VIDEO CANCIÓN DEL PERÍODO MOTIVADOR 9 – ETAPA ADULTOS – Vamos movimiento a cruzar sin temor a la otra orilla, porque para un apóstol hay urgencias sin fronteras.

Él se despertó esa mañana con una sonrisa y una sensación muy linda en su corazón y pensó, entre el trajinar de sus cosas y sus preparativos para la facultad, que este día sería el comienzo de algo bueno en la vida de su madre, a quien observaba como partía al trabajo. Esta tarde salía el motivador en la que ella participaría.
Fueron días de mucho movimiento, sobre todo por dentro, y recordó todo el trayecto de estos últimos tiempos, cuando su amiga lo invitó a unas reuniones para ir a una experiencia que le hizo ver las cosas de otras maneras, y como desembocó en el desafío y en el valor de hablar luego, con su familia, y como su madre le manifestó que quería vivir y sentir lo mismo que vivía el.
El domingo, entre las lágrimas que se secaban solas, escuchó la canción y su corazón latía muy fuerte, al ver a su madre experimentar una alegría plena en su rostro, en sus gestos, en su canto, eso colmó de paz y felicidad su alma.
Todos estos sentimientos buenos, estas semillas de amor, pasan por la vivencia de un motivador, de un encuentro con Dios. Se experimenta en los abrazos y lágrimas, en miradas que dicen tantas cosas, en sentir que todo está en su lugar. Eso es un motivador.
Compartimos a modo de testimonio lo que el Señor realiza cuando hay ganas de ser hijos de Dios.


He dado pasos, sin preguntar quién soy viví mis años,
y me deslumbro en ti cuando propones
que debo dejar huellas en esta vida ya resuelta.
Desconociendo que yo soy arquitecta de proyectos
que yo soy responsable inexcusable
me abro al plan de amor que me ofrece Dios, mi Padre.

Llena de mentiras evado realidades de mi vida
camino por sendero equivocado
llevando en esta carga tantos años malgastados.

Vamos al encuentro del Padre amoroso siempre bueno
que planto en mi semillas de lo eterno
y que espera con brazos bien abiertos el regreso.
Me amas tanto, ofreces despojarme de mis actos,
Maria intercesora y compañera,
es quien me muestra amor en su entrega verdadera.
Eres el fuego que aleja la tristeza de mi invierno
y cuando tu no estas soy el silencio, que debe ser tu voz
para anunciar el evangelio.

Es en esta iglesia donde abrazo la cruz que me redime
y encuentro las respuestas que iluminan la lucha cotidiana de la vida, nuestra vida.
Juntas con san Pablo peleamos la palestra día a día,
haciendo de la calle una trinchera brillando en los ambientes como antorchas encendidas.

VAMOS MOVIMIENTO,LA GRACIA DEL SEÑOR HOY NOS APREMIA
A CRUZAR SIN TEMOR A LA OTRA ORILLA,
PORQUE PARA UN APÓSTOL HAY URGENCIAS SIN FRONTERAS.