Está bien, lo más seguro es que esta pregunta no te la
haga cara a cara, sentados, tomando unos mates, en un momento distendido y de
amigos.
La idea es saber si tienes conciencia de lo hermoso que es hablar de
aquello que es una pasión que llena el corazón y los días.
Los que volvimos del país lejano, sabemos, por reflexionar
un poco, que Dios fue generoso, que lleno vacíos, que allanó caminos, que la
carga se hizo menos pesada, que pudimos realizar acciones y obras que teníamos por seguro
nunca poderlas hacer, El sacó a la luz los dones, talentos y los multiplicó.
Eso hizo Dios, por medio de Palestra. Y hay mucho por
hablar y decir de la vivencia eclesial de participar en un movimiento, en sus
comunidades, en sus acciones en tantos ambiente, en muchos casos empezando de
nada, de cero, con lo que teníamos, con todas las limitaciones propias y
ajenas, con los miedos y angustias, con los llantos de tantos, con los dolores
de tantos… sin embargo, fue, como movimiento, cuando pudimos hacer las mejores
cosas en nuestra vida. Porque nos poníamos en sus manos, trabajábamos contra
toda desesperanza, contra toda lógica, contra toda estadística, pronóstico,
porque Él nos acompañaba.
Nueva oportunidad que nos da el Espíritu, la Jornada
Mundial, que no sea solo un viaje, un conocer, un deslumbrarnos, y emocionarnos
hasta las lágrimas, que sea un punto de partida para transformar en el amor nuestros lugares
referenciales; la familia, el estudio, el trabajo, la comunidad palestrista, la
dirigencia… tanto para hacer luego de la Jornada.
Dios bendiga este viaje, bendiga sus personas y
familias, bendiga sus corazones, sus mentes y manos, porque esperamos ansiosos
su regreso para poder seguir PEDALeando en el día a día.
Y rogamos para que en estos tiempos previos, sean fecundos
en la oración, la vida sacramental, el estudio de lo que somos como movimiento
de iglesia, para dar testimonio alegre y esperanzado. Dios los bendiga.
PARA LEER:
http://lidydir.blogspot.com.ar/search/label/Historia%20de%20Palestra