- Ocupa el primer lugar entre las mujeres que
acompañan a Jesús (Mt 27, 56; Mc 15, 47; Lc 8, 2).
- Está presente durante la Pasión
(Mc 15, 40).
- Al pie de la cruz con la Madre de Jesús (Jn 19, 25).
- Observa cómo
sepultan al Señor (Mc 15, 47).
- Llega antes que Pedro y Juan al sepulcro, en la
mañana de la Pascua (Jn 20, 1-2).
- Es la primera a quien se aparece Jesús
resucitado (Mt 28, 1-10; Mc 16, 9; Jn 20, 14), aunque no lo reconoce y lo
confunde con el hortelano (Jn 20, 15); es enviada a ser apóstol de los
apóstoles (Jn 20, 18). Tanto Marcos como Lucas nos informan que Jesús había
expulsado de ella “siete demonios”. (Lc 8, 2)
Se la confunde, por tradición, sumados a
algunas leyendas de la Edad Media, con María de Betania, la hermana de Marta y
de Lázaro y que aparece en el episodio de la resurrección de su hermano (Jn
11); derrama perfume sobre el Señor y le seca los pies con sus cabellos (Jn 11,
1; 12, 3); escucha al Señor sentada a sus pies y se lleva “la mejor parte” (Lc
10, 38-42) mientras su hermana trabaja.
Finalmente, hay un tercer personaje, la
pecadora anónima que unge los pies de Jesús (Lc 7, 36-50) en casa de Simón el
Fariseo.
La Fiesta de Ma. Magdalena es el 22 de Julio,
y en su memoria, los textos bíblicos hablan de la búsqueda del “amado de mi
alma” o de la muerte y resurrección de
Jesús como misterio de amor que nos apremia a vivir para “Aquel que murió y
resucitó” por nosotros (2 Cor 5, 14-17).
El evangelio que se proclama en la Misa de
su memoria es; Juan 20, 1-2.11-18, es decir, el relato pascual en que Magdalena
aparece como primera testigo de la Resurrección de Jesús, lo proclama
“¡Maestro!” y va a anunciar a todos que ha visto al Señor.
Los hombres y mujeres de hoy necesitan
descubrir el Misterio de Dios como Buena Noticia. Los cristianos hemos de
aprender a hablar de él con un lenguaje más inspirado en Jesús, para deshacer
malentendidos, aclarar prejuicios y eliminar miedos introducidos por un
discurso religioso lamentable que ha alejado a muchos de ese Dios que nos está
esperando con todo preparado para la fiesta final.
En estos tiempos, hemos
de hablar de su Misterio de Amor con humildad y con respeto a todos, sin forzar
las conciencias, sin ahogar la vida, despertando el deseo de verdad y de luz
que sigue vivo en lo más íntimo del ser humano.
Es cierto que la llamada religiosa
encuentra hoy el rechazo de muchos, pero la invitación de Dios no se ha
apagado. La pueden escuchar todos los que en el fondo de sus conciencias
escuchan la llamada del bien, del amor y de la justicia.
Comunidad María Magdalena - Etapa Adultos - Palestra Tucumán.