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Kénosis en la peatonal. Calle Muñecas. |
Y fui
predispuesta a trabajar, fui dispuesta a hacerlo con alegría, ofreciendo mi
silencio, mi cansancio, sacrificios y oraciones; pero Dios jamás se deja ganar
en generosidad porque no fui solamente a servir, porque en ese servicio también
pude revivir mi PM, porque a la distancia pudimos vivir junto con esas mujeres
cada uno de los diferentes momentos, el silencio, la alegría y la fiesta…
Porque nosotros recordamos y también volvimos a renovar nuestro compromiso, también quemamos a esa mujer vieja y volvimos con esa llama de Fe intacta… con toda la motivación para seguir trabajando en el reino del Señor, para volcar en nuestros ambientes, en nuestras comunidades, en nuestra familia toda esa gracia que nos rebalsa.
Porque nosotros recordamos y también volvimos a renovar nuestro compromiso, también quemamos a esa mujer vieja y volvimos con esa llama de Fe intacta… con toda la motivación para seguir trabajando en el reino del Señor, para volcar en nuestros ambientes, en nuestras comunidades, en nuestra familia toda esa gracia que nos rebalsa.
No tengo
más que palabras de agradecimiento, porque comprendí verdaderamente que mi
felicidad estará siempre en el servir y con ALEGRIA, esa alegría que me
caracteriza a mí, y a mi amada Kenosis.
“El
fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de
la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la
paz.”
Lourdes Bravo - PM 78