Él
se despertó esa mañana con una sonrisa y una sensación muy linda en su corazón
y pensó, entre el trajinar de sus cosas y sus preparativos para la facultad, que
este día sería el comienzo de algo bueno en la vida de su madre, a quien
observaba como partía al trabajo. Esta tarde salía el motivador en la que ella
participaría.
Fueron
días de mucho movimiento, sobre todo por dentro, y recordó todo el trayecto de
estos últimos tiempos, cuando su amiga lo invitó a unas reuniones para ir a una
experiencia que le hizo ver las cosas de otras maneras, y como desembocó en el
desafío y en el valor de hablar luego, con su familia, y como su madre le
manifestó que quería vivir y sentir lo mismo que vivía el.
El
domingo, entre las lágrimas que se secaban solas, escuchó la canción y su
corazón latía muy fuerte, al ver a su madre experimentar una alegría plena en
su rostro, en sus gestos, en su canto, eso colmó de paz y felicidad su alma.
Todos
estos sentimientos buenos, estas semillas de amor, pasan por la vivencia de un
motivador, de un encuentro con Dios. Se experimenta en los abrazos y lágrimas,
en miradas que dicen tantas cosas, en sentir que todo está en su lugar. Eso es
un motivador.
Compartimos
a modo de testimonio lo que el Señor realiza cuando hay ganas de ser hijos de Dios.
He
dado pasos, sin preguntar quién soy viví mis años,
y
me deslumbro en ti cuando propones
que
debo dejar huellas en esta vida ya resuelta.
Desconociendo
que yo soy arquitecta de proyectos
que
yo soy responsable inexcusable
me
abro al plan de amor que me ofrece Dios, mi Padre.
Llena
de mentiras evado realidades de mi vida
camino
por sendero equivocado
llevando
en esta carga tantos años malgastados.
Vamos
al encuentro del Padre amoroso siempre bueno
que
planto en mi semillas de lo eterno
y
que espera con brazos bien abiertos el regreso.
Me
amas tanto, ofreces despojarme de mis actos,
Maria
intercesora y compañera,
es
quien me muestra amor en su entrega verdadera.
Eres
el fuego que aleja la tristeza de mi invierno
y
cuando tu no estas soy el silencio, que debe ser tu voz
para
anunciar el evangelio.
Es
en esta iglesia donde abrazo la cruz que me redime
y
encuentro las respuestas que iluminan la lucha cotidiana de la vida, nuestra
vida.
Juntas
con san Pablo peleamos la palestra día a día,
haciendo
de la calle una trinchera brillando en los ambientes como antorchas encendidas.
VAMOS MOVIMIENTO,LA GRACIA DEL SEÑOR HOY NOS APREMIA
A CRUZAR SIN TEMOR A LA OTRA ORILLA,
PORQUE PARA UN APÓSTOL HAY URGENCIAS SIN FRONTERAS.