que plantean a Jesús busca recuperar lo esencial, descubrir el “espíritu perdido”: ¿cuál es el mandato principal?, ¿qué es lo esencial?, ¿dónde está el núcleo de todo?
La respuesta de Jesús, como la de Hillel y otros maestros judíos, recoge la fe básica de Israel: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser”.
Que nadie piense que se está hablando aquí de emociones o sentimientos hacia un Ser Imaginario, ni de invitaciones a rezos y devociones. “Amar a Dios con todo el corazón” es reconocer humildemente el Misterio último de la vida; orientar confiadamente la existencia de acuerdo con su voluntad: amar a Dios como fuerza creadora y salvadora, que es buena y nos quiere bien.
Todo esto marca decisivamente la vida pues significa alabar la existencia desde su raíz; tomar parte en la vida con gratitud; optar siempre por lo bueno y lo bello; vivir con corazón de carne y no de piedra; resistirnos a todo lo que traiciona la voluntad de Dios negando la vida y la dignidad de sus hijos e hijas.
Por eso el amor a Dios es inseparable del amor del amor a los hermanos. Así lo recuerda Jesús: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
No es posible el amor real a Dios sin descubrir el sufrimiento de sus hijos e hijas. ¿Qué religión sería aquella en la que el hambre de los desnutridos o el exceso de los satisfechos no planteara pregunta ni inquietud alguna a los creyentes?
No están fuera del camino, quienes resumen la religión de Jesús como “pasión por Dios y compasión por la humanidad”.
Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS